Entrevista

José Pérez, consejero delegado de Recyclia

Las prácticas ilegales son uno de los grandes problemas del reciclaje de aparatos eléctricos y electrónicos
Por Alex Fernández Muerza 22 de agosto de 2014
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Imagen: Recyclia

El año pasado se estima que se produjeron casi 48,9 millones de toneladas de residuos eléctricos y electrónicos (RAEE), unos siete kilos por cada uno de los 7.000 millones de habitantes de la Tierra. La cifra sería incluso mayor, ya que se desconoce el total de aparatos que se venden en el mundo. Estos productos contienen sustancias peligrosas para la salud y el medio ambiente, y por ello es esencial su correcto reciclaje. José Pérez, consejero delegado de Recyclia, la mayor plataforma de recogida selectiva y gestión de RAEE y pilas usadas de España, habla en esta entrevista de los principales datos sobre RAEE en el mundo y en nuestro país, de las dificultades que se encuentran los gestores de estos residuos y de la “obsolescencia programada”, una práctica que utilizarían supuestamente los fabricantes para que sus productos duren menos de lo que podrían, y así vender y ganar más.

¿Cuántos aparatos eléctricos y electrónicos se producen en el mundo?

Es imposible saber la cifra exacta. Hay estadísticas oficiales de los fabricantes, pero también muchos productos no declarados de marcas blancas y clónicos. Las cifras oficiales (Gartner) señalan que en 2013 se vendieron en el mundo 2.411 millones de dispositivos tecnológicos (ordenadores, portátiles y tabletas), y unos 1.000 millones de teléfonos inteligentes.

¿Y en España?

“Cada persona produce siete kilos de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos de media en el mundo”
Según el Registro Nacional, en 2013 se pusieron en el mercado 541.293 toneladas de aparatos eléctricos y electrónicos. La mayor parte son grandes electrodomésticos (324.867.658 kilos), equipos de informática y telecomunicaciones (68.266.064 kilos) y pequeños electrodomésticos (47.277.063 kilos). La venta de equipos informáticos en España ha decrecido por la actual situación económica. Según analistas del mercado como IDC, en 2013 se vendieron 2,6 millones de ordenadores (personales, portátiles y tabletas), casi un 25% menos que en 2012.

¿Qué impacto tienen los RAEE?

Se trata de un hecho relativamente nuevo. Por ejemplo, los países latinoamericanos ahora mismo se plantean cómo hacer frente a este problema. Nos han solicitado en varias ocasiones asistir a jornadas para conocer de qué manera se gestionan en nuestro país, uno de los más avanzados en cuanto a sistemas legales de recogida y tratamiento.

¿En qué medida les afecta las prácticas ilegales?

Son uno de los grandes problemas de los gestores de residuos. Los SIG (Sistemas Integrados de Gestión), a través de los que se canalizan los residuos en España, son entes sin ánimo de lucro. Sin embargo, hay entornos donde el negocio está por encima de los intereses ambientales.

¿Qué cantidad de RAEE se reciclan de manera correcta?

Aún no hay cifras exactas, porque el reciclaje de RAEE es una actividad reciente, por obligación legal desde 2002. Además, entra en juego la conducta de los usuarios y la honestidad de los fabricantes, que por ley deben tratar de forma correcta los residuos de sus productos.

¿Hay alguna estimación para hacerse una idea?

“España es pionera y un referente para Europa en el reciclaje de RAEE”
Hay estudios y análisis parciales de distintas asociaciones o entidades. El año pasado se produjeron casi 48,9 millones de toneladas de RAEE, un promedio de siete kilos por cada uno de los 7.000 millones de habitantes de la Tierra. Esta cifra varía según la zona geográfica y es mucho mayor en los países desarrollados. En los dos mayores productores, Estados Unidos (EE.UU.) y China, la media por habitante es de casi 30 kilos y de 5,4 kilos, respectivamente. En EE.UU. no hay cifras oficiales de la cantidad que se recicla de ese total, pero hay datos parciales, como los ordenadores personales, que indican que el año pasado solo se recicló el 15%.

¿Y en España?

Está regulado por la exigente legislación europea. Frente a los actuales cuatro kilos por habitante y año, en 2016 deberán recogerse un 45% del total de RAEE, y en 2019 el 85%. En nuestro país esos porcentajes se están cumpliendo, y en residuos como las pilas, con creces. España es pionera y un referente para Europa a la hora de legislar, dada la eficacia de sus SIG.

¿Qué ocurre con los RAEE: que no se reciclan o se gestionan de forma incorrecta?

Una de las bases para asegurar un alto porcentaje de un correcto reciclaje es perseguir las prácticas fraudulentas. Hay canales no autorizados o robos en los puntos limpios que echan por tierra la labor de los consumidores y las empresas que asumen sus responsabilidades. La recuperación de ciertos materiales de estos residuos puede significar un lucrativo negocio, de ahí estos canales paralelos y flujos de residuos hacia países con legislaciones más permisivas.

¿Por qué es importante reciclar de manera adecuada los RAEE?

“El reciclaje contribuye a garantizar el abastecimiento de materias primas estratégicas para la economía del país”
Entre los materiales contaminantes de los RAEE se encuentran el cadmio, el plomo, el mercurio o distintos gases, algunos nocivos si no se tratan de forma adecuada. Por otro lado, el reciclaje es una importante fuente de materias primas básicas para fabricar todo tipo de aparatos. Ello permite reutilizar miles de toneladas de materiales que no tienen que extraerse de nuevo de la naturaleza. Además, el precio de estas materias primas ha experimentado importantes subidas en los últimos años, más aún con la fuerte demanda de los países emergentes. Por ello, el reciclaje también contribuye a garantizar el abastecimiento de materias primas estratégicas para la economía de un país.

Se habla cada vez más de la “obsolescencia programada“. ¿Es real?

No hablaría de obsolescencia programada, sino de explosión tecnológica que muchas veces también desborda a los fabricantes. La renovación de los equipos se ha acortado de manera muy significativa, pero es el usuario, cada día más exigente, quien decide. Nosotros recogemos móviles capaces de durar muchos años desde el punto de vista del hardware, pero las aplicaciones que emergen casi a diario exigen mayores capacidades.

¿La clave la tiene el consumidor en ser más responsable cuando compra, o la industria en no crear necesidades de compra?

Se trata de una complicidad entre los usuarios y la industria. Antes de lanzar un nuevo dispositivo, los fabricantes realizan estudios de mercado y pruebas con usuarios reales. La industria propone y el usuario decide. Pensemos en los relojes inteligentes o las gafas de realidad aumentada. ¿Realmente los necesitamos?

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