Calefacción y agua caliente con biomasa: siete razones para usarla

Cada vez más ciudadanos en Europa consumen biomasa como combustible renovable
Por Alex Fernández Muerza 18 de febrero de 2016
Img pellet biomasa hd
Imagen: Andrew_Writer

En Suecia, Alemania, Noruega o Austria la biomasa es la principal energía renovable para calefacción y agua caliente. En España cada vez más personas instalan una caldera individual o un sistema colectivo con este combustible procedente de los excedentes y residuos forestales. Este artículo ofrece siete razones ambientales y económicas para instalar un sistema de calefacción y agua caliente con biomasa.

1. Utilizar biomasa para calefacción es más ecológico

Al limpiar los montes con el uso de los desechos forestales como energía renovable se reducen las posibilidades de incendios forestales y plagas, explica Margarita de Gregorio, directora de la sección de Biomasa de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA). En este sentido, encaja en la denominada economía circular que quiere potenciar la Unión Europea para transformar los residuos en recursos.

La biomasa para calefacción es más barata que los combustibles fósiles
El empleo de biomasa como combustible también contribuye a luchar contra el cambio climático. Javier Díaz, presidente de la Asociación Española de valorización energética de la biomasa (AVEBIOM), aclara que sus emisiones de gases de efecto invernadero «son neutras, es decir, el dióxido de carbono (CO2) que emite en la combustión ha sido capturado durante el crecimiento de los árboles y, por tanto, no introduce en la atmósfera más CO2».

2. La biomasa es más barata que los combustibles convencionales

Los impulsores de la biomasa destacan que es muy competitiva en cuanto al coste. La experta de APPA asegura que «es más barata y tiene un precio estable, a diferencia de los combustibles fósiles, por eso cada vez más gente se cambia». Según datos del Observatorio de la Biomasa (no existen datos oficiales), España tiene instalados unos 3.500 megavatios (MW) en unas 45.000 sistemas de todo tipo.

El responsable de AVEBIOM añade que «incluso ahora con los costes de petróleo tan bajos, sigue siendo más barata». En cuanto al importe de la instalación, Díaz explica que, dependiendo del tipo de equipo, los periodos de amortización pueden ir desde los 2 hasta los 10 años.

3. Se pueden solicitar ayudas para su instalación

El Gobierno central y muchas comunidades autónomas brindan ayudas económicas para sustituir equipos de combustibles fósiles por otros de biomasa. En el primer caso las gestiona el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), a través de su programa «Biomcasa«. Otra opción es contactar con los propios distribuidores o instaladores (el IDAE ofrece un listado de las compañías acreditadas). De Gregorio señala que siendo un poco manitas no es difícil colocar uno mismo una caldera de biomasa, si bien resulta una alternativa cómoda y sencilla contratar una empresa de servicios energéticos (ESE): «No hay que comprar la caldera ni preocuparse por la instalación, estas empresas se encargan de todo. Ellos son los dueños del sistema, y el consumidor solo paga el calor generado y el mantenimiento».

Img calefaccion biomasa
Imagen: AVEBIOM

4. Se adapta a las diferentes necesidades de los consumidores

En la actualidad hay dos tipos básicos de calefacción con biomasa, para uso individual o colectivo, explican desde APPA y AVEBIOM. En el primer caso, las viviendas unifamiliares pueden utilizar una caldera o una estufa. En el segundo se puede instalar un sistema central para un edificio e incluso para varias edificaciones, la conocida como calefacción de distrito. «A medida que el número de consumidores aumenta, los costes se reducen», subraya Margarita de Gregorio, que estima que en España hay unos 160 sistemas de distrito, sobre todo en la zona norte.

5. Es una energía muy utilizada en otros países europeos

Los expertos consultados señalan que nuestro país se encuentra entre el sexto y octavo puesto de Europa en empleo de biomasa para calefacción. De Gregorio sostiene que el potencial de recurso disponible en España le permitiría ocupar el tercer lugar y alcanzar a los principales países como Suecia, Alemania, Noruega o Austria, donde es la energía renovable que más producen. Díaz asegura que «crecemos a buen ritmo y, en unos años, estaremos mejor situados». De ello dependerán varios factores, según ambos expertos, en especial un mayor conocimiento por parte de los consumidores y una apuesta institucional real.

6. Su filtrado de gases contaminantes es cada vez más restrictivo

Uno de los principales desafíos de estos sistemas es su emisión de gases contaminantes de óxido de nitrógeno (NOx). Las normativas ambientales son cada vez más estrictas y, en el caso de la biomasa, la especialista de APPA alude a una normativa que entrará en vigor entre 2018 y 2020 y que obligará a los fabricantes a ser más restrictivos en el filtrado de emisiones.

7. Potencia la economía local y rural

La biomasa se produce de forma local, a diferencia de los combustibles fósiles, que en su gran mayoría se importan. Los expertos consultados destacan que es una manera más de potenciar la economía nacional, reduciendo además la dependencia energética del exterior, y también de crear empleo, en especial en las zonas rurales.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube