7 acciones para salvar a las mariposas

El descenso de las poblaciones de mariposas a nivel mundial se puede evitar entre todos
Por Alex Fernández Muerza 15 de agosto de 2017
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Imagen: Frayle

Diversos estudios alertan del preocupante descenso de las mariposas en todo el mundo. Además de perder su belleza, si desapareceiran a estos insectos, los ecosistemas se desequilibrarían. Este artículo señala siete medidas que entre todos se pueden tomar para mejorar la situación de las mariposas: desde crear reservas para ellas y criarlas, hasta colaborar con las asociaciones que las protegen.

1. Concienciarse del problema de las mariposas

Las mariposas son mucho más que unos bonitos y delicados insectos. Al igual que las abejas, también en peligro, su papel en la polinización es esencial para la supervivencia de las flores y plantas y, por extensión, de los seres humanos. Como suponen un eslabón clave en la cadena trófica, su desaparición desequilibraría los ecosistemas. En algunas partes del mundo sirven incluso de alimento para la población local, como los gusanos de Maguey en México, y no se pueden olvidar los beneficios que los gusanos de seda han proporcionado durante siglos.

Un tercio de las especies de mariposas conocidas ha disminuido a nivel mundial, algunas de ellas endémicas
Diversas investigaciones destacan el descenso de las mariposas a nivel mundial en los últimos años. La Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) asegura que un tercio de las especies conocidas ha disminuido, algunas de ellas endémicas, únicas en el planeta. La Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) apunta el descenso de casi un 50% de las mariposas de las praderas en Europa.

2. Hacer frente a los causantes de esta situación

Los impactos que destruyen o alteran sus hábitats se encuentran entre los causantes de esta situación: la agricultura intensiva, la contaminación, los incendios, la presión urbanística insostenible, la expansión del turismo o determinadas infraestructuras, como las carreteras. El impulso de un modelo agrícola respetuoso con el medio ambiente que, entre otras cuestiones, evitara el uso de pesticidas nocivos para las mariposas o la aplicación de un modelo de desarrollo sostenible son algunas claves que podrían ayudar a las mariposas y, en general, al entorno natural.

El cambio climático es también una de las causas principales del declive de estos insectos, según el Atlas de Riesgo Climático de las Mariposas Europeas. Sus responsables aseguran que Europa perderá gran parte de sus especies, si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero. Un motivo más para asumir las medidas que entre todos es posible tomar para combatir este problema.

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Imagen: Carmelo Peciña

3. Crear reservas de mariposas en peligro

La organización ecologista internacional WWF promovió hace unos años en Michoacán, al oeste de México, la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca (Danaus plexipus). Esta especie es famosa por su belleza y por protagonizar cada año una migración de millones de ejemplares desde EE.UU. y Canadá hacia el calor de California y México. Sin embargo, la ONG alerta de su estado delicado: en 2010 la incluyó entre las diez especies más amenazadas del planeta.

4. Poner en marcha microrreservas y oasis de mariposas

La asociación española Zerynthia, especializada en el estudio, divulgación y conservación de las mariposas y los lugares donde habitan, ha impulsado la creación de diversos espacios protegidos para estos insectos.

En 2009 instituía la primera microrreserva de mariposas de España en Revilla (Huesca) para proteger a la mariposa hormiguera (Phengaris arion) junto a la Fundación Quebrantahuesos, la Fundación holandesa Lammergier Fonds y la empresa Ambar. Las microrreservas son espacios de pequeño tamaño utilizadas por diversas autonomías españolas para la protección de flora.

Por otra parte, junto a la Sociedad Ibérica para el Estudio y Conservación de los Ecosistemas (SIECE), ha puesto en marcha una red de «oasis de mariposas». La idea es crear zonas donde las mariposas autóctonas críen y refuercen sus poblaciones gracias a la colaboración ciudadana. Cualquier persona, centro educativo o ayuntamiento que disponga de un terreno, por pequeño que sea, puede participar. En este mapa se pueden ver dónde se encuentran estos «oasis de mariposas»:

5. Fomentar la vigilancia e investigación de especies amenazadas

Un mejor conocimiento del estado real de las especies amenazadas ayudaría a encauzar las reformas necesarias para detener la pérdida de biodiversidad. Por ello, resulta necesario fomentar una mayor vigilancia y medidas efectivas para su conservación. Potenciar la labor en equipo entre expertos y administraciones relacionadas con el medio ambiente, y una financiación adecuada de estos trabajos, sería conveniente para lograr este objetivo.

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Imagen: Hugo A. Quintero G.

6. Colaborar con ONG conservacionistas

Los ciudadanos también pueden apoyar la labor de las ONG ecologistas haciéndose socios o incluso participando como voluntarios ambientales en sus proyectos. De esta manera no solo se ayuda a las mariposas, sino también a todas las especies que forman parte de sus proyectos de conservación.

7. Criar mariposas

Las personas también pueden criar mariposas desde su etapa de orugas, una actividad que, además de contribuir a aumentar su número, es un plan estupendo de educación ambiental para niños y jóvenes. En Internet se pueden encontrar diversos sitios web con explicaciones para conseguirlo e incluso tutoriales en vídeo como el siguiente.

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