La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, a través del Banco de Germoplasma Vegetal, ubicado en el Jardín Botánico de Córdoba, ha completado una exitosa repoblación de manzanilla real, una preciada especie vegetal en grave peligro de extinción. Los responsables de la campaña han logrado con tan sólo unos ramilletes de Artemisa granatensis reproducir más de un millar de esquejes. Los ejemplares han sido entregados a agricultores de la Alpujarra granadina para intentar reinstaurar esta especie.
La manzanilla real es una de las 66 especies endémicas de Sierra Nevada (Granada). Su hábitat se reduce en todo al mundo a los 2.000 metros de altitud de los riscos y acantilados granadinos. Sus propiedades terapéuticas la pusieron al borde de la extinción definitiva. Su eficacia contra los trastornos digestivos en infusiones propició que fuese recolectada masivamente durante décadas. El último censo cifraba su población en poco más de 3.000 ejemplares. El Banco de Germoplasma Vegetal se ha propuesto repoblarla incluso fuera de su hábitat natural para asegurar su supervivencia.
Los botánicos han conseguido reproducirla con técnicas de fecundación in vitro, gracias a un programa pionero de restitución, recuperación y reforzamiento de poblaciones de flora amenazada. Para asegurar su preservación, el Jardín Botánico cordobés ha instalado más de cien cercados para proteger los nuevos brotes del ganado y de los herbívoros silvestres. El objetivo es crear minireservas que garanticen la adaptación de la nueva población al clima y asentar así una reserva estable en la Alpujarra.
Esteban Hernández, director del Banco de Germoplasma Vegetal, asegura la conservación de la especie, pese a que su extinción se acelera cada año. «Nuestra técnica garantiza crear con cuatro simples hojas, miles de ejemplares en apenas tres días», asevera. Los expertos han detectado que las variaciones en el ADN -el carné biológico de cualquier ser vivo- de las distintas especies de manzanilla real son mínimas: «La planta se ha adaptado perfectamente a climas que no son de altura, pese a no soportar la humedad con temperaturas secas», reseña Hernández, al tiempo que asevera tajante que «es tan fácil salvarla que incluso podría comercializarse a gran escala si se deseara, pero para eso hace falta un programa decidido».
Las últimas investigaciones científicas sobre sus propiedades terapéuticas tan sólo han arrojado pruebas fidedignas sobre su capacidad digestiva. La gran incógnita que aún no se ha logrado contrastar es si contiene alcaloides, la sustancia estimulante por excelencia del té, el mate o la cola. Su existencia explicaría el efecto reanimador que aseguran que produce al ser consumida en infusión.
El uso masivo de esta especie es tal que las primeras referencias de su recolección en Sierra Nevada datan de hace 800 años. El Banco almacena más de cinco mil especies en esporas y pólenes, y ha completado la base más completa de taxones amenazados de Europa.
