Pautas dietéticas en caso de hiperuricemia y gota

Un mayor consumo de proteína vegetal, además de frutas como las cerezas y la soja y derivados, son alimentos protectores en caso de hiperuricemia
Por Maite Zudaire 6 de junio de 2012
Img germinados soja
Imagen: davekentuk

Las conexiones entre la hiperuricemia y la gota con la gula o los excesos en las comidas y bebidas, así como con la obesidad, están reconocidas desde la antigüedad. Si bien el papel de la dieta en esta patología crónica es importante en su desarrollo, pero no es tan determinante en su tratamiento y resolución, las últimas investigaciones apuntan a la asociación entre determinados factores dietéticos y la hiperuricemia y la gota. A continuación, se explica cómo ciertos factores dietéticos resultan negativos para la hiperuricemia, mientras que algunos alimentos se han considerado protectores para que la hiperuricemia no desemboque en gota.

Por su composición, diversos nutrientes o alimentos pueden empeorar el pronóstico de la hiperuricemia y la gota. Así lo apuntan las revisiones más recientes sobre el papel, limitado aunque importante, de la dieta en la prevalencia o tratamiento de ambas enfermedades. La hiperuricemia es el nivel de ácido úrico en sangre superior a 7,0 mg/dl y su máxima manifestación clínica es la gota. Es una inflamación aguda de algunas articulaciones causada por el depósito de cristales de ácido úrico, que ocasionan una artritis aguda, un trastorno limitante que puede hacerse crónico si no se sigue el tratamiento adecuado.

Por ello, antes de iniciar un tratamiento farmacológico para toda la vida que reduzca los niveles de ácido úrico, se deben identificar y tratar los trastornos subyacentes que pueden contribuir a la hiperuricemia. Cabe reconocer la fuerte asociación de esta con el síndrome metabólico (obesidad abdominal, dislipidemia, hipertensión, niveles elevados de insulina en suero e intolerancia a la glucosa).

Factores dietéticos negativos para la hiperuricemia

Las proteínas de la dieta. Se ha constatado una asociación positiva entre el consumo de proteína de origen animal y la prevalencia de la hiperuricemia y una relación inversa entre la proteína de origen vegetal y esta patología. Lo demuestra la mayor revisión sobre este factor dietético realizada por el Vanderbilt University Medical Center en Nashville (EE.UU.). Los resultados de la investigación también sugieren una asociación directa entre la ingesta de pescado azul y de marisco con una mayor prevalencia de la hiperuricemia.

Entre las carnes, las de caza salvaje están contraindicadas en este caso porque acumulan en sus tejidos musculares ácido láctico que el organismo transforma en ácido úrico. El consejo preventivo aboga por moderar el tamaño de las raciones de carnes y escoger con más frecuencia el pescado blanco, el pollo y los huevos como fuente de proteína animal de alta calidad.

Adiós al alcohol, incluidos la cerveza y el vino. Es esencial moderar, e incluso eliminar, el consumo de las distintas formas de alcohol. Esta recomendación afecta también a las bebidas de baja graduación, como la cerveza, la sidra, el vino, el cava o el champán.

Evitar las bebidas con fructosa. El American College of Rheumatology recoge los datos del mayor estudio epidemiológico que ha analizado la relación positiva entre el consumo de bebidas dulces con fructosa y el aumento significativo de los niveles séricos de ácido úrico. Por ello, el consejo dietético es evitar este tipo de bebidas, así como los productos que añadan fructosa como endulzante. La fructosa está presente de forma natural en los zumos de fruta, en las bebidas refrescantes que lleven zumo de fruta, así como en todo tipo de bebidas y productos que añadan fructosa como aditivos edulcorantes.

Dieta baja en purinas. Las guías para el consumo de alimentos en caso de hiperuricemia y gota apuntan a eliminar los siguientes alimentos ricos en purinas: vísceras y despojos (mollejas, hígado, riñones, lengua, corazón, sesos, lengua…), carnes rojas (caballo, caza, cerdo, cordero, ternera y vaca) y derivados cárnicos (patés, embutidos, extractos de carne…), pescados azules, mariscos y derivados (caviar, ahumados, conservas). Aunque algunas verduras (espinacas, espárragos, setas y champiñones, puerros, coliflor, rábanos) y legumbres (más las lentejas, las habas secas y los guisantes) tienen un contenido moderado, no hay evidencia suficiente como para recomendar evitar su consumo, aunque sí se aconseja un consumo moderado.

Alimentos protectores para que la hiperuricemia no desemboque en gota

Las frutas de clima templado y la mayoría de verduras y hortalizas son alcalinizantes del medio, aspecto positivo en caso de hiperuricemia y gota

Para mejorar la gestión de la hiperuricemia y que esta no desemboque en gota o no empeore y afecte a las articulaciones, el objetivo dietético es crear unas condiciones de homeostasis que impidan la formación de cristales de ácido úrico. Esto se consigue a través de la selección de alimentos alcalinizantes del medio. En general, las frutas de clima templado y la mayoría de las verduras y hortalizas crean estas condiciones, por lo que su consumo es recomendable.

  • Un puñado de cerezas. Según algunos estudios, las cerezas tienen efectos más positivos que otras frutas en la reducción de la concentración de urato sérico. Los hidroxicinamatos (catequina, epicatequina y ácido gálico) serían un tipo concreto de compuestos fenólicos abundante en las cerezas, con efectos antiinflamatorios y depurativos, que las hacen recomendables en caso de hiperuricemia y gota.

  • Más proteína vegetal. Los menús diarios deberán prestarse a un mayor número de platos completos, contundentes y energéticos, compuestos solo por alimentos ricos en proteína vegetal. Son ejemplos de este tipo las recetas que combinan legumbres y cereales integrales o estos con frutos secos. Por su valor nutricional y energético, son perfectos sustitutos de los filetes, casi omnipresentes en las comidas.

  • Más soja, menos ácido úrico. En la revisión del Vanderbilt University Medical Center sobre una muestra de hombres chinos, se notificó una significativa asociación inversa entre el consumo de soja y la hiperuricemia. Cabe decir que la soja y los derivados tipo tamari (salsa de soja), miso (pasta fermentada) o tofu son alimentos que forman parte habitual en la gastronomía oriental. Estos resultados coinciden con una revisión exclusiva de datos clínicos y epidemiológicos que realizó el Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Loma Linda en Estados Unidos, sobre el papel de la soja y derivados en la hiperuricemia y la gota.

HIPERURICEMIA: PUERTA A OTRAS PATOLOGÍAS

Algunos estudios científicos sugieren que la hiperuricemia se asocia con un riesgo aumentado para desarrollar diversas enfermedades crónicas. Un nivel sérico de ácido úrico por encima de 7 mg/dl se ha revelado como un importante factor de riesgo de enfermedad coronaria y de accidente cerebrovascular (ictus), así como un marcador pronóstico de mortalidad por cualquier causa en la insuficiencia cardiaca.

Un metanálisis sugiere que la hiperuricemia se asocia de forma positiva con el desarrollo de diabetes tipo 2. En esta línea, una revisión y metanálisis reciente concluye que con niveles elevados de ácido úrico aumenta el riesgo de hipertensión arterial, con independencia de los factores de riesgo tradicionales asociados a este trastorno. Este riesgo parece más pronunciado en personas más jóvenes y en las mujeres.

No hay que olvidar la fuerte predisposición a sufrir hiperuricemia en caso de síndrome metabólico, con el riesgo propio que esto supone para la salud coronaria.

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