El escaso consumo de frutas y hortalizas pasa factura a los adolescentes españoles

La juventud presenta un mayor deterioro inmunitario que hace quince años por la mala alimentación
Por EROSKI Consumer 3 de octubre de 2002

Los estragos en la dieta ya se dejan ver y los adolescentes españoles son los primeros en sufrirlo. Su sistema inmune está mas deteriorado que hace quince años, cuando la mejora en la calidad de vida hacía suponer lo contrario. El absentismo escolar está creciendo, y una de las causas puede ser la mala alimentación.

Así lo hicieron notar ayer la directora del Instituto del Frío del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Pilar Cano, y su colega y experta en nutrición, Ascensión Marcos, quienes participaron en unas jornadas sobre «El consumo de frutas y hortalizas en la prevención de cáncer». Esta expertas recomendaron la ingesta de al menos cinco raciones de fruta y hortalizas al día para prevenir el cáncer, enfermedades cardiovasculares e infecciones.

Durante estas jornadas, organizadas por la asociación Club 5 Al Día -cuyo objetivo es promover el consumo de fruta y hortaliza- en colaboración con el CSIC, se puso de manifiesto que hay una relación directa entre el consumo de tomates, coles y coliflores y la prevención de cánceres de boca, faringe, esófago, pulmón, estómago, colon o recto, entre otros.

Cano y Marcos investigan desde hace tiempo la influencia de los alimentos vegetales en la dieta y se han llevado algunas sorpresas. Una de ellas es que una región como Murcia, que surte a toda España de productos horto-frutícolas, es una de las zonas donde menos fruta y verduras se consume, hasta el punto de que hay una incidencia elevada de niños con sobrepeso e incluso obesidad. Ascensión Marcos se daría por satisfecha si cada persona comiera dos piezas de fruta al día, pero se teme que este objetivo esté lejos de alcanzarse.

Para las investigadoras es chocante que aparezcan en el mercado alimentos enriquecidos con fibra (panes, galletas, cereales de desayuno, etc.) y preparados dietéticos y farmacéuticos, mientras baja el consumo de frutas y verduras. La fibra presente en cualquier ensalada es de mayor calidad nutricional que la procedente de cereales, debido a su menor contenido calórico y a su mayor retención de agua y grasa, entre otros beneficios.

Los nutrientes, vitaminas y antioxidantes que contienen frutas y verduras de hoja verde son garantía de salud, si bien, como dijo Cano, su consumo debe ser continuado. Así, el licopeno, presente en el tomate, posee un alto poder antioxidante que hace que su ingesta elevada contribuya a una disminución de enfermedades crónicas como el cáncer, al inhibir el crecimiento celular de células humanas de pulmón, mama y endometrio.

Por su parte, otro alimento tan común como la cebolla, por su alto contenido en quercetina, es muy idónea para prevenir enfermedades cardiovasculares, cataratas, cáncer de mama, de ovarios o vejiga. Tampoco se quedan atrás las coles, las espinacas, el ajo o los cítricos, cuyos micronutrientes y minerales son esenciales en la dieta.

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