Corea del Sur, gastronomía picante en el lejano Oriente

Cada rincón de la península tiene características y encantos propios, llenos de misterios antiguos
Por EROSKI Consumer 31 de agosto de 2006

La península coreana se encuentra en el extremo este del continente asiático y es una de las regiones más montañosas del mundo. Los altibajos de las rocas crean espectaculares panorámicas de colinas y valles. En su geografía también destacan extensas llanuras con plantaciones de arroz y otros cereales.

El turista que emprende el viaje hacia Corea del Sur puede elegir entre numerosas actividades. Embarcarse en un crucero por el río Han, que atraviesa la capital, contemplar la ciudad desde la Torre de Namsan y descubrir en ella los restos de antiguos templos y las reliquias históricas son algunas posibilidades que ofrece la ciudad de Seul. Saliendo de la capital se pueden admirar las fascinantes cascadas del Parque Nacional de Soraksan, ascender por el sendero que lleva a los Budas de Bokduam, visitar la ciudad de Pusán y llegar hasta la isla de Cheyudo, donde se encuentran el volcán Halla y la sorprendente catarata de Chong-bang.

Mantener las costumbres

Los coreanos comen y duermen sobre el suelo, es por esta razón que al entrar en una casa o restaurante coreano es costumbre retirarse el calzado. Antes de pedir la comida típica del país es preciso conocer las costumbres que se mantienen en torno a la mesa.

La característica principal es que todos los platos se sirven al mismo tiempo y no hay un orden establecido para comerlos. Lo habitual es comer arroz, kimchi, sopa y tres a cuatro platos que suelen variar. A la izquierda de cada comensal se coloca el cuenco de arroz, la cuchara y los palillos, en su lado derecho el cuenco de sopa, mientras que el resto de los platos se colocan en el centro para compartir. A diferencia de los chinos, los coreanos comen el arroz con cuchara, al igual que ocurre con la sopa o los guisos. En cambio los palillos se reservan para platos más secos.

El toque picante en todos los platos

La cocina coreana se caracteriza por la diversidad de platos y por el ligero sabor picante de muchos de ellos. En su gastronomía predominan los alimentos vegetales, como verduras fermentadas, cereales como el arroz y salsas obtenidas de granos de soja. También destaca la presencia de carnes, pescados y mariscos muy condimentados y conservados en salmuera. Todas estas comidas se suelen elaborar con poca grasa y se emplea fundamentalmente la cocción al agua o al vapor, el asado o sofritos con poco aceite.

El arroz y el kimchi, indispensables en todas las comidas

Al igual que en otros países orientales, el arroz, de consistencia caldosa, está siempre presente en la mesa. Un tipo de preparación es el gimbap, que se prepara con arroz hervido condimentado con sal, aceite y semillas de sésamo. Lo mismo ocurre con el kimchi, está presente en todas las comidas y se sirve en llamativos cuencos de cerámica. Se trata de un plato caldoso elaborado con repollo chino fermentado, acompañado de verduras y condimentado con especias como el jengibre o el chile. Una costumbre coreana que va pasando de generación en generación es el llamado gimajang. Consiste en preparar grandes cantidades de kimchi para consumir durante los fríos meses del invierno.

Platos para todos los gustos

Como la diversidad de platos en la mesa es muy amplia es habitual que el turista siempre encuentre algo de su agrado. Entre los platos que tienen mayor aceptación está el kalbi y el pulgogui, ambos se elaboran con carne de cerdo o de res cocinados y condimentados en la misma mesa en que se come. Otras preparaciones muy consumidas son el jjim, carnes hervidas a fuego muy lento con salsa de soja o el galbi, costillas adobadas de carne de vaca.

También se puede disfrutar en Corea del Sur de diferentes platos preparados con pescados y mariscos como el jeotgal una elaboración con un marcado sabor salado en el que se mezclan almejas, ostras, huevas de los pescados, entre otros ingredientes.

La mesa coreana nunca está completa sin sopa. Una de las más tradicionales se conoce como guk. En ella se utilizan verduras, carne, pescados y mariscos, algas, e incluso huesos hervidos de vaca.

Entre los coreanos es muy frecuente ofrecerse copas de licor como gesto de amabilidad. Entre las bebidas alcohólicas destaca el aguardiente soju. Es el licor coreano más popular que se elabora principalmente con patatas dulces y que presenta una graduación alcohólica muy elevada.

Para completar el viaje resulta fascinante interesarse por su cultura. La música, la danza y la pintura han sido algunas de las principales pasiones coreanas. Sin embargo, es la cerámica sin duda, el arte coreano más reconocido que se caracteriza por la variedad de colores y la influencia china.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube