Clases de tarjetas bancarias

Las dos más comunes son las tarjetas de crédito, y las de debito
Por EROSKI Consumer 26 de octubre de 2006

Cada vez son más los distintos tipos de tarjetas que nos ofrecen, tanto las entidades bancarias como las superficies comerciales. Aunque a priori pudieran parecer todas iguales, lo cierto es que existen diferencias sustanciales entre los distintos tipos de tarjetas, diferencias que es preciso conocer, para poder determinar qué tipo de tarjeta es la que más se adecua a nuestras necesidades.

Los dos tipos de tarjetas bancarias más comunes son las tarjetas de crédito, y las de debito. Ambas son emitidas por entidades bancarias y sirven tanto para comprar, como para obtener dinero en efectivo. La principal diferencia entre ambas es que, con la de débito únicamente se podrá sacar dinero en un cajero, o pagar un producto si tenemos efectivo en la cuenta a la que van asociadas, mientras que las de Crédito, y como su propio nombre indican, otorgan un crédito a su titular, que suele ser mensual y negociable, pudiendo ser usadas aunque no se disponga en ese momento de efectivo en la cuenta. Por ello, las de Crédito cuando se utilizan para retirar dinero o fraccionar pagos de productos, suelen llevar aparejados unos intereses normalmente elevados, mientras que las de Débito no los suelen tener. Generalmente, ambas llevan aparejadas cuotas anuales, cuotas que, dependiendo de la solvencia económica del titular, podrán ser eliminadas por la entidad bancaria correspondiente. Las de Débito también suelen tener un límite, que suele ser fijado por el titular, pero en este caso el límite suele ser diario.

También existen en el mercado las tarjetas monedero o monedero electrónico. Su aparición se ha desarrollado en los últimos años, aunque con mayor lentitud de la que en un momento cabía esperar. Su función es la de suplir al dinero en efectivo en los pagos cotidianos de pequeño importe. Consisten en una tarjeta (que puede ser a la vez otro tipo de tarjeta, por ejemplo, una tarjeta de débito) a la que se incorpora un microchip. El microchip, el cual se recarga en un cajero automático, registra la cantidad de dinero que se va descargando en lo sucesivos pagos en aquellos establecimientos o servicios que dispongan del terminal adecuado.

Existen otro tipo de tarjetas que, si bien, han de asociarse a una cuenta bancaria, son emitidas por establecimientos comerciales, y no por entidades bancarias. Estas tarjetas son las denominadas tarjetas de compra, o tarjeta de cliente. El importe de los bienes y servicios adquiridos con ellas se carga en una cuenta bancaria del usuario en un plazo único prefijado, normalmente mensual, con una financiación a coste cero. Algunas sirven también para fraccionar los pagos, por lo que suelen cobrar los correspondientes intereses, elevados por lo general. No es habitual que por este tipo de tarjetas, se cobre cuota alguna.

Por último cabría hablar de las tarjetas de fidelización, conocidas popularmente como tarjetas de puntos. Estas tarjetas no suelen servir como medio de pago, sino que son un medio que usan las empresas asociadas a ellas para captar nuevos clientes, y aumentar el consumo de los que ya lo son. Por cada compra u operación que se efectúa en una empresa asociada, y dependiendo del importe de la misma, se dan una serie de puntos, que se van acumulando y sirven para obtener distintos bienes o servicios, entradas a espectáculos, alojamientos gratuitos, descuentos en viajes, en definitiva son puntos canjeables por regalos.

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