Un trasplantado con un corazón artificial cumple su primer año de vida con el nuevo órgano

Este paciente fue el primero que logró hacer una vida normal después de la operación
Por EROSKI Consumer 13 de septiembre de 2002

Tom Christerson, un norteamericano de 71 años, cumple hoy su primer año de vida con un corazón artificial, todo un hito en la historia de la ciencia. En este año de vida ha visto nacer a su tercera nieta y está a punto de celebrar el 55 aniversario de su boda.

Christerson ya había entrado en la historia al convertirse en el primer paciente que lograba marcharse a casa para hacer vida normal tras la intervención en la que se le implantó un corazón inalámbrico. El anciano tendrá que llevar consigo toda su vida una bolsita roja con las baterías que garantizan la continuidad de su órgano hecho de plástico y titanio.

Robert Tool, el primero en recibir el transplante del llamado AbioCor, falleció de una trombosis el pasado 7 de abril. El novedoso implante de un corazón del tamaño de una pelota de tenis que no requiere estar conectado a máquinas aparatosas había alargado su vida 151 días, unos cinco meses. Pese al revés, los médicos decidieron mandar a Christerson a casa una semana después, y esa parece haber sido la mejor terapia.

Su primer hito fue cuando salió brevemente del hospital para almorzar en un restaurante. Desde entonces, Christerson no ha hecho más que ganar batallas que daba por perdidas.

En ese tiempo otros cinco pacientes han intentado con éxito la arriesgada apuesta, pero sólo él ha sobrevivido. El Gobierno estadounidense ha autorizado a la empresa que fabrica Abiocor a probar hasta en 15 personas, con la esperanza de que el aparato se perfeccione hasta alimentar la vida de los cientos de miles de personas que esperan la donación de un corazón para seguir viviendo.

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