Alquilar la vivienda para un rodaje

El propietario puede ganar más de 1.000 euros al ceder su casa para una película o un spot
Por Elena V. Izquierdo 18 de septiembre de 2011
Img camara
Imagen: Jacob Power

¿Quién no ha soñado alguna vez con tener una casa de anuncio? Aunque la atención se centra en el producto publicitado, en un segundo plano se ven amplias cocinas donde los padres preparan la comida para los niños, acogedores salones en los que la familia pasa ratos divertidos o grandes dormitorios a los que los jóvenes invitan a sus amigos. Lo mismo sucede con las películas o las series, aunque por lo general los escenarios no son los protagonistas, son elementos imprescindibles en un rodaje, sobre todo en aquellos en que la acción se desarrolla en interiores. Muchos de estos espacios son de cartón piedra, pero en otras ocasiones son residencias particulares alquiladas por días o meses para una producción. No es necesario que el inmueble sea espectacular porque los anuncios, las series y los largometrajes son de lo más variado. Casi cualquier persona con una vivienda amplia puede convertir su domicilio en una casa de película. Y su propietario puede ganar más de 1.000 euros por cederla.

Contactar con una agencia

Chalés con grandes jardines y piscina, áticos de diseño, habitaciones sesenteras, casas abandonadas, palacetes, chabolas. Los dueños de casi cualquier tipo de vivienda pueden participar en rodajes de películas, series y anuncios. Solo es necesario que sean amplias por el gran número de personas que participan en la producción. Como los argumentos son muy variados, una empresa puede buscar escenarios para épocas pasadas, paredes empapeladas con un estilo muy concreto, localizaciones sórdidas o espacios muy modernos. Las viviendas con características muy llamativas tendrán más posibilidades de ser aceptadas que otras más habituales.

Quien considere que su residencia puede reunir las características necesarias para ser el escenario de un rodaje solo tiene que ponerse en contacto con una de las agencias de localizaciones que actúan como intermediarias entre el particular y la productora del rodaje. A través de Internet -aunque cabe la posibilidad de acudir en persona o hacer determinados trámites por teléfono-, el interesado rellena un formulario con sus datos personales y los detalles sobre su vivienda.

Por alquilar la vivienda se recibe de media entre 1.500 y 3.000 euros diarios

Es importante aportar suficientes fotografías de las diferentes estancias de la casa: la cocina, el salón, las habitaciones, los baños… No obstante, no siempre es necesario que todas ellas figuren. En algunos casos, el propietario solo quiere destacar alguna zona de la residencia que cuenta con características especiales. También se debe mostrar la fachada, la parte trasera, las terrazas o el jardín si lo tiene. Es posible que a las productoras les interese solo una estancia determinada o que opten por la casa completa. A veces solo necesitan los exteriores y el resto se rueda en escenarios dentro de un estudio, aunque se da la impresión de que los hechos suceden en la casa que muestran por fuera.

Cualquier tipo de vivienda, siempre que sea amplia, puede ser escenario de una película

Las empresas también dan la opción de que un fotógrafo se desplace hasta la vivienda para tomar las instantáneas, pero hay opciones intermedias: el propietario puede mandar unas imágenes y, en el momento en que se preseleccionen, el profesional acude a la casa a tomar fotos de más calidad, de manera gratuita.

Pero no siempre es el dueño de la vivienda quien toma la iniciativa. En las agencias hay ojeadores que transitan por las calles, pasean por barrios y visitan bares, viviendas y urbanizaciones donde se podría hacer el rodaje. Luego se ponen en contacto con sus propietarios a través de conserjes, personal de seguridad o vecinos, y les ofrecen participar en su compañía.

Elección de la vivienda

Una vez que cuentan con la documentación necesaria, las empresas clasifican la información y la incluyen en una base de datos. Las agencias cuentan con una cartera de clientes que se ponen en contacto con ellas para buscar un escenario determinado y eligen entre el amplio catálogo de viviendas con el que cuenta la localizadora.

En cumplimiento de la Ley de Protección de Datos, las empresas intermediarias no revelan la identidad de los propietarios de la vivienda ni el lugar en que se ubica, salvo que la residencia resulte elegida y sea necesario que la productora se ponga en contacto con los arrendadores.

Las agencias insisten en que no solo las viviendas de lujo pueden formar parte de sus archivos. Lo cierto es que si se piensa en la cantidad de series, películas y anuncios que se graban en España queda claro que no todas las propiedades que aparecen en ellas son de «alto standing». Los hechos pueden suceder en una barriada, remontarse a la época de la guerra civil, a siglos más lejanos o centrarse en casas abandonadas. Cualquier vivienda o estancia con un tamaño suficiente -al menos 90 metros- puede convertirse en el escenario de una producción. La importancia de la extensión radica en el elevado número de profesionales que entrarán en la residencia a grabar: actores, técnicos de imagen y de sonido, regidor, director. Un espacio reducido no es muy conveniente para trabajar.

Condiciones del contrato

Una vez que la productora ha seleccionado una de las viviendas que le ofrece la agencia, esta se pone en contacto con su propietario y le explica el proyecto que quieren llevar a cabo. La empresa actúa como intermediaria entre quienes van a rodar y los dueños del inmueble. Por lo general negocian las condiciones del contrato, cuánto va a cobrar el propietario, el número de días que van a necesitar la casa, las horas de rodaje, etc. En todo caso, el arrendador tiene la última palabra y puede pedir otra tarifa o que se modifiquen las cláusulas preestablecidas.

El rodaje mejor remunerado es casi siempre el de los anuncios publicitarios

Según señalan en las agencias, es muy extraño que durante el rodaje la vivienda sufra algún desperfecto, pero puede ocurrir: arañazos en un mueble, manchas en la pared, huellas marcadas en el suelo. Para minimizar estos daños, siempre que una persona alquila su vivienda a una productora, se firma un seguro que cubre cualquier posible siniestro.

No siempre es obligatorio que el dueño permanezca fuera de la casa. En ocasiones, incluso, es preferible que se quede en ella, junto con el equipo de grabación, por si fuera necesario resolver algún asunto. Otras veces, la productora opta porque el propietario se vaya, con lo que tiene que pagar un hotel o irse a otra vivienda para pasar la noche. También hay quien aprovecha para viajar esos días con el dinero extra que obtiene.

Cuánto se cobra

Los precios varían en función de la producción que se vaya a rodar -un anuncio, una serie, una película, un documental…-, de los días que sea necesario contar con la residencia y, sobre todo, del tipo de vivienda en la que se grabe. No se paga igual por un chalé pequeño que por un palacete o una casa de mil metros cuadrados.

De media, por cada jornada de trabajo, la persona que presta de modo temporal su vivienda puede obtener entre 1.500 y 3.000 euros. No obstante, hay casas de lujo por las que se pagan 6.000 euros al día -aunque la cuantía por jornada desciende si se contrata durante una temporada más larga- y otras por las que no se reciben más de 1.000 euros.

El rodaje mejor remunerado es casi siempre el de anuncios, ya que se llega a pagar el doble que por una serie de televisión. Es habitual trabajar durante 12 horas y puede haber en la vivienda entre 20 y 50 personas. Por lo general, para grabar un spot no se necesita más de un día de trabajo y, si es necesario prolongar la jornada, el arrendador recibirá un pago por las horas extra.

El número de personas que ocupa la vivienda durante una película es similar al de la grabación publicitaria, se trabaja durante las mismas horas, pero pueden necesitar la casa durante más días. Lo normal es que en estos casos el precio de cada jornada sea inferior que si se arrienda el inmueble una sola vez. El dinero que recibe el propietario también varía en función del presupuesto del largometraje.

Las series utilizan la casa durante más tiempo y se puede pactar un día fijo a la semana en el que la productora estará en la vivienda.

También hay días que se destinan al montaje de los equipos o a cambiar el mobiliario de la vivienda. El dinero que recibe el dueño por estas jornadas suele ser la mitad de lo que cobra durante los días en que se rueda.

Quién alquila su vivienda

Los expertos coinciden en que, con la crisis, ha aumentado el número de personas que quieren prestar su casa para un rodaje. Los propietarios de estas viviendas han visto en la grabación de películas y anuncios un negocio interesante. Los ingresos son elevados y solo es necesario pasar unos días fuera -y no en todos los casos-.

En paralelo, se ha vivido en la última década un aumento del número de series televisivas que se ruedan en España, por lo que también se necesitan más localizaciones. No obstante, aunque las productoras necesitan viviendas en las que grabar, el dinero que están dispuestas a pagar por el alquiler se ha reducido en torno a un 15%.

Hay quien se dedica a arrendar su vivienda solo de manera esporádica para obtener unos ingresos extra de vez en cuando que le permitan darse un capricho, pagar la hipoteca o llegar a fin de mes. También hay propietarios que han encontrado un filón en el alquiler de su vivienda para rodajes y han hecho de este trabajo su modo de vida. Algunos arrendadores han prestado su vivienda decenas de veces a lo largo del año, así que los ingresos que reciben son considerables.

El incentivo económico es el más importante, pero alquilar una vivienda para una película también tiene otras ventajas. Una de ellas es el interés que suscita que actores famosos estén en la casa y ver después en el cine o en la televisión que la vivienda se ha convertido en el escenario de una historia. También hay quienes utilizan los rodajes como publicidad para la venta de la vivienda: no hay mejor promoción que la gran pantalla, salvo que se trate de la escena del crimen, claro.

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