Sexo eco: así puedes hacer tu vida erótica más verde (y sin peligro)

La conciencia sostenible también se traslada a nuestras relaciones íntimas
Por Eva San Martín 15 de mayo de 2019

Si comes alimentos orgánicos, compras productos sostenibles y has adoptado el mantra de reducir, reutilizar y reciclar a diario, no te resultará tan extraño mirar tu vida sexual y plantearte hacerla más ecológica. Y aunque puedas pensar que trasladar la conciencia verde o comportarte de forma sostenible con el planeta cuando disfrutas del placer más íntimo resulta solo un gesto, todo cuenta. No solo se imponen los lubricantes orgánicos, como el aceite de coco. Incluso la industria de la pseudocosmética sexual ofrece productos como preservativos veganos y juguetes eróticos biodegradables. Conoce estas y otras propuestas.

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Ante todo, hay que buscar la seguridad. «Es un error pensar que todos los productos naturales y fabricados bajo el paraguas ‘verde’ resultan de mayor calidad o más seguros», advierte Carlos San Martín, médico, sexólogo y secretario general de la Academia Española de Sexología y Medicina Sexual. Por tanto, la pauta para aunar sexo y sostenibilidad: buscar productos seguros y de calidad, pero con credenciales ecológicas, fabricados bajo estándares más naturales y sostenibles. Aquí tienes una guía para no perderte y practicar con protección y seguridad el sexo eco.

Preservativos con conciencia ecológica

Lo primero y más importante: hay que buscar el sexo seguro. Si has decidido utilizar un preservativo como método anticonceptivo, hay que usarlo en el 100 % de los casos. Mantenerse protegido constituye la decisión más responsable que puedes hacer en tu vida sexual.

Y en ello existen alternativas más sostenibles para el planeta que otras. Si te preguntas cómo un producto dispensable, resistente y que siga los controles de garantía de salud puede resultar una opción ecológica, apunta: cada vez más condones están fabricados con caucho natural extraído de las plantas.

Del mismo modo que los alérgicos al látex pueden utilizar condones de poliuretano, «también existen los preservativos fabricados de material orgánico o natural e, incluso, existen opciones veganas», apunta el sexólogo. Estos profilácticos veganos eliminan de su composición la caseína, una proteína derivada de la leche que confiere elasticidad al látex. Por eso, además de proceder de material vegetal, también suprimen los componentes de origen animal.

Y sí, un condón ecológico puede desempeñar perfectamente sus funciones, «pero solo si garantiza la impermeabilidad, ofrece resistencia mecánica y cumple su función anticonceptiva y de barrera contra las enfermedades sexuales», advierte San Martín. Para cerciorarte, revisa el envase. El preservativo tiene que incluir el sello de Sanidad que garantiza haber pasado los controles obligatorios para estos productos.

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Elimina el condón de forma responsable

Lo peor que puedes hacer con un condón usado: tirarlo por el váter. Los preservativos resultan nefastos para el sistema de agua sanitaria y terribles para la vida marina. Por eso recuerda echarlo siempre al cubo de la basura.

Escoge lubricantes eco

Según un estudio, el 43 % de los millennials afirma utilizar lubricantes. Una tendencia relativamente nueva, ya que este tipo de productos ha sido más usado para atajar problemas concretos, como la sequedad vaginal, y con edades más avanzadas. Pero, dicen los expertos, las mujeres más jóvenes también pueden experimentar sequedad vaginal y, además, estos artículos permiten disfrutar de un encuentro sexual más placentero y durante más tiempo.

Podemos usar lubricantes naturales o ecológicos, pero su eficacia depende del objetivo. «Si queremos hidratar la pared de la vagina, ya que esta pierde calibre y parte de su mucosa natural cuando se acerca la menopausia, este tipo de productos naturales no sirve», advierte San Martín. En estos casos, el médico recomienda seguir utilizando los lubricantes de formulación farmacológica tradicionales.Img sexo aceite coco artImagen: Pexels

Pero si lo que buscamos es sencillamente humedecer la vagina para disfrutar de una penetración «en húmedo», entonces sí resultan eficaces los lubricantes con aceites naturales que eliminan los derivados del petróleo de su composición. Puedes escoger productos orgánicos y sin tantos petroquímicos o que no tengan los parabenos -sustancias que solo resultan peligrosas si tienes alergia o intolerancia, según la FDA (Administración estadounidensde de Alimentos y Medicamentos)- de su composición.

Así que toca revisar la etiqueta. Aunque los lubricantes 100 % orgánicos no son aún frecuentes, sí existen opciones con base de agua y con ingredientes viscosos como el aloe, cuyo porcentaje de componentes naturales supera el 90 %. «Si usas preservativo, siempre hay que asegurarse de buscar un producto al agua para que no puedan dañar ni romper el látex», señala el médico. Y ten en cuenta que un lubricante de aceites naturales puede tener otros inconvenientes, como una consistencia más pegajosa y un efecto menos duradero.

Lubricantes orgánicos caseros

Hay otras alternativas sencillas y ecológicas: entre ellas, usar el aceite de coco o el aloe vera orgánico (su interior contiene una sustancia gelatinosa). Pero ¡ojo! Los aceites naturales no son compatibles con el condón, ya que pueden dañar las propiedades del látex. Por eso, lo conveniente es evitar unir ambas opciones.

Img sexo aloe vera artImagen: Pexels.com

Y echa un vistazo al envase

Si escoges productos con un envoltorio más sostenible, o que resulten más fáciles de reciclar, harás un favor al medio ambiente. Existen opciones que, en lugar de plástico, emplean recipientes reutilizables de vidrio.

Masajes e hidratación en verde

El aceite de coco orgánico o tu planta de aloe vera valen para mucho más. Conviértelos en un producto multiuso ecológico y empléalo en tus masajes en pareja. Hasta puedes meterlos en tu neceser para lograr una rutina de belleza más sostenible con el planeta. No solo hidratan tus manos, también ayudan a cuidar tu pelo y hacer que luzca más suave.

Sáltate la ducha erótica

El sexo pasado por agua, bajo la ducha, es placentero, pero también constituye un derroche importante de agua. Y ya gastamos demasiada: 100 litros por persona y día, según el Foro de la Economía del Agua, de la Universidad de Alcalá.

La advertencia de saltarse la «ducha erótica» va para todos, pero sobre todo resulta esencial, si vives en una región donde las sequías ya suponen un problema por sí mismas. Es un desperdicio de un recurso importante y, probablemente, no tan divertido como promete.

Cámbiate a los juguetes eco

La próxima vez que busques un juguete erótico, escoge un producto hecho de materiales reciclables, que incluya baterías reutilizables o que puedas recargarlo con la luz del sol. Y es que la creciente conciencia sostenible ha empujado a crear este tipo de productos también de mayor calidad.

Si seguimos las pautas del ecologismo, el dildo (consolador) o juguete amoroso más sostenible resulta aquel que dura más tiempo. Los hay de madera, orgánicos, hipoalergénicos y que eliminan los ftalatos. Para unir sostenibilidad y vida sexual, busca un producto seguro, de alta calidad. Si el artículo se compone del 100 % de silicona de uso médico, cristal de borosilicato o acero inoxidable, no dejará residuo y durará muchos años.Img sexo eco 2 artImagen: Pexels

Y usa la toalla

Si te limpias tras tus relaciones sexuales, evita las toallitas húmedas de un solo uso, ya que la mayoría de ellas no son biodegradables, suponen un problema medioambiental de primer orden y bloquean la red de saneamiento urbano. En su lugar, recurre a la clásica toalla de algodón o tela para tu aseo.

Lencería sostenible

Según la Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria, tiramos a la basura 390.000 toneladas de ropa y otros textiles cada año. Puesto que muchas prendas incorporan fibras plásticas que tardan décadas en descomponerse, la próxima vez que busques un conjunto de ropa interior, puedes pensar en una prenda íntima sostenible, que prime la producción ética y los tejidos naturales más amables con el planeta. Si reciclamos más y nos preocupa como nunca el entorno, ¿cómo no íbamos a preocuparnos por lo que utilizamos para cuidar un placer tan íntimo?

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