Inversiones al margen de la Bolsa

Hay alternativas, tanto tradicionales como innovadoras, para obtener la máxima rentabilidad en los próximos meses
Por José Ignacio Recio 26 de septiembre de 2009
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Los inversores tienen múltiples herramientas financieras para depositar sus ahorros al margen de las derivadas de los mercados bursátiles. Si por miedo ante nuevas caídas o por falta de estímulos deciden no tomar posiciones en los parqués, es posible sacar el mayor rendimiento a los ahorros de otro modo. Depósitos, fondos de renta corporativa, metales preciosos… Hay alternativas, tanto tradicionales como innovadoras, que pueden reportar beneficios en los próximos meses.

Depósitos y fondos

Depósitos y fondos«>Una de las opciones más conservadoras es colocar los ahorros en un depósito, aunque estos no pasan por el mejor momento debido a su escasa rentabilidad. A pesar de todo, la posibilidad de tener liquidez total les procura clientes, pero menos que hace unos años. El descenso de su rendimiento se ha reflejado en una bajada de contratos. En mayo, hasta los 656.000 millones de euros frente a los 664.000 millones del ejercicio anterior, lo que supone un descenso interanual del 1,2%.

Su rendimiento medio colocados a un plazo de entre una semana y un mes no supera el 1%. Por este motivo, si la elección para invertir es apostar por un depósito, la estrategia debe ir encaminada a contratar los productos que procuren mayor rentabilidad, de entre el 3% y el 6%. Para ello hay que seleccionar depósitos estructurados -los más rentables hoy- o dirigirse a los promocionales. En este caso, conviene saber que el beneficio ronda el 5%, pero durante un periodo de tiempo muy corto, en torno a un mes.

Si la elección para invertir es apostar por un depósito, es adecuado contratar productos estructurados o promocionales

Los inversores pueden decantarse por los fondos de inversión, aunque con mucha prudencia. De renta variable, monetarios, mixtos o de bonos, el primero es el que puede brindar un rendimiento más elevado si la Bolsa continúa en un escenario alcista. La oferta de las gestoras de los bancos y cajas de ahorro es una de las más extensas del mercado financiero actual, y la rentabilidad media se sitúa entre el 8% y el 25%, según el producto. Es una opción conservadora, dirigida al medio y largo plazo, para los inversores que quieren introducirse poco a poco en los mercados bursátiles, pero sin acudir directamente a los parqués.

Las expectativas de crecimiento de los fondos monetarios y mixtos en periodos de reactivación económica no son tan halagüeñas, pero dotan a sus suscriptores de seguridad, a costa del beneficio: por debajo del 5%. Las promociones de las entidades financieras y los traspasos desde otros bancos sí salen rentables. Premian al cliente con hasta un 1% del importe traspasado, aunque con un máximo por cliente estipulado en 1.000 euros.

Corporativa, otra alternativa

Dentro de la renta fija, una vez desechada la deuda pública -cuya rentabilidad se sitúa en mínimos históricos (entre el 1% y el 2%)-, otra alternativa para los pequeños y medianos ahorradores son los fondos de renta fija, emitidos por los gobiernos o por las empresas. Los analistas no son partidarios de escoger la primera opción debido a los déficits de las principales economías internacionales.

Los productos corporativos tienen una rentabilidad cercana al 5%, por encima de otros derivados de la renta fija

Los corporativos tienen una rentabilidad cercana al 5%, por encima de otros derivados de la renta fija. Pero es conveniente informarse, en especial en los fondos, de su estructura, composición y plazos, ya que son complejos de suscribir para el usuario medio.

Los productos alternativos, estructurados y referentes, fueron hasta el inicio de la crisis económica los más demandados por los inversores, debido a su alta rentabilidad. Desde que la recesión se hizo patente, es peligroso estar en contacto con ellos, pues si bien ofrecen un mayor beneficio (hasta un 10%), conllevan un alto riesgo. Están destinados a un perfil bien definido: inversores expertos acostumbrados a este tipo de productos. Por lo tanto, si no se cuenta con la asesoría de una entidad financiera, es aconsejable por el momento abstenerse de su contratación.

Valores refugio

Los pequeños y medianos inversores pueden obtener beneficios si acuden al mercado de los metales preciosos. Son muchas las empresas que comercializan un amplio surtido de lingotes de oro, plata, platino y paladio desde 2,5 hasta 1.000 gramos. También disponen de una gran variedad en monedas como el “Krugerrand”, el “Maple Leaf” o el “Australian Nugget”, todas de una onza. Algunas de estas compañías cuentan con plataformas on line, desde las que se llevan a cabo las operaciones de compra y venta.

El precio de una onza de oro en 1999 era de 262 dólares, mientras que en la actualidad su valor se ha triplicado hasta los 900 dólares

Según informa el US Mint (la Casa de la Moneda de Estados Unidos) sólo en el mes de junio se compraron 116.000 monedas “American Eagle”, casi el doble de las 65.000 que se adquirieron en mayo. Sin embargo, la cifra fue inferior a las vendidas en abril y marzo. Éstas pueden ser algunas señales del interés de los inversores por este tipo de producto, debido en gran parte a que las acciones de oro han superado a casi todas las demás inversiones en los últimos años. Mientras que el precio de una onza de oro en 1999 era de 262 dólares, esa misma onza cuesta en la actualidad 900 dólares. Ha triplicado su valor en 10 años.

Vivienda, mejor no

La inversión inmobiliaria es, por el contrario, una opción poco aconsejada. Su precio ha caído casi un 20% desde finales de 2007, pero los datos oficiales señalan que estos siguen altos y, según las últimas cifras facilitadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el valor medio de la hipoteca sobre vivienda ha descendido en un 14,6% en mayo, con relación al mismo mes del ejercicio anterior. Standard-Poor’s estima que el escenario durante los próximos años estará dominada por las bajadas, del 35% hasta 2011. Otros estudios cifran los descensos en hasta un 50%.

En cualquier caso, si bien puede ser momento adecuado para comprar una vivienda como residencia habitual. El valor de la vivienda en España registró en el segundo trimestre una caída interanual del 8,3%, el décimo mayor retroceso en el mundo. Pese a ello, se encuentra lejos del desplome registrado en otros países como Dubai, que lidera el ranking de caídas, o Estados Unidos, que ocupa la cuarta posición, según un informe de la consultora Knight Frank.

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