Japón rompe la moratoria que protegía a las ballenas jorobadas desde 1963

La flota nipona ha partido rumbo hacia el Pacífico Sur con el objetivo de capturar medio centenar de ejemplares
Por EROSKI Consumer 19 de noviembre de 2007

La flota ballenera japonesa partió ayer del puerto de Shimonoseki en dirección al Pacífico Sur, donde cazará por primera vez en 44 años ballenas jorobadas. Estos cetáceos estaban protegidos por una moratoria desde 1963.

La expedición está compuesta por cuatro balleneros liderados por el «Nisshin Maru», de 8.044 toneladas, y otros dos buques de observación que comenzaron su viaje desde el norte de Japón el miércoles. En total, planean cazar 850 ballenas mink, medio centenar de rorcuales comunes y 50 jorobadas.

La carne obtenida durante la expedición se venderá en el mercado japonés y los ingresos se reinvertirán en futuras campañas. El líder del equipo ballenero, Hajima Ishikawa, dijo durante la ceremonia de partida que pese a que su trabajo es objeto de campañas de bloqueo «malintencionadas» por parte de grupos ecologistas, éste debe continuar en el futuro.

Las 50 jorobadas que atrapará la flota japonesa en el Pacífico Sur se encuadran dentro del programa de caza científica JARPA II, según la Comisión Ballenera Internacional (CBI).

El objetivo de este plan, dice la CBI, es supervisar el ecosistema antártico, modelar la competencia entre las diferentes especies de ballenas, observar los cambios en las poblaciones y mejorar la gestión de las ballenas mink.

La ballena jorobada, también conocida como yubarta, es una de la especies más observadas por los turistas. Pesa 40 toneladas y mide 16 metros, aunque puede llegar a los 20. Habita en las zonas costeras y tiene unas aletas pectorales especialmente largas.

Viajando con las ballenas

Desde agosto, la organización ecologista Greenpeace ha estado siguiendo a un grupo de ballenas en su migración desde el Pacífico Sur hasta el Santuario Ballenero Antártico. Para ello se implantaron en los cetáceos unos chips inocuos que permiten su monitorización vía satélite.

El llamado “Gran Viaje de las Ballenas” se ha podido seguir a través de Internet. Con esta iniciativa, la organización ha querido demostrar que el estudio de estos mamíferos puede realizarse sin necesidad de matarlos.

En el mismo mapa donde estaban las ballenas ahora se reflejarán los movimientos de la flota japonesa en su viaje al Pacífico Sur. El buque “Esperanza” de Greenpeace, por su parte, también seguirá de cerca a los balleneros nipones y hará “todo lo posible” para intentar parar frenar la matanza. La “caza científica” es la excusa utilizada por los balleneros japoneses para defender su cacería. “Esto no es ciencia, es un negocio enmascarado como ciencia. Este programa de caza está generando mucho dinero financiado por los contribuyentes japoneses”, denuncia Karli Thomas, responsable de la campaña anticaza de ballenas de Greenpeace, que viaja a bordo del “Esperanza”.

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