Los españoles consumen el doble de naturaleza de la que disponen, según WWF/Adena

Un informe de esta organización ecologista revela que el hombre está explotando la Tierra a un ritmo que supera su capacidad de regeneración
Por EROSKI Consumer 22 de octubre de 2004

España consume el doble de naturaleza de la que dispone, lo que se traducirá en una «insostenible» hipoteca ecológica que «no podremos asumir». El diagnóstico, que aparece en el informe Planeta Vivo 2004 de WWF/Adena, es aplicable al resto del globo terráqueo, aunque con diferentes graduaciones según el nivel de desarrollo. Así, España, como país occidental que es, supera con mucho la media de excesos de gasto medioambiental mundial, que WWF/Adena sitúa en un 20% de los recursos.

Las oficinas de esta asociación en todo el mundo lanzaron ayer este informe que documenta el «saqueo del planeta a un ritmo que supera su capacidad de regeneración». Que la Tierra solo regenere el 80% de lo que se desgasta supone una esquilmación histórica con efectos devastadores para la flora y la fauna, según los ecologistas. Las especies vertebradas terrestres, marinas y de agua dulce «han disminuido un 40% entre 1970 y 2000», concluye el equipo de 20 expertos que han trabajado en el análisis.

Las conclusiones confirman lo ya avalado por ediciones anteriores de Planeta Vivo. WWF/Adena habla de la multiplicación de la «huella ecológica» (impacto del hombre sobre la Tierra), que «ha aumentado 2,5 veces desde 1961». Según este concepto, cada ser humano necesita 2,2 hectáreas de terreno disponible para cubrir sus actuales necesidades, mientras que la Tierra apenas puede ofrecer 1,8 hectáreas (los 11.300 millones de hectáreas cultivables y espacios marinos deben alimentar a 6.100 millones de humanos).

Todavía más alarmante resulta la «huella energética», debido a la dependencia de los combustibles fósiles. Es el parámetro que más se ha multiplicado: un 700% en los últimos 40 años. WWF/Adena considera «de vital importancia que los gobiernos, la industria y la opinión pública cambien a energías renovables y promuevan tecnologías, edificios y sistemas de transporte eficientes energéticamente».

«Estamos contrayendo una deuda ecológica que no podremos asumir a menos que los gobiernos restauren el equilibrio entre consumo y renovación», concluye el director general de Adena Internacional, Claude Martín.

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