¿A dieta en vacaciones? La opción del apartamento

Ir de vacaciones a un apartamento es la alternativa más segura si se sigue una dieta terapéutica en la que no conviene saltarse las indicaciones dietéticas
Por Maite Zudaire 29 de marzo de 2012
Img comiendo
Imagen: James Byrum

Cuando se prevé un viaje, ya sea por trabajo o por vacaciones, uno de los asuntos que ocupan la mente es qué comer. Según las circunstancias personales y de salud, si se viaja con niños o se tiene más independencia, el destino y el tipo de alojamiento es un condicionante. No obstante, y sin tener en cuenta el lugar, al menos si se viaja a un país occidental, se tiene la posibilidad de optar por el régimen de alojamiento en apartamento o aparta-hotel. Esta opción es la más aconsejada si se sigue una dieta terapéutica, en la que, por cuestión de salud, no conviene salirse de las indicaciones dietéticas.

La dieta terapéutica no ha de ser una limitación

Una compra bien planificada permite seguir una dieta sin riesgo, con comidas sencillas, rápidas y saludables, al tiempo que se disfruta de las vacaciones

La dificultad de comer fuera de casa se pone de relieve cuando se padece una alergia alimentaria, una intolerancia o una condición de histaminosis no alérgica a los alimentos más problemáticos, considerados así por su presencia en multitud de productos procesados, como la leche, el trigo o el huevo. Tener la posibilidad de cocinar la comida que se consumirá es garantía de salud para quien debe seguir las indicaciones dietéticas propuestas por su nutricionista. De este modo, sin gran esfuerzo, solo con la previsión de hacer la compra suficiente y adquirir los alimentos seguros, se pueden planificar comidas sin riesgo, sencillas y saludables, algunas de ellas para llevar.

Desayunar como en casa

La primera comida del día se toma en el apartamento. El desayuno de bufé libre es demasiado tentador y contraproducente en determinadas circunstancias. Es preferible adquirir en la tienda toda la gama de alimentos que conforman un desayuno variado, energético y equilibrado. Las bebidas vegetales (arroz, avena, soja…) han de sustituir a la leche de vaca, si no se puede tomar este alimento. Y si se prescinde de este tipo de productos, se toma un té o una infusión recién hecha. Los copos de maíz y los copos inflados de arroz, mezclados con un puñado revuelto de frutos secos y frutas desecadas y un poco de bebida vegetal, configuran parte del desayuno para quienes no toleran el trigo.

Unas tostadas de pan (normal o sin gluten según las necesidades) con unas gotas de aceite de oliva (no siempre es fácil encontrar aceite de oliva donde se viaje o, si lo hay, es muy caro) o unas lonchas finas de queso fresco pintado de mermelada o acompañadas con un poco de jamón son otra opción acertada. Un bol de fruta fresca troceada y al natural, sin azucarar, o un vasito de zumo recién exprimido y un té completan la primera toma del día.

Cena casera y en familia o entre amigos

Después de un día intenso fuera del apartamento, con paseos por el lugar y visitas culturales a monumentos, edificios y museos, llega el momento de recogerse tras la puesta del sol, descansar y preparar una cena sencilla, rápida y sana para cenar juntos. Una sopa de verduras espesada con pasta o arroz o una crema vegetal es una manera ligera de comenzar la cena y remineralizar el cuerpo cansado.

Aprovechar el momento que se cocina para hacer más cantidad de pasta, cuscús, arroz o guisantes permite tener la ración del primer plato o la guarnición del segundo lista para comer solo con calentarla. Solo faltaría disponer de unos pocos minutos para cocinar unas tortillas variadas (de jamón, atún, sardinas, restos de verduras…), unas pechugas de pollo a la plancha o una combinada ensalada de pasta (con pollo, aguacate y nueces; colorida con salmón, maíz y pasas; al curry) o de arroz (con guisantes; con aceitunas y pistachos o con piña natural) con abundantes tropiezos.

Aunque un día se improvise una pizza o unas hamburguesas, no hay necesidad de recurrir con frecuencia a la comida rápida, que por lo general es hipercalórica, hipergrasa y demasiado salada. No vale la excusa «por vacaciones no cocino», ya que hay sencillas propuestas de cenas. Solo hay que servir los ingredientes por separado o no añadir a la ensalada los alimentos problemáticos, en caso de que haya alguna persona con alergias o intolerancias alimentarias.

COMIDA CASERA PARA LLEVAR DE TÁPER

La cuestión no es depender todo el día de la cocina ni comer siempre en el apartamento. Se pueden planificar comidas que se lleven en táper o idear bocadillos y sándwiches ricos y con fundamento para comer allí donde más convenga, según el plan del día. Para llevar de táper, el plato único es una opción idónea, aunque no sirven todas las comidas preparadas en casa. Los filetes de carne se quedan muy secos, los pescados y los huevos son alimentos más problemáticos en cuestión de seguridad alimentaria si no se puede garantizar el frío continuo hasta el momento del consumo. Estos alimentos se reservan para la cena.

Los platos de arroz (paella de espinacas y sardinas, arroz a la naranja, fideos de arroz salteados con verduras y salsa de soja), cuscús (con pimientos y corazones de alcachofas, con pasas y piñones y tacos de pollo) o pasta (espaguetis con ajetes frescos y guindilla, macarrones con salsa de champiñones) mezclados con verduras (judías verdes salteadas con perejil y limón) y con legumbres (lentejas con arroz, macarrones y tomate) son una buena elección. El postre se puede improvisar en el momento, ya que puede ser tentador probar un dulce típico del país o comprar en el mercado la ración de fruta del día.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube