La autoridad sanitaria de EE.UU. confirma que los sistemas de ventilación no protegen contra el tabaquismo pasivo

El CNPT recuerda que miles de bares y restaurantes deberán adecuar los espacios para fumadores antes del 1 de septiembre
Por EROSKI Consumer 3 de julio de 2006

Un estudio difundido por el Surgeon General de EE.UU. -el máximo responsable sanitario de este país-, Richard Carmona, confirma que los nuevos sistemas de ventilación para evitar la exposición al humo del tabaco no evitan el riesgo del tabaquismo pasivo, según ha informado el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), que ha mostrado su satisfacción por las conclusiones de este trabajo.

El informe, de 670 páginas, compila diferentes estudios, alguno de los cuales se remonta a 1986. En sus conclusiones se llega a decir que ningún experto es capaz de sostener que tales sistemas son eficaces contra el tabaquismo pasivo, y que si alguno sostuviera lo contrario «sería poco menos que sospechoso de trabajar para la industria», explica el CNPT. «Es un hecho que la tecnología de ventilación es incapaz de eliminar todos los elementos dañinos contenidos en el humo del tabaco», asevera el informe.

«Lo que dice es exactamente lo que estamos afirmando nosotros desde hace meses, y si hasta ahora cualquier especialista sabía que teníamos razón, espero que lo que llega de EE.UU. sirva para que el común de las personas sepa que no estábamos exagerando», señala Rodrigo Córdoba, presidente del CNPT, que recuerda que miles de bares y restaurantes en España deberán adecuar los espacios para fumadores antes del 1 de septiembre.

El documento norteamericano también hace referencia a la posible pérdida de beneficios por parte de los establecimientos hosteleros que prohíben el consumo de tabaco en su interior. En este sentido, asegura que no se han encontrado datos que indiquen una disminución de la rentabilidad de los locales en los que no se puede fumar.

Otras conclusiones son que vivir con un fumador aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y cáncer de pulmón en un 30%, y que la exposición pasiva al humo del tabaco causa muerte prematura. También advierte de que los bebés que fallecen de muerte súbita «suelen presentar mayores concentraciones de nicotina en sus pulmones y niveles más altos de cotinina», una sustancia que es utilizada como marcador biológico de la exposición al humo ambiental.

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