Entre un 50% y un 60% de la población española admite tener algún tipo de dificultad para llegar a fin de mes. «Esto, sin duda, explica que la tasa de ahorro de los hogares españoles esté cayendo de forma paulatina desde hace tres años, cuando llegaba al 12%, quedando actualmente en el 9,4% de su renta disponible», explica la Confederación Española de Consumidores y Usuarios (CECU) con motivo del Día Universal del Ahorro.
En esta coyuntura, no es de extrañar que las familias recurran cada vez más a créditos para hacer frente a gastos inesperados. «Tarjetas de crédito, de fidelización, créditos rápidos de múltiples cantidades, hipotecas de hasta 50 años, etc. Todas fórmulas válidas para hacer frente a algún problema puntual, pero que usadas con asiduidad son la fuente del sobreendeudamiento actual del hogar», señala CECU.
La organización añade que los bajos tipos de interés que se ofertan no ayudan. El hecho de que los bancos ofrecen más facilidades para endeudarse que para ahorrar y los actuales precios de la vivienda han hecho a los ahorradores decantarse por un producto inmobiliario que les ofrezca algo a cambio de su dinero, lo cual, a su juicio, redunda en el aumento de precios y en las dificultades de acceso a la misma para buena parte de esa población que no puede ahorrar.
Subida enmascarada
Por otro lado, CECU señala que la llegada del euro no ha ayudado a que los ciudadanos españoles «nos equiparemos a Europa, al menos en cuanto al poder adquisitivo». En este sentido, indica que el euro ha provocado «una subida de precios enmascarada» que no parece verse reflejada en el IPC.
Tomando como referencia 30 alimentos habituales de la cesta de la compra y comparando sus precios entre 2001, año de entrada del euro, y 2006, la organización concluye que el incremento medio ha sido del 48%, mientras que en ese mismo periodo el IPC ha crecido un 20% en su índice general y un 24% en lo que respecta al apartado de alimentos y bebidas no alcohólicas.
