Entrevista

Michelle A. Méndez, especialista en epidemiología nutricional

Una dieta sana y equilibrada durante el embarazo garantiza el desarrollo neuronal y la buena salud del niño
Por Maite Zudaire 16 de marzo de 2012
Img michelle mendez
Imagen: CONSUMER EROSKI

El correcto desarrollo neuronal y físico de los niños empieza en el mismo momento de su gestación, de ahí la importancia de seguir una buena alimentación durante el embarazo. Al estudio de los hábitos nutricionales en mujeres embarazadas y a la posterior evolución neuronal en el bebé dedica gran parte de sus esfuerzos Michelle A. Méndez, doctora en epidemiología nutricional por The University of North Carolina at Chapel Hill e investigadora colaboradora en el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental de Barcelona (CREAL). Entre sus últimos trabajos, recogidos en más de treinta publicaciones, destacan el estudio sobre el consumo de pescado durante el embarazo y su relación con el crecimiento fetal y el desarrollo neurológico infantil, y el estudio que relaciona la exposición fetal a compuestos tales como el humo del tabaco y los contaminantes organoclorados, con el riesgo de obesidad en un futuro. Méndez ha realizado también investigaciones sobre la metodología relacionadas con la medición de ingesta alimentaria y la cuantificación de la ingesta de contaminantes transmitidos por los alimentos.

Su trabajo en el campo de la epidemiología nutricional le ha llevado a investigar sobre el papel de la dieta durante el embarazo. ¿Qué pautas nutricionales ha de seguir una mujer en estado de gestación, respecto a otras mujeres?

Es importante seguir las recomendaciones sobre el consumo de nutrientes como el calcio, el hierro, la vitamina C, el yodo y el ácido fólico, entre otros. En nuestras investigaciones, hemos visto también que podría ser una ventaja consumir pescado, que es una fuente importante de ácidos grasos tipo omega 3, beneficiosos para el desarrollo neuronal del bebé.

¿Hay algún alimento problemático que la mujer debe evitar?

“Es aconsejable evitar el consumo de especies grandes de pescado azul por los índices de mercurio que pueden acumular”

La mujer embarazada debe evitar el consumo de especies de pescados muy grandes, donde se podrían haber acumulado contaminantes como el mercurio. Otros alimentos que conviene evitar son los quesos crudos y los embutidos crudos o ahumados, así como las carnes y los pescados crudos, debido a la posibilidad de transmitir algunas infecciones a las cuales la mujer es más susceptible durante este periodo. El alcohol también hay que evitarlo.
Lo más importante es comer cantidades suficientes y variadas de alimentos para garantizar el crecimiento y desarrollo adecuado del bebé.

¿Por qué es tan importante la dieta que se sigue durante el embarazo para la salud de los niños?

Siempre hemos sabido que la dieta durante el embarazo puede influir en la salud del bebé en el momento del nacimiento. Ahora empezamos a entender que una dieta sana y equilibrada durante el embarazo también proporciona ventajas, no solo en el bebé, sino a lo largo de la vida. Los estudios más recientes demuestran efectos positivos sobre el neurodesarrollo y sugieren posibles efectos sutiles sobre otros aspectos de la salud, como la presión arterial, la salud respiratoria y la mineralización de los huesos.

¿Cuáles son los alimentos imprescindibles en la dieta de la mujer embarazada por su impacto en la salud de la madre y en el desarrollo fetal? ¿De qué no se puede prescindir?

Lo más importante es seguir los consejos sobre los alimentos que se deben evitar, como el alcohol y las carnes o los pescados sin cocinar. Pero si la mujer ha seguido desde el principio del embarazo, o incluso antes, una dieta sana y equilibrada, puede estar tranquila porque su bebé consigue los nutrientes necesarios para su correcto crecimiento.

Usted coordina un estudio que pretende establecer un análisis comparativo sobre la ingesta diaria durante el embarazo en Europa, ¿han encontrado diferencias de consumo alimentario sustanciales entre las embarazadas de los distintos países?

En algunos países como Inglaterra, Dinamarca y Escocia, las embarazadas consumen menos frutas y verduras de lo que se podría considerar apropiado, pero en general, los datos indican que la mujer embarazada en los países donde hemos conseguido datos intenta cuidarse. Una buena noticia.

El ácido fólico tiene su fundamento preventivo para el feto durante las primeras semanas de gestación, de ahí que en España el consejo médico sea tomarlo incluso semanas antes si se prevé la concepción, ¿está justificado tomarlo durante todo el embarazo?

Todavía no sabemos si se debe tomar este nutriente durante todo el embarazo. Algunos estudios recientes han sugerido que podría ser una desventaja (otra vez con efectos sutiles) tomar una dosis muy elevada durante todo el embarazo, pero en otros estudios no se han confirmado estos resultados. De momento, es aconsejable comer bien y tomar suplementos con dosis moderadas.

Además del ácido fólico, otros nutrientes como vitamina B12, D, hierro, yodo y omega 3 forman parte de complejos vitamínico-minerales que muchas mujeres toman durante todo el embarazo. ¿Los mayores requerimientos de estos nutrientes son los mismos durante toda la gestación? ¿No sería más acertado personalizar la complementación nutricional por trimestres o según las fases de crecimiento fetal?

Sabemos que para el ácido fólico es importante obtener una cantidad adecuada al principio del embarazo. Quizá en el futuro, para este nutriente en concreto, tengamos conocimientos suficientes para modificar las recomendaciones según el trimestre. Para otros nutrientes, como el hierro, es al revés, sabemos que sus requisitos son más elevados durante los últimos dos trimestres de embarazo. Sin embargo, en estos momentos, los estudios no son concluyentes para saber si una complementación variable por periodos sería necesaria, lo importante es que la mujer se cuide y coma bien.

Según un estudio liderado por usted, los ácidos grasos poliinsaturados del tipo DHA (ácido docosahexaenoico), perteneciente al grupo de los omega 3, influyen de forma beneficiosa en el desarrollo del cerebro del feto y, después, en el desarrollo intelectual del niño. ¿Es posible alcanzar los requerimientos con alimentos o se precisa la complementación puntual?

“Los ácidos grasos tipo omega 3 son beneficiosos para el desarrollo neuronal del bebé”

El DHA se encuentra sobre todo en pescados y mariscos, aunque se puede sintetizar en el cuerpo procedente de otros ácidos grasos, como los presentes en las nueces. Para obtener cantidades suficientes durante el embarazo y la lactancia, la mujer embarazada puede comer pescados, sobre todo de tipo graso o azul (sardinas, anchoas, verdel, chicharro) unas tres veces a la semana. Pero es aconsejable evitar el consumo de las especies grandes de pescado azul, como el atún o el pez espada, donde se podrían haber acumulado contaminantes como el mercurio.

Sus estudios también relacionan la exposición del feto a tóxicos como el tabaco y contaminantes organoclorados, con el riesgo de desarrollar obesidad en un futuro. ¿Cómo se interrelacionan?

Los efectos de fumar durante el embarazo podrían ir más allá del crecimiento fetal. Los niños expuestos al tabaco durante su gestación parecen ser más susceptibles a un exceso de peso a lo largo de la vida. Nuestras investigaciones indican que es aconsejable dejar de fumar antes del embarazo, porque el riesgo a la obesidad se ha relacionado con las muestras estudiadas que mantuvieron el hábito de fumar solo durante el primer trimestre.
Otros contaminantes ambientales, los compuestos organoclorados, son más difíciles de evitar. Ya se ha prohibido en España el uso de los compuestos más asociados con el riesgo de obesidad infantil, como el DDE, un subproducto del pesticida DDT. Lo más aconsejable para minimizar los posibles efectos de este tipo de contaminantes es seguir una dieta sana para el niño durante toda su vida, empezando con la lactancia.

LÍNEAS ACTUALES DE INVESTIGACIÓN: DIETA Y MEDIO AMBIENTE

Michelle Méndez investiga la relación entre el consumo de distintos tipos de pescado durante el embarazo y el neurodesarrollo. En este sentido, en 2009 se publicaron los resultados obtenidos tras estudiar una muestra de 392 mujeres y sus hijos, procedentes de la isla de Menorca. Se demostró entonces la importancia de los ácidos grasos poliinsaturados del tipo DHA en el desarrollo de las capacidades cognitivas de los niños.

Por otro lado, Méndez participa en diversos ensayos que empiezan a investigar ciertos contaminantes de la alimentación. Ha formado parte del equipo del CREAL que ha llevado a cabo un estudio con mujeres embarazadas en Sabadell (Barcelona). En él se ha comprobado que los bebés cuyas madres tenían niveles relativamente altos de productos químicos como el DDE (un subproducto del pesticida DDT) en sangre, tienen más probabilidades de experimentar un crecimiento acelerado durante los primeros seis meses de vida y un mayor riesgo de sobrepeso. Méndez puntualiza que este estudio no es el único, “más de 40 estudios han asociado el aumento rápido de peso en los primeros meses de vida con la obesidad y con trastornos metabólicos en edades posteriores”. Para Méndez, “se cree que la mayor parte de la exposición a compuestos organoclorados viene de la dieta”.

Otra línea de investigación actual sobre contaminantes y dieta liderada por Méndez se centra en el papel de los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP). Todavía en fase de estudio, los trabajos se encaminan a determinar si la ingesta de HAP presentes en la alimentación durante el embarazo influye en el desarrollo fetal, mientras en los adultos se relaciona con el riesgo de cáncer colorrectal. “En cuanto tengamos resultados, estaremos encantados de difundirlos”, agrega.

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