En los países en desarrollo mueren cada año más de 100.000 niños de cáncer por no poder acceder a las pruebas diagnósticas ni al tratamiento adecuado, según denunció ayer la Federación Vasca de Padres de Niños con Cáncer-Umeekin.
Esta agrupación, que trabaja para que todos los menores que sufren dicha patología dispongan de los medios adecuados, dio a conocer este dato con motivo de la celebración hoy del Día Internacional del Niño con Cáncer.
Umeekin difundió un manifiesto en el que se recuerda que el 80% de los niños con cáncer de todo el mundo residen en países subdesarrollados y morirán por carecer de un diagnóstico acertado y de un tratamiento adecuado.
Estos pequeños tienen el «mismo derecho a vivir» que los niños con cáncer que viven en los países desarrollados, donde el 75% «sobrevivirá a la enfermedad», indica el manifiesto.
Entre los objetivos que fija Umeekin destaca que los enfermos sean tratados en unidades de referencia de cáncer pediátrico; que se mantenga un registro nacional de tumores infantiles, y que la atención social, psicológica y educativa «sea una realidad desde el momento del diagnóstico y a lo largo de la enfermedad».
Asimismo, esta asociación demanda una «atención especial» en los cuidados paliativos; que se facilite la normalización educativa, social y profesional; que se creen espacios para atender a los adolescentes enfermos; que se realice un seguimiento de las secuelas, y que se promueva la investigación.