Una investigación respalda que las enfermeras puedan realizar el seguimiento del tratamiento del VIH

Se demuestra que la terapia guiada por estas profesionales es tan segura y efectiva como en el caso de los médicos
Por EROSKI Consumer 17 de junio de 2010

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de New South Wales, en Sidney (Australia), y la Universidad de Maryland, en Baltimore (Estados Unidos), mantiene que el seguimiento de la terapia antirretroviral (ART) realizado por enfermeras formadas en atención primaria es tan seguro y efectivo como el control realizado por un médico.

En todo el mundo hay una escasez de 4,3 millones de trabajadores de la sanidad, lo que supone que mucha gente no tiene acceso a la terapia antirretroviral que necesita. Para lograr el objetivo de llegar al acceso universal a estos medicamentos este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) propone un paso de tareas de los médicos a otros trabajadores sanitarios de menor nivel, lo que permitiría a las enfermeras y los trabajadores sociales encargarse de esta terapia.

El mayor programa nacional de ART de todo el mundo se sigue en Sudáfrica. Sin embargo, el país sólo cuenta con 17,4 médicos por cada 100.000 habitantes. Para hacer frente a estas carencias, se planea realizar un cambio de tareas a gran escala que aumente el papel de las enfermeras en los cuidados del paciente con VIH y en el seguimiento del tratamiento con ART. A pesar de ello, se han realizado pocos trabajos que aclaren si esta medida será eficaz y segura. Para conseguir más evidencias, el equipo de investigadores del Programa Global Internacional para la Investigación sobre Sida en Sudáfrica (CIPRA-SA) comparó los resultados de las enfermeras con el manejo que realizan los médicos del seguimiento del tratamiento con ART en los pacientes con VIH en dos clínicas sudafricanas.

Un total de 812 pacientes con VIH se asignaron entre 2005 y 2007 a un programa de seguimiento del tratamiento con antirretrovirales manejado por enfermeras (408) o por médicos (404). Los resultados de cada opción se definieron en función de las tasas de muertes, los fallos virales, la minimización de los efectos tóxicos del tratamiento y si los pacientes acudían a las citas programadas. En general, 192 pacientes (48%) sufrieron fallos en el tratamiento en el grupo controlado por las enfermeras y 179 (44%) en el grupo de los médicos. Dos años después, las muertes (10 frente a 11), los fallos virales (44 frente a 39), los fallos de toxicidad (68 frente a 66) y los abandonos (70 contra 63) fueron similares en ambos grupos.

Estos descubrimientos «respaldan la estrategia del cambio de tareas y sugieren que el manejo de los pacientes con VIH que realizan las enfermeras puede ser seguro y efectivo, probablemente incluso para aquellas personas que comienzan la terapia con una infección avanzada por VIH», aseguran los autores de este trabajo. Sin embargo, «extender esta práctica necesitará aumentar la formación y una redefinición del campo de prácticas para las enfermeras», advierten.

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