La echeveria es una planta perteneciente a la familia de las Crasas que no posee un periodo de floración fijo, lo que la convierte en una opción muy cotizada para mantener un balcón florido durante casi todo el año.
Además la echeveria es muy decorativa merced a sus hojas carnosas, dispuestas en forma de roseta, formando círculos o en espiral, y por su bello colorido. Puede llegar a florecer en primavera o verano, las fechas más habituales, e incluso en invierno. La formación de las flores depende de la duración de los días y de la cantidad de luz solar que reciba. Por ello lo ideal es colocarla a pleno sol si queremos una floración temprana.
La ubicación idónea a lo largo del verano será un sitio caliente, a poder ser a pleno sol. Durante el invierno no podrá estar a una temperatura inferior a los 5º C, por lo que deberá introducirla en casa si las temperaturas en el balcón o jardín son inferiores. Asimismo la echeveria requerirá una temperatura superior a los 10º C si va a florecer a lo largo del invierno.
Durante las noches invernales deberá colocar esta planta en un habitación que no tenga la calefacción puesta para que pueda soportar la temperatura y la sequedad sin problema alguno.
Al ser un ejemplar craso no requiere un riego excesivo y debemos darle un descanso a lo largo del invierno, por lo que tampoco será conveniente regarla demasiado a lo largo de ésta estación. Asimismo el exceso de riego puede llegar a matarla.
A pesar de su gran resistencia y de las pocas atenciones que precisa tiene un punto débil muy importante: su follaje es sumamente frágil y se estropea con relativa facilidad si no es manipulado con la atención necesaria.
