Características y usos de las hidrolimpiadoras

Emiten un chorro de agua a presión capaz de eliminar la suciedad de cualquier superficie
Por EROSKI Consumer 25 de enero de 2005
Img hidrolimpiadora
Imagen: wikipedia

Muebles sucios, baldosas con barro, muros con musgo, tuberías atascadas… El mantenimiento y limpieza de los elementos que ornamentan un jardín, así como sus vías de paso o la piscina, puede ser una tarea laboriosa si se realiza con los métodos tradicionales de limpieza. Una buena opción para agilizar estas labores es utilizar una hidrolimpiadora. Del tamaño aproximado de una aspiradora, la limpiadora de alta presión emite un chorro concentrado de unos 150 bares, capaz de eliminar la suciedad más incrustada. Sus diferentes accesorios y boquillas permiten llegar a los lugares más recónditos. Por lo que respecta al consumo, el gasto de agua es inferior al de una manguera y consumen la misma electricidad que cualquier electrodoméstico.

Hidrolimpiadora, una máquina muy versátil

El coche, la moto, el jardín, cristales, alfombras, etc. Las limpiadoras a presión tienen potencia suficiente para eliminar las suciedades más incrustadas y resistentes.

Estas máquinas limpian con agua fría y caliente, aunque en este último caso es necesario conectarlas a un grifo que se la suministre. Cuanto más caliente esté el agua, mayor será su poder desengrasante. Para no dañar las piezas y componentes más delicados, conviene que la temperatura del agua no supere los 40º C.

La capacidad de limpieza de una máquina también depende del caudal y la presión a la que sale el agua. Esta última depende de la potencia de la máquina y se mide en bares. Dado que 1 bar equivale a un kilo, si el limpiador tiene 120 bares, el agua saldrá con una presión equivalente a 120 kilos. El caudal es la cantidad de agua que sale durante un tiempo determinado, mientras que la eficacia de limpieza se multiplica con el caudal.

La clave para un óptimo resultado está en saber combinar presión con caudal

La clave para un óptimo resultado está en saber combinar presión con caudal. Cuando hay mucha suciedad poco adherida, se elimina con más facilidad con poca presión y con más caudal. Si la mancha es pequeña, pero está muy incrustada, desaparecerá mejor con más presión.

Para una buena limpieza, también son indispensables los detergentes. Por ello, las hidrolimpiadoras cuentan con un depósito para productos químicos que puede rellenarse con jabón, desengrasantes, bactericidas, fungicidas, etc.

Accesorios para todas las necesidades

Las limpiadoras de alta presión disponen de una serie de complementos que facilitan las tareas de limpieza. La equipación de serie incluye una pistola que abre o cierra el paso de agua, una manguera y una lanza con una tobera o boquilla en su extremo final.

Si se quiere eliminar óxido o restos de pintura, se puede recurrir a una boquilla de chorro de arena

A estos accesorios se unen otros que permiten realizar trabajos más concretos. Entre estas piezas se pueden encontrar boquillas rotatorias con las que eliminar suciedades muy incrustadas. Este accesorio cuenta con una piedra cerámica en el extremo que aumenta en un 50% la fuerza del agua y su poder de limpieza. Si se quiere eliminar óxido o restos de pintura, se puede recurrir a una boquilla de chorro de arena. Estas toberas tienen dos mangueras: una se conecta a la salida de agua y la otra a un depósito de arena.

Los cepillos son también complementos muy útiles, sobre todo para limpiar sin rayar superficies delicadas, como cristales, bicicletas o la carrocería de un coche. Estos utensilios son circulares y sus pelos se mueven en círculo por la acción del agua.

En el mercado también se pueden encontrar mangueras con boquillas metálicas especiales para tuberías. Tras introducir la lanza hasta el fondo de la tubería sucia o atascada, la presión del agua impulsa la suciedad hacia afuera.

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