Biólogos de la Universidad de León descubren cómo criar la rana común en cautividad

Este hallazgo frenará la paulatina desaparición de esta especie autóctona de la Península Ibérica
Por EROSKI Consumer 17 de febrero de 2002

Un equipo de biólogos de la Universidad de León han encontrado la fórmula para criar la rana común en cautividad, un hallazgo que pondrá freno a la paulatina desaparición de esta especie autóctona de la Península Ibérica, cuyo número ha quedado reducido a una tercera parte en los últimos cincuenta años.

El biólogo Rafael Álvarez Nogal explicó ayer que el gran avance de la investigación, iniciada hace ya una década, sobre la «rana verde», también llamada «perezi», consiste en que «hemos demostrado que el anfibio aprende a comer pienso desde muy pequeño sin problemas, sin que sea necesario que el pienso flote o se mueva, como se pensaba antes».

Esta novedad «permite criar la rana común en «jaulas», siempre y cuando se den determinadas condiciones de temperatura, limpieza, caudal de agua, etcétera», según Álvarez, que recordó que «hasta ahora era prácticamente imposible conseguir que esta especie se criara fuera de su hábitat natural».

De momento, la Universidad de León ya ha patentado tanto el sistema de jaulas, en el que han de criarse las ranas, como el tipo de pienso que se les debe suministrar. El siguiente paso será conocer si se reproducen también en cautividad, «creemos que sí, pero debemos conocer las condiciones óptimas para ello», explicó Álvarez Nogal, que está convencido de que en cuatro años esta incógnita será resuelta.

Antesala de la «ranicultura»

Este hallazgo será la antesala de la «ranicultura», una actividad que, además de contribuir a preservar esta especie, será «un negocio extraordinario», tanto por la obtención de ancas de rana, como por la confección de complementos de piel así como para la elaboración de harinas, dado que la carne de la rana es similar a la del pescado azul.

La desaparición de este anfibio que sólo se da en la Península Ibérica se debe, según explicó el biólogo Francisco Purroy, a la disminución de humedales en el campo, a la contaminación de los ríos, a los herbicidas (que esterilizan a los machos), y a la reducción de la capa de ozono, que provoca que las radiaciones ultravioletas afecten a las crías de los anfibios.

Purroy hizo referencia a un informe medioambiental que pone de manifiesto que de los 36.000 kilómetros de ríos españoles, el 70% tienen «una fuerte contaminación, lo que provoca que donde había muchas ranas, ahora queden muy pocas o estén extinguidas».

El biólogo explicó que la rana común es una de las cinco especies que existen en la Península Ibérica y «tiene la capacidad de vivir muchas en poco espacio; puede haber charcas diminutas en las que se pueden encontrar millares de ranas, pero siempre y cuando el ambiente sea limpio», explicó Purroy, que afirmó que la mejor fórmula para conservar esta especie es «que los ríos recuperen su calidad de agua y que se defienda hasta el más pequeño humedal».

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