Rentabilidades de los actuales depósitos

Si la fecha de vencimiento se acerca, conviene empezar a buscar otro producto antes de que los intereses bajen aún más
Por Rosa Cuevas 9 de junio de 2009
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Los ahorradores que pusieron a buen recaudo su capital contratando a finales de 2008 un depósito a plazo fijo, y cuya renovación o vencimiento se acerca, sufrirán en primera persona, si no la han hecho ya, la penuria por la que atraviesan los tipos de interés. La dura realidad que les espera es la de comprobar que donde hace apenas seis meses les daban cerca de un 4% TAE, en estos momentos difícilmente les podrán ofrecer la mitad, y mucho menos si se trata de un depósito de la banca tradicional. El golpe será aún más fuerte si el producto que vence fue contratado en épocas anteriores. ¿Buscar a cualquier precio la máxima rentabilidad de nuestros ahorros o apostar por productos que los preserven y los mantengan? Las previsiones no son del todo halagüeñas. Por eso, conviene no dejar pasar los días y contratar el producto que más interese antes de que los tipos de interés puedan bajar algo más.

No dejar pasar el tiempo

Dos son los índices que marcan las rentabilidades de los depósitos a plazo y de las cuentas de ahorro: los tipos de interés oficiales que establece el Banco Central Europeo (BCE) y el Euribor. Los primeros se sitúan desde comienzos de mayo en el 1%, la tasa más baja conocida hasta el momento. Pero algunos análisis estiman que los tipos de interés bajarán aún más a lo largo de este año; por ejemplo, el Servicio de Estudios del BBVA indicaba recientemente que el BCE podría situar los tipos oficiales en el 0,5% a finales de año. La racha por la que pasa el Euribor no es muy diferente. Según datos de la cotización diaria, la media mensual de mayo se sitúa en el 1,622%, lejos del 5,361% que marcó el mismo mes del año pasado. Junio podría sumar el noveno mes consecutivo en que baja el Euribor, tendencia aplaudida por quienes deben revisar la hipoteca, que ven cómo sus cuotas mensuales se rebajan, pero que al mismo tiempo tumba las expectativas de los ahorradores más conservadores.

Merece la pena dedicar un tiempo a rastrear lo que el mercado ofrece hasta encontrar la mejor oferta

Ante este panorama, el mejor consejo si la imposición a plazo fijo está a punto de vencer es la de no posponer la toma de decisiones pensando que los tipos de interés reflotarán hasta recuperarse. Es un gran error. Por ello, y para no cometerlo, merece la pena dedicar un tiempo a rastrear lo que el mercado puede ofrecer hasta encontrar la mejor oferta. Ahora, más que nunca, las entidades premian a los nuevos clientes o a quienes ya siéndolo aumentan el saldo de sus depósitos. Aquellas cantidades que proceden de otros bancos y cajas de ahorros suelen tener rentabilidades algo más favorables que las que pueden dar en ese mismo momento a su cartera habitual de clientes.

Otro dato que debe tener en cuenta el consumidor es que cada vez es más común que el depósito ofrecido -que en la mayoría de los casos tiene una rentabilidad algo más ventajosa que la del resto- exige cierta vinculación con la entidad en cuestión. No bastará con aportar dinero “nuevo”, sino que además será necesario contratar una serie de productos complementarios y asumir ciertos compromisos, como domiciliar la nómina, recibos del hogar, tener contratadas tarjetas de crédito con la entidad… Ofrecen una expectativa atractiva, pero al exigir la contratación de otros vínculos adicionales la rentabilidad del producto puede llegar a diluirse. Un ejemplo: el Depósito 5Ya de La Caixa da un 5% durante 12 meses, pero previa contratación de un plan de pensiones. No hay que dejarse llevar sólo por una rentabilidad “jugosa”, sino echar cuentas y comprobar cuánto dinero supone contratar este tipo de productos adicionales. Si la cantidad es considerable, quizá sea oportuno buscar otro depósito con un tipo de interés más bajo pero que brinde cierta libertad al no incluir una vinculación a largo plazo con la entidad.

¿Dónde están las mejores rentabilidades?

Las cuentas de ahorro, y más si pertenecen a la categoría de la alta remuneración, y los depósitos tradicionales a plazo siguen siendo los refugios preferidos por los ahorradores más conservadores. Pese a la crisis, ofrecen seguridad, rentabilidad y libertad total para disponer del capital en el caso de las cuentas de ahorro. Internet continúa siendo la mejor plataforma para contratar los depósitos, aunque también es cierto que la banca on line no vive ajena a la crisis y mes a mes los tipos de interés ofrecidos son recortados o, simplemente, productos con rentabilidades muy atractivas desaparecen de la oferta de un plumazo. Aun así, quedan entidades que operan en Internet que aguantan el tirón ofreciendo rentabilidades por encima de los tipos de interés oficiales. Por ejemplo, el depósito “Tudepósito más” de TuBancaja, marca de Bancaja, resiste el temporal y ofrece un 6% TAE durante un mes para los nuevos clientes. El depósito puede ser contratado con un mínimo de 1.000 euros y un máximo de 50.000. Entidades como ActivoBank, filial on line del Banco Sabadell, y Uno-e, banco virtual en línea vinculado al BBVA y Telefónica -como se definen ellos mismos-, ofrecen sendos depósitos al 3% TAE durante tres meses. De la categoría de depósitos on line irresistibles se descuelgan dos de los bancos que hasta ahora eran abanderados de este tipo de productos: ING Direct y Openbank. El banco holandés mantiene vivos sus archiconocidos depósitos naranjas, pero en el mejor de los escenarios otorgan un 2,50% TAE durante tres meses si se ingresan más de 50.000 euros. Por el contrario, la cuenta naranja de ING aún ofrece una rentabilidad que está muy por encima de los tipos oficiales, un 3% durante los primeros cuatro meses. Por su parte, los depósitos de Openbank pierden fuerza. Desaparecen sus depósitos de bienvenida para nuevos clientes y la media de los que persisten no supera el 3%.

El boom de las preferentes

Desde finales del pasado año varias han sido las entidades españolas que se han subido al carro de emitir participaciones preferentes. Los descalabros de los tipos de interés y la consecuente pérdida de atracción de los depósitos tradicionales han provocado que la banca eche mano de este producto financiero, algo “sofisticado”. En concreto, las últimas en lanzar títulos preferentes han sido La Caixa, que colocará a través de la Red un máximo de 2.000 millones de euros, y Caja Madrid, que pretende vender hasta 3.000 millones. ¿Qué son exactamente? Pueden definirse como un instrumento híbrido entre acciones y deuda que las entidades emiten para mejorar su solvencia, según explica Manuel Romera, director técnico del Sector Financiero del IE Business School. Pueden resultar interesantes, pero los riesgos que se corren son mucho mayores que en el caso de los depósitos tradicionales. En cuanto a su rentabilidad, por ejemplo las preferentes de La Caixa, que tienen un valor nominal de 1.000 euros y un importe mínimo de suscripción de 30.000 euros, ofrecen una rentabilidad del 6% TAE que se pagará trimestralmente durante los dos primeros años. Pero, una vez más, el reclamo de una atractiva rentabilidad no debe ser lo único en lo que fijarse.

Las participaciones preferentes son activos perpetuos, por lo que el ahorrador no tiene un horizonte temporal para su inversión

Como punto de partida, el ciudadano debe saber que se trata de activos perpetuos, por lo que el ahorrador no tiene un horizonte temporal de su inversión, y el tipo de interés que pagan no está siempre garantizado, pues depende de que la entidad obtenga beneficios. No deja de ser un producto muy complejo para el pequeño ahorrador, por tanto, hay que asesorarse e informarse a través de la entidad emisora. En cualquier caso, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) recomienda solicitar y estudiar detenidamente el folleto informativo del título así como el resumen del mismo antes de iniciar cualquier operación.

Los estructurados

Además de los tradicionales o las imposiciones a plazo fijo, abundan en el mercado bancario otro tipo de depósitos cuya mecánica es algo más complicada. Son los depósitos estructurados y, aunque compartan la categoría de depósito con los tradicionales, nada tiene que ver los unos con los otros. Básicamente, lo que diferencia a ambos es que la inversión del ahorrador se divide en dos partes o tramos. La primera fracción de la inversión suele ser un depósito a plazo fijo con una duración limitada en el tiempo, unos meses, que se remunera a un tipo de interés fijo más atractivo que el que en esos momentos puede ofrecer un depósito tradicional. El segundo tramo de la inversión tiene una duración más larga y su rentabilidad está vinculada a la evolución de uno o varios índices bursátiles, de la cotización de un grupo de acciones, o cualquier otro, por lo que la rentabilidad puede subir o bajar. Las dos partes del depósito van siempre juntas, de ahí que el nombre del depósito sea el de combinado y que la entidad no permita contratar la primera parte sin la segunda o al contrario.

Lo que cualquier persona interesada debe saber es que se trata de un producto no exento de riesgos, ya que una parte de la inversión queda sujeta a merced de lo que acontezca en la Bolsa. Hay que tener en cuenta que por norma general esos segundos tramos de la inversión de los depósitos estructurados tienen plazos de vigencia superiores a un año. Durante ese tiempo, el inversor deberá estar atento a los vaivenes de la Bolsa para calcular la rentabilidad que podrá cobrar. Y eso no es todo; tal y como el Banco de España expone, aunque la entidad se comprometa a devolver al vencimiento la totalidad del importe invertido, es importante valorar con detalle las circunstancias que pueden influir en la rentabilidad del producto. Además, es recomendable fijarse en las condiciones en que se puede recuperar la inversión a largo plazo: si ofrece la posibilidad de cancelarlo anticipadamente y, de ser así, cuál es la comisión por dicha cancelación. Y es que en el caso de estos depósitos, muchas veces no se permite la cancelación anticipada o, si se considera, su importe puede ser muy elevado.

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