Si se pinta por primera vez, el uso de la cinta de carrocero para delimitar la superficie que se va a pintar, puede resultar algo innecesario, además de constituir una tarea pesada y engorrosa. Sin embargo, cuando ya se ha pintado y se está recogiendo, se puede comprobar que a pesar de haber puesto la máxima atención y cuidado, siempre hay sitios donde ha saltado alguna gota de pintura del rodillo o se ha escapado la brocha, manchando marcos, rodapiés, o interruptores de la luz.
Si se realiza un balance de estas primeras experiencias, por lo general, la conclusión siempre es la misma: el tiempo dedicado a colocar la cinta de carrocero, siempre será menor que el tiempo que se emplea para limpiar la superficie que se ha manchado.
Además, cuando se está pintando una superficie delimitada con cinta, se trabaja más rápido y de una manera más sencilla, ya que no hay que estar pendientes de salirse de los bordes de la superficie sobre la que se trabaja.
