Cuando nos surja algún problema que creamos que es susceptible de reclamar su solución debemos planear un curso de acción. Estas son las alternativas, presentadas según el orden en el que es conveniente que se produzcan:
1-En primer lugar es aconsejable dirigirnos al responsable del problema. Es decir, si se trata por ejemplo de anular un contrato que consideramos injusto, acudiremos a la persona o entidad con quien hemos firmado tal documento. Es conveniente que, en el caso de tramitar una comunicación escrita, estemos asesorados por un experto.
2-Determinados sectores disponen de vías propias de reclamación, por ejemplo el Defensor del Asegurado en las compañías de seguros o el Defensor del Cliente en bancos y cajas de ahorro.
3-Si tampoco da resultado este método de acción podemos recurrir a una demanda por vía judicial. A pesar de que para determinados tipos de reclamaciones (las inferiores a 901 euros, juicios de tráfico etc.) no es obligatorio contar con un abogado siempre es conveniente recurrir a su asesoramiento.
