Jardineras para decorar las ventanas

En el interior de la jardinera se puede rellenar con diversas macetas o directamente con tierra para las plantas
Por EROSKI Consumer 6 de septiembre de 2002

Instalar las jardineras bajo las ventanas era un detalle muy habitual en las casas antiguas pero que se ha ido perdiendo con el tiempo. De esta manera, la disposición de una jardinera en las ventanas, aparte de recuperar un adorno tradicional, proporcionará un toque original y de distinción a la fachada de la casa y permitirá la corrección de pequeños defectos. Además, las jardineras también son un método para plasmar colorido, vitalidad y personalidad propia, con las flores que las acompañen, a la parte exterior de la vivienda.

Antes de nada, la primera decisión a tomar versará sobre el lugar en el que se instalará la jardinera, así como determinar su tamaño. Como norma general, en cuanto a las medidas, es recomendable que el ancho de la jardinera no sea superior al ancho de la ventana en la que se ubicará, mientras que la altura estará en función con la propia altura de las macetas seleccionadas. Una media óptima se puede fijar en los 20 centímetros de profundidad, lo que origina que las macetas no deben sobrepasar los 15 centímetros de altura para dar vistosidad al conjunto. En este punto, surge otra buena alternativa, que consiste en verter la tierra directamente sobre la jardinera, dejando a un lado las macetas. Por otra parte, con el fin de que la jardinera soporte el peso de la tierra o de las macetas es conveniente incorporar unos refuerzos o soportes de apoyo, a modo de escuadras de estanterías, que se pueden adquirir en tiendas o elaborar de forma artesanal.

Material y acabado de la pieza

La elección del material es un factor determinante. Sin duda, la mejor opción es decantarse por la madera de cedro, ya que destaca por su buena resistencia y por su talante económico, aparte de ofrecer una buena relación calidad-precio. También se pueden emplear otras maderas, tales como el pino, la teca o el ciprés, aunque los resultados serán menos atractivos y sugerentes. Además, la madera, que puede tener una superficie rugosa o lijada, se puede dejar al natural o tratarse, en función del gusto personal de cada uno.

Dada las condiciones atmosféricas, con altos niveles de humedad y temperaturas extremas, el proceso de montaje de la jardinera es conveniente llevarlo a cabo con la máxima atención para dejarla perfectamente fijada, incluyendo sus soportes. A modo de pequeño apunte, es aconsejable que el fondo de la jardinera cuente con unos diminutos orificios para un mejor drenaje. Una vez montada la jardinera, el siguiente punto reside en su acabado. En este apartado, el número de posibilidades es variado y se puede optar desde mantener la jardinera sin ningún tipo de protección hasta aplicar una pintura satinada y especial para exteriores, la cual aportará protección y un toque de color a la composición.

Por último, con la jardinera ya bien fijada sobre la pared, los soportes y la ventana, tan sólo resta introducir su contenido, bien la tierra o bien las macetas seleccionadas con anterioridad. Llegados a este punto, la combinación de plantas colgantes y flores de colores vivos e intensos proporcionarán un conjunto inigualable en esta parte exterior de la vivienda.

Propiedades según su material

Hoy en día existen jardineras de diferentes tamaños y materiales. A continuación se explicarán algunas de las propiedades de éstas en función del material en que están confeccionadas:

-De plástico. Este tipo de jardineras son la variedad más barata y de sencilla conservación, aparte de ser ligeras y de fácil movilidad. Sin embargo, las inclemencias meteorológicas, el uso y el paso del tiempo afectan en demasía la presencia y el estado de estas jardineras.

-De madera. Su presencia otorga un carácter más clásico al ambiente y en sus diferentes variedades combina muy bien con todo tipo de plantas. Entre lo negativo está que su conservación requiere muchos cuidados, como el tener que vaciarlas cada cierto tiempo para tratar la madera y que, en general, suelen ser pesadas y difíciles de mover.

-De cemento u hormigón. Ésta variedad de jardinera es obviamente la más pesada y son muy utilizadas en jardines e integrado como mobiliario urbano en las ciudades. Éstas soportan muy bien las inclemencias meteorológicas y por tanto son muy duraderas.

-De terracota y similares. Proporcionan una pincelada rústica al entorno, pero también suelen ser bastante pesadas y complicadas de limpiar. Existen variedades tanto para balcones como para jardines, aunque en general son difíciles de mover porque además de tener un peso considerable, también se rompen con facilidad con cualquier pequeño golpe.

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