Un ligero aumento en la tasa de mutación de algunos virus puede reducir su capacidad de infección

Este hallazgo, a partir de un modelo matemático, podría tener aplicaciones clínicas a medio plazo
Por EROSKI Consumer 24 de abril de 2009

Un modelo matemático desarrollado por dos investigadores del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC) demuestra que un ligero aumento en la tasa de mutación de algunos virus puede reducir su capacidad de infección, lo que favorece la extinción de sus poblaciones, según dio a conocer el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC). Publicado recientemente en la revista «Europhysics Letters», este hallazgo podría tener aplicaciones clínicas a medio plazo, apuntaron los científicos.

Los resultados del trabajo sugieren que se pueden idear métodos para luchar contra las infecciones virales conociendo el funcionamiento de sus estrategias evolutivas. Así, un ligero incremento en su tasa de mutación podría convertirse en una terapia alternativa al uso masivo de fármacos. «El modelo que presentamos muestra que los mecanismos evolutivos simples pueden causar la extinción de poblaciones de patógenos que mutan muy rápidamente, como ciertos virus», explica Susanna C. Manrubia, autora del estudio junto a Jaime Iranzo.

Para llegar a esta conclusión, los científicos recurrieron al virus de la coriomeningitis linfocítica (LCMV), que produce infecciones persistentes en el ratón casero y a veces se trasmite a los humanos. Aunque por lo general no causa problemas graves, ocasionalmente puede provocar la muerte de personas con un sistema inmune debilitado o inducir abortos si el contagio ocurre durante el embarazo.

«La elevada tasa de mutación de este virus le permite mantener un reservorio de variantes para poder adaptarse a posibles cambios ambientales y a retos como los ataques del sistema inmune del hospedador o la heterogeneidad de las células que pretende infectar», detalló Manrubia. Sin embargo, esa alta tasa de mutación también conlleva la producción de un elevado número de mutantes no viables, capaces de mantenerse a expensas de las formas viables, agregó la investigadora. Para crear esta situación y elevar la tasa de mutación vírica natural, los científicos añadieron mutágenos. En el caso del LCMV utilizaron fluorouracilo.

Replicación interior

La capacidad del virus para infectar a las células desaparece por la adición del mutágeno, pero no impide su replicación dentro de ellas. Ese hecho se produce porque aumentan las formas no viables, que son las que se pueden replicar pero no infectar, actuando «como un cáncer» que destruye al sistema desde el interior, apuntó Manrubia.

«El modelo matemático caracteriza formalmente la extinción de la capacidad infectiva de estos virus siguiendo los resultados experimentales y demuestra tres cosas: que sucede a dosis bajas de mutágeno, que es mucho más probable si el número de genomas virales en el interior celular es pequeño y, lo más relevante, que constituye un mecanismo nuevo de extinción viral con potenciales aplicaciones clínicas a medio plazo», concluyó la coautora del estudio.

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