Primer fondo de inversión católico

El 'Compromiso Fondo Ético' se guía por los preceptos de la Iglesia, excluyendo de su cartera a empresas que estén relacionadas con el armamento o la vulneración de derechos humanos
Por José Ignacio Recio 9 de abril de 2007

Hasta ahora los ahorradores españoles podían invertir en diferentes fondos de carácter ético o solidario, pero no religioso. Sin embargo desde algunos meses ya es posible hacerlo gracias a la aparición del denominado ‘Compromiso Fondo Ético’, primer fondo de inversión católico que se comercializa en España, y que se caracteriza porque sus decisiones de inversión se basan en un ideario ético de acuerdo a los criterios de la doctrina social de la Iglesia Católica. Así lo explican desde el grupo financiero holandés Fortis, uno de los principales bancos de inversión europeos y emisor de este fondo, junto con Ibergestión, compañía especializada en el asesoramiento financiero a instituciones religiosas. Este producto está abierto a la inversión en todos los mercados financieros mundiales, tanto de renta fija como variable, pero lo que le diferencia de otros fondos de inversión es que seleccionan muy cuidadosamente las acciones que componen su cartera, basadas en unos criterios éticos. Entre éstas, quedan excluidas las empresas que tengan que ver con la fábrica de armas, las que mantienen políticas de discriminación entre sus empleados o las que atacan los derechos humanos. Por el contrario, valora muy positivamente la entrada en empresas que presenten certificados medioambientales que conlleven políticas que fomenten la estabilidad laboral o que integren a los discapacitados en la vida laboral.

Requisitos obligatorios

Requisitos obligatorios

Una de las premisas que deben reunir las empresas seleccionadas en este fondo es que potencien políticas a favor de la conciliación de la vida laboral y familiar, como que dispongan de guarderías o que muestren sensibilidad para la reducción de la jornada por motivos de maternidad. Desde la gestora Ibergestión apuntan a que “la evolución de los mercados durante los últimos años ha constatado que las empresas que se rigen por unos principios éticos o religiosos pueden obtener una rentabilidad superior incluso a la de los otros fondos”. Así, su presidente, Francisco Cabrerizo afirma que “este producto esté especialmente destinado a instituciones de índole religiosa y a entidades sin ánimo de lucro”.

Debido a su corta vida en los mercados financieros todavía es pronto para evaluar la rentabilidad de este tipo de fondos pero entre sus características se encuentran una serie de requisitos que pueden ser muy atractivos para el inversor: no tiene que desembolsar ninguna cantidad en concepto de gastos de suscripción ni de reembolso, aunque a cambio tendrá que abonar una comisión en la gestión del fondo del 1,8% y otra depositaria del 1,125%. Sin embargo, lo más importante para el ahorrador es que le permitirá ser consecuente con su forma de entender la vida, invirtiendo en empresas con las que comparte su ideología. Por el contrario, debido a sus especiales características, tal y como comentan sus gestores, está más indicado a inversiones colectivas que individuales. Por eso, cuando se invierte en estos valores florece una satisfacción personal, e incluso social, que permitirá al inversor desarrollar su propia cultura financiera. En este sentido, la organización ‘Financiación Ética y Social’ enumera una serie de ventajas quienes firmen estos fondos:

  • Ser congruentes con nuestro modo de pensar y de ver la vida. Cumplir con nuestras expectativas éticas como ahorradores.
  • La financiación de pequeños proyectos y microempresas que por las escasas garantías que ofrecen o por el coste de gestión que supone trabajar con ellas no interesan a las entidades financieras convencionales.
  • Que ONG y entidades sin ánimo de lucro en general accedan a fuentes de financiación privadas más baratas, desligándolas de la dependencia de subvenciones oficiales otorgadas por los gobiernos.
  • Presionar desde el sector privado para que los agentes económicos cambien sus decisiones o, al menos, tengan en cuenta aspectos sociales y éticos antes de tomarlas.

Índices éticos

Los dos índices mas conocidos que reflejan los rendimientos de las inversiones éticas, así como la composición de compañías que se ajustan a estos criterios son: ‘Domini Social Index’ y el ‘Calvert Social Index’. Los gestores y analistas de ambos investigan continuamente la calidad de las compañías seleccionadas. El primero de ellos se compone de un total de 400 compañías, en donde la entidad Kinder Lydenberg & Domini se encarga de gestionar y analizar el índice, velando por que se cumplan los requisitos de selección. Por su parte, el segundo de los índices se compone de 1.000 compañías y es la propia entidad la que se encarga de seleccionar y seguir la marcha de las mismas, tanto en un sentido ético como de funcionamiento económicamente eficaz.

Se puede invertir en otros fondos de carácter ético, aunque la oferta de los que existen en el mercado en España no es demasiado amplia, sobre todo en comparación con la de otros países, como Estados Unidos, por ejemplo. Apenas llegan a la veintena, aunque las dos grandes gestoras estatales (BBVA y Santander Central Hispano) son los que ofrecen una mayor variedad de propuestas para invertir en fondos éticos. Otras entidades financieras (Bankinter, Bestinver o La Caixa) también ofrecen a los inversores la posibilidad de acogerse a esta forma de rentabilizar los ahorros, aunque con productos más limitados. Conviene recordar al respecto que para estar posicionados en este mercado lo primero que deben de tener en cuenta los inversores es la especial naturaleza de esta inversión. “La financiación ética incorpora la ética al conjunto del proceso de financiación. Los ahorradores, personas o entidades ejercen su derecho a saber dónde se invierten sus ahorros y, por lo tanto, estas entidades dejan de financiar actividades éticamente reprobables e invierten sólo en proyectos con contenido social y medioambiental, y a su vez facilitan el acceso al crédito a los colectivos que tradicionalmente han estado excluidos”, aclara José Marí, director de Financiación Ética y Solidaria (FETS). Una vez asimilado este concepto, los ahorradores deben saber que existen fondos éticos de diferentes clases y para diferentes perfiles de clientes. No es lo mismo invertir los ahorros en un fondo de riesgo reducido (‘Bankinter Solidario’), que hacerlo en otro muy agresivo (‘Foncaixa 133 Socialmente Responsable’).

Novedades

El último fondo en incorporarse a los mercados financieros, y que ya puede ser contratado por los inversores, es el ‘Fondo solidario para ayuda a África’ desarrollado por la gestora Bestinver. Tal y como explica su gestora, está constituido con las donaciones de particulares, empresas y organismos. Al diferencia del resto de fondos, en este no hay cuotas ni tampoco una búsqueda de rentabilidad financiera. El objetivo, aclara la gestora, “es producir un incremento de valor en la calidad de vida de los destinatarios”.

Dentro de los grandes grupos financieros del país, Santander Asset Management oferta en el mercado ‘Santander Dividendo Solidario’, que acumula una rentabilidad en lo que llevamos de año de un 4%, mientras que en 2006 fue del 22%. Este fondo invierte en empresas de mediana capitalización con alta rentabilidad por dividendo, eliminando aquellas que guardan relación con la fabricación de armamento. Cede el 21% de la comisión de gestión a la ONG que cada cliente desee entre una amplia lista de organizaciones (Aldeas Infantiles SOS, Cáritas, Cruz Roja Española, Ayuda en acción, entre otras). Entre las empresas en las que invierte se hallan: Eurostoxx 50, Teliasoinera, Compass, Bayer y Kingfisherracia. Otra de sus derivaciones solidarias es que cede una parte de la comisión anual de gestión a una de las ONG participantes en el fondo. La gestora cántabra también dispone del ‘SCH Solidario’ otro fondo de inversión solidario que cede el 40% a la ONG que el cliente elija.

Las otra de las grandes gestoras, BBVA Gestión, tiene en el mercado varios fondos solidarios, ‘BBVA Solidaridad’, que acumula una subida en lo que llevamos de año del 1%. La cartera de este fondo se distribuye de forma que el 71% como mínimo está invertido en valores de Renta Fija y un 29% como máximo, en valores del Renta Variable. BBVA Gestión también comercializa otro fondo solidario, aunque este está ‘disfrazado’, ya que no especifica que se trata de un fondo ético. Es el ‘BBVA Extra II Garantizado’ que preselecciona empresas del índice Ftse Good Global 100 Index. Además, la entidad vasca ofrece a sus clientes la posibilidad de contratar el ‘BBVA Desarrollo Sostenible’, cuyo objetivo e’ invertir en compañías que sean consideradas ‘inversión sostenible’, entendiendo como tal la inversión en aquellas empresas capaces de integrar en su estrategia las oportunidades y riesgos medioambientales, sociales y de gobernabilidad. Este fondo acumula una variación anual del 1,9% y el año pasado obtuvo una ganancia del 7%.

Fuera de las dos grandes gestoras, el mercado se ciñe a los productos que ofrecen firmas como Bankinter -“Bankinter Solidaridad” -, la Caixa – “Europa Valor” – o el ya referido de Bestinver. “Los ahorradores éticos son personas sensibilizadas por los temas sociales y ambientales que quieren que su dinero sirva para financiar actividades coherentes con sus valores”. Un ejemplo: Puedo ser pacifista y salir a la calle para manifestarme contra la guerra, pero tengo mi dinero en un banco que a su vez puede estar financiando la compra de armamento. Esto no significa que los ahorradores éticos tengan que tener mucho dinero ahorrado; se trata de que, aunque sea en pequeñas cantidades, entre muchos se contribuya a la consolidación de las finanzas éticas, concluyen desde FETS.

Criterios de exclusión e inclusión

Según la organización ‘Financiación Ética y Social’, hay unos criterios de exclusión en los fondos éticos, que son los siguientes:

  • Inversión en países de regímenes políticos que no respetan los derechos humanos.
  • Utilización de técnicas productivas contaminantes y peligrosas.
  • Fabricación de material nuclear.
  • Explotación de los menores.
  • Destrucción del Medio Ambiente.
  • Falta de reconocimiento de los derechos de los trabajadores.
  • Industria del armamento.
  • Industria del alcohol y el tabaco.
  • Industria de los juegos de azar.
  • Utilización de publicidad agresiva u ofensiva.
  • Industria de la pornografía.

Pero también hay unas valoraciones positivas por parte de las gestoras, y que en opinión de la FETS son aquellas actividades y comportamientos que están de acuerdo con los principios éticos de los inversores:

  • Adopción de políticas medioambientales en la empresa.
  • Respeto a la biodiversidad.
  • Apoyo al desarrollo comunitario local.
  • Igualdad de oportunidades de género y trato igualitario de los trabajadores.
  • Relación de la empresa con la comunidad que la acoge.
  • Implicación de la empresa con la educación y la formación de los trabajadores y sus familias.
  • Relación de la empresa con los sindicatos y las demandas laborales.
  • Transparencia en la gestión económica y financiera.
  • Apoyo a iniciativas de empresas o proyectos medioambientales.
  • Apoyo a iniciativas de comercio justo y consumo responsable.
  • Transferencia de tecnología a países pobres.
  • Respeto a los derechos humanos y actividades en países con vulneración de estos derechos.
  • Empresas con sistemas de gestión participativa.
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