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Cuestiones sobre la edad, salud, sexo, vida familiar, preferencias políticas o creencias religiosas no deben hacerse en una entrevista laboral, son ilegales y no se tienen que responder
¿Qué edad tiene? ¿Está casado? ¿Piensa quedarse embarazada o le gustaría tener hijos? ¿Su salud es buena? Esta información sobre la vida privada del candidato a un puesto de trabajo no es importante para evaluar su capacidad. Por ello, estas cuestiones no deben hacerse en una entrevista laboral, ya que son ilegales y vulneran el principio de igualdad ante la ley. Sin embargo, en un proceso de selección es práctica habitual que se requieran estos datos. En este artículo se explica qué 10 preguntas habituales son ilegales en una entrevista de trabajo y cómo salir airosos de ellas.
Artículo 14 de la Constitución española: Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Para cumplir este artículo, en un proceso de selección de personal hay preguntas que nunca deberían hacerse: edad, ideología o religión, la vida familiar.... Sin embargo, muchas veces surgen. ¿Cómo responder sin echar a perder la entrevista?
La edad no es relevante para realizar un trabajo. "Ni ser muy joven ni mayor está relacionado con la capacidad para trabajar y rendir", recuerda María Valdez, coach laboral y experta seleccionadora. Si el puesto en concreto requiere una edad determinada, hay que indicarlo antes y "argumentar muy bien por qué solo esa franja puede optar a un puesto, pues apelar a la edad para escoger o no a una persona para un trabajo es discriminatorio".
Pero si hacen la pregunta y no se quiere responder, no se tiene por qué hacerlo. Pero también se puede contestar, con una sonrisa, "que la edad es relativa". "Se puede explicar que ser muy joven puede hacernos ser impulsivos en exceso y que la madurez da un poso y un equilibrio que pueden ser más adecuados para el puesto", cuenta la experta.
¿Está casado o divorciado? ¿Tiene pareja? En las entrevistas laborales muchas veces, "aunque parezca increíble, se interroga por las relaciones familiares y sociales... ¡e incluso por las inclinaciones sexuales del candidato!", apunta la experta en recursos humanos Rosa Rodríguez. Y, además de que puede ser discriminatorio, es muy molesto para el candidato, que no debe contestar a ninguna cuestión íntima o que entre dentro de su esfera privada. "Simplemente debe responder que no estima oportuna la pregunta y que forma parte de su intimidad", señala.
Esta pregunta nada tiene que ver con la relación laboral e implica una discriminación hacia las mujeres, pues parece suponer que si se decide tener un niño, la situación en la empresa será difícil. Es una cuestión ilegal y denunciable, a la que es posible negarse a responder, indicando estas dos características.
Si, por el contrario, se contesta, "podemos dar la vuelta y explicar todas las ventajas para una compañía de tener contratada a una persona capaz de conciliar vida laboral y personal; especialmente si ya tenemos hijos y demostramos haber rendido como cualquier otro en nuestra empresa", argumenta Valdez.
Esta cuestión indica una discriminación de género muy clara y nunca deberían plantearla en una entrevista laboral. Si interrogan con algo similar, tampoco se debe responder. Sería conveniente decir "¿cuál es la pregunta exactamente?" o "¿qué quiere decir exactamente?" para dar a entender al entrevistador la inconveniencia de lo planteado. "Si insisten en ello, habrá que explicarles que se trata de una pregunta discriminatoria y que, por supuesto, tomará medidas", sostiene Valdez.
Cualquier persona tiene derecho a trabajar en España si reside en el país de forma legal. Si preguntan por el origen, la empresa puede ser objeto de una demanda por discriminación. Hay que tener en cuenta que hay algunas cuestiones, como ¿cuál es su lengua materna?, que persiguen conocer este dato.
Se debe responder, volviendo la interrogante a favor del candidato: "Gracias a mi condición de extranjero conozco varios idiomas, sé lo que es tener que adaptarse a cambios, etc., cuestiones que serán de provecho para cualquier empresa", dice Rodríguez.
Ser cristiano, judío, musulmán o ateo no influye en el rendimiento laboral. Las creencias religiosas pertenecen al ámbito de la intimidad de la persona, por lo que no se tiene por qué responder a estas preguntas si no se desea. De hecho, si incomodan en exceso, se puede informar al entrevistador sobre la determinación personal a denunciar esta actitud, que es contraria a la Constitución española y supone discriminación.
Saber la opinión política es también irrelevante para el trabajo y, además, forma parte de la esfera íntima de cada ciudadano. Nunca se debe responder a esta pregunta, a no ser que se desee. "Y debemos explicar al reclutador que la simpatía política no es significativa para un trabajo, no estamos cómodos respondiendo y, además, puede nos ser legal plantear la cuestión", añade Valdez.
Nadie tiene derecho a conocer los antecedentes penales ni discriminar a alguien por ello, y menos aún en un proceso de selección, pues vulnera el artículo 4.2 del Estatuto de los Trabajadores. Si plantean una cuestión sobre este tema, se debe decir que se estima innecesario abordar el tema en la entrevista y zanjar así el asunto.
Una empresa puede descartar por razones objetivas a quien estime que no pueda rendir de manera adecuada en el puesto que oferta, pero nunca en la entrevista laboral debe hacer preguntas sobre los hábitos de la persona, pues no tienen relación directa con el trabajo.
Si se tiene un problema de salud, se puede explicar si así se desea, pero "aclarando, de buenas maneras, que no encontramos relación entre tener diabetes, por ejemplo, y el puesto de trabajo al que optamos", indica Rodríguez. Y, si no se quiere responder, no hay por qué hacerlo. Se explicará, entonces, que no se entiende la razón de la cuestión y así se solventa el tema.
Salvo que el puesto requiera condiciones físicas especiales, en una entrevista laboral nunca deben preguntar por las medidas de peso o altura, pues son irrelevantes para desempeñar un trabajo. Discriminar por el físico es ilegal. Si interrogan por estas cuestiones, hay que declinar dar una respuesta.
En algunos países como Francia o Reino Unido los procesos de selección de candidatos se hacen de manera menos discriminatoria, ya que el currículum no incluye nombre, datos personales ni fotografía. En España, la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, aboga también por la implantación de este método para así acabar con la discriminación por sexo y valorar solo la formación y la experiencia laboral.
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