Las mejores inversiones para 2009

La inversión en renta fija y deuda pública ofrece menos rentabilidad, pero es la más segura en época de crisis
Por José Ignacio Recio 2 de diciembre de 2008
Img euros dorados

Con la Bolsa española generando pérdidas de hasta el 50%, y las de medio mundo en la situación más inestable del último lustro, los pequeños y medianos inversores se preguntan si 2009 será el momento propicio para colocar sus ahorros en el Mercado Continuo, o incluso si merece la pena hacerlo en alguno de los productos que ofrecen las entidades bancarias. Lo cierto es que el mercado financiero se caracteriza actualmente por la inseguridad, pero también es verdad que el inversor tiene ante sí diversas alternativas para rentabilizar sus ahorros durante este nuevo ejercicio: desde las muchas posibilidades que ofrece la renta fija para los más conservadores, a las que proporciona la renta variable, pasando por la inversión en metales preciosos o ETF. Además, es posible invertir en depósitos (menos interesantes por su menor rentabilidad como consecuencia de la bajada en los tipos de interés), o en los productos derivados de la deuda pública, cuya rentabilidad es mínima, pero ofrecen una alta seguridad.

Invertir en deuda pública

Los productos derivados de la renta variable proporcionan mayores plusvalías pero se asume más riesgo

Entre la deuda pública se encuentran las Letras, Bonos y Obligaciones del Estado, que ofrecen seguridad, aunque a cambio de una menor rentabilidad. Esta forma de inversión es una de las menos remuneradas hoy día, pero su contratación puede ser interesante para muchos inversores, dada la actual coyuntura económica.

  • Letras del Estado: la rentabilidad de las últimas subastas resulta escasa (entre el 2,5% y el 4%). Así, las de las letras a 6 meses ha sido del 2,53%, del 2,47% la de las letras a 12 meses, y de un 3,9% las letras a 18 meses. Entre sus ventajas, sin embargo, destaca la ya mencionada seguridad.
  • Cuentas y Depósitos Financieros en Deuda del Estado: son una alternativa para invertir en Valores del Tesoro, y están comercializadas por las entidades financieras. Mediante las cuentas y depósitos financieros bancos y cajas captan fondos y los invierten de inmediato, por cuenta de sus clientes, en Valores del Tesoro comprometiéndose la propia entidad, de forma periódica, a comprar e inmediatamente revender a los titulares de la cuenta o del depósito financiero los Valores del Tesoro afectos. Su principal ventaja reside en que ofrecen una rentabilidad superior a la de otros productos derivados de la deuda pública, pero están a expensas de la fluctuación de los tipos de interés.
  • Bonos: uno de los productos más característicos son los bonos españoles, cuya rentabilidad varía en función del plazo. Así, el de 10 años tiene una rentabilidad del 4,03%, el dirigido a tres años, del 3,05%, y el de 30 años, del 4,67%. Es una de las mejores opciones para los inversionistas más conservadores, siempre que dirijan su inversión al largo plazo.

    Invertir en renta variable

  • Bolsa: dentro de este tipo de inversión, la más complicada durante el 2009, la estrategia debería consistir en esperar, y en decantarse por valores que presenten una saneada cuenta de resultados y cuyos productos no estén afectados en exceso por la actual crisis económica. También existe la posibilidad de comprar valores de compañías que hayan caído en el ejercicio 2008 más de un 60%, sin que haya motivos objetivos para justificar este descenso, una alternativa muy interesante para los inversores más agresivos siempre y cuando sepan equilibrar la ecuación riesgo-rentabilidad. Para los ahorradores de carácter defensivo siempre queda la solución de buscar valores que asuman el papel de refugio o los que proporcionen dividendos. Entre las ventajas de apostar por la Bolsa destaca el hecho de que es el tipo de inversión que más plusvalías ha proporcionado a los inversores durante los últimos años. Entre los inconvenientes, obviamente, que no parece ser el momento idóneo debido a la incertidumbre que planea sobre las economías internacionales, así como sobre el estado real de las empresas que cotizan en sus parqués.
  • ETF (fondos de inversión mobiliaria que cotizan en Bolsa): este tipo de inversión, especializada, necesita asesoramiento de un analista financiero. En principio, su bondad viene determinada por el hecho de que los ETF aúnan las ventajas de la inversión en acciones (sencillez, liquidez, cotización continua en la bolsa) con las de los fondos indexados tradicionales (diversificación, exposición a un sector o país con un único producto). De esta forma, permiten beneficiarse de la evolución de los mercados de renta variable en cualquier horizonte temporal de inversión. También se accede a un amplio abanico de acciones mediante un único producto que cotiza de forma continua durante las horas de mercado. Por último, permite diversificar la cartera sin necesidad de utilizar varios activos, lo que reduce el riesgo y el coste.
  • Otros productos financieros: en esta categoría se encuadran los fondos de inversión, «warrants», opciones de futuro… Es la opción más problemática para el año 2009 debido a las especiales características de sus respectivos productos, que tienen un alto componente de riesgo. Por otra parte, son los que tienen más probabilidades de obtener una alta rentabilidad, pero en este momento son los productos menos recomendables para encauzar la inversión, además de ser sofisticados en exceso.

    Productos bancarios

  • Cuentas remuneradas: una de las alternativas más interesantes para el inversor medio son las cuentas remuneradas, que ofrecen una rentabilidad que -sin ser muy elevada- no implica suscribir ningún tipo de productos financieros. La mayoría de bancos y cajas de ahorros disponen de este producto, y las hay para todos los gustos y con diversas particularidades. Entre ellas destacan la «Cuenta Ahorro» del Banco Popular (4,10%), la «Cuenta Naranja» de ING Direct (2,42%), la «Cuenta Ahorro» de Uno-e (1,90%) o la «Cuenta Open» de Openbank (2,30%). Entre sus ventajas destaca el hecho de no requerir ninguna aportación especial, y que permiten disponer de una completa liquidez. El principal inconveniente, es su escasa rentabilidad, en especial comparadas con otros productos bancarios.

    La rentabilidad de los depósitos ha descendido como consecuencia de la bajada de los tipos de interés

  • Depósitos a largo plazo: ofrecen mayor rentabilidad en función la estructura del producto diseñado, entre los que abundan los garantizados. Destacan las siguientes imposiciones: el «Depósito a 25 meses» del Banco Popular (5,25%), el «Depósito Fiscal» de Openbank (4,08%), el «Depósito CAM» para dos años (4,00%). También, el «Depósito Naranja 24 meses» de ING Direct (3,30%), el «Depósito Interés Garantizado» de Bancaja (2,78%), o el «Depósito Creciente a 3 años» del BBVA (2,74%). Otros son el «Depósito Creciente a 60 meses» del Banco Sabadell (2,52%), y el «e-Depósito a 24 meses» de Caixa Catalunya (2,00%)… La principal desventaja es que su suscripción puede estar condicionada al cumplimiento de una serie de requisitos.
  • Depósitos a corto plazo: son uno de los productos más populares entre los pequeños ahorradores debido a que han experimentado una notable difusión durante los últimos ejercicios. La oferta es muy amplia, aunque por lo general va destinada a nuevos clientes y a períodos muy cortos de suscripción (entre uno y seis meses), de ahí que la rentabilidad que ofrecen sea superior a la que proporcionan los de larga duración. Dentro de esta categoría destacan el «Depósito Aniversario» de Openbank, que proporciona una rentabilidad del 10,48%, el «Depósito Citibank» a un mes (9,57%), «iDepósito en euros a un mes» de Banesto (6,78%), el «Depósito a un mes» de ING Direct (6,6%). Otros productos a corto lazo son el «Depósito a 30 días» del Banco Popular (4,02%), el «IPF a tres meses» de Bankinter (4,47%), así como el «Depósito a un año» a tipo variable de Caja Madrid (3,26%), el «On Depósito» de Caixa Galicia (2,33%), o el «e-Depósito a tres meses» de Caixa Catalunya (1,75%)… Se trata de un producto muy fácil de contratar y que no requiere excesivos requisitos, a lo que se une la elevada rentabilidad ofrecida por las entidades emisoras para captar el dinero de los clientes. Sin embargo, está a expensas de la evolución de los tipos de interés, de forma que en un determinado momento la remuneración puede ser menor.
  • Invertir en metales preciosos

    Una buena alternativa de cara al 2009 es la entrada en los mercados de metales preciosos, máxime si la evolución de sus precios es positiva, como marca la tendencia actual. Hay varias opciones para diversificar la inversión:

    • Certificados de depósito: es una de las formas más sencillas para adquirir oro en el mercado, su comprador es propietario de oro físico y dispone de un certificado (en papel o electrónico) de dicha adquisición. No tiene la obligación de depositarlo en ninguna entidad financiera.
    • Futuros sobre el oro: el diferencial entre compra y venta es mínimo. Dicho de otro modo: el precio de compra es aquél que el inversor abona por el oro en el mercado, y el de venta es el precio al que se puede vender en el mercado en ese momento.
    • Fondos de inversión: son fondos que invierten en acciones de compañías mineras y, aunque no son muy numerosos, están presentes en el mercado financiero. Recogen los posibles beneficios que se pudieran derivar de la cotización de los principales metales preciosos.
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