Un anticuerpo atraviesa la superficie de la bacteria causante de la osteomielitis

El hallazgo podría permitir desarrollar una vacuna contra el agente causante de esta grave infección de los huesos
Por EROSKI Consumer 17 de enero de 2011

Un anticuerpo recién descubierto puede atravesar la superficie del «Staphylococcus aureus» resistente a la meticilina y detener el desarrollo de la bacteria en ratones y cultivos celulares. La investigación, desarrollada por científicos de la Universidad de Rochester en Estados Unidos, abre la vía al desarrollo de una vacuna contra esta superbacteria. La bacteria «Staphylococcus aureus» es la principal causa de la osteomielitis, una grave infección bacteriana de los huesos, un creciente trastorno debido a que las personas viven más tiempo y requieren más reemplazos de articulaciones y cirugía reconstructiva, procesos en los que se adquiere la infección.

Los autores del trabajo se plantearon que la mejor forma de atacar a «Staphylococcus aureus» era dirigirse a la proteína glucosaminidasa (Gmd) de la bacteria. La proteína actúa como una «cremallera», cuya función es comportarse como una armadura impenetrable durante la división celular. En ausencia de Gmd, la bacteria no puede replicarse con eficacia y reduce su capacidad de infección. Los resultados suponen el descubrimiento de cuatro anticuerpos monoclonales contra Gmd, que alteran el desarrollo de la bacteria SARM en los cultivos celulares al descomponer esta «cremallera» y evitar la división celular.

Los investigadores también demostraron cómo funciona el anticuerpo. Dado que SARM crece con rapidez, como las células individuales, buscaron un antígeno que forzara a las células bacterianas a aglomerarse. Las imágenes de microscopio de la bacteria expuesta a los anticuerpos muestran evidencias de su explosión. Sin embargo, se necesitan más estudios que confirmen este mecanismo de acción.

Este equipo científico demostró que al inyectar a ratones los anticuerpos y exponerlos a la bacteria, sólo la mitad desarrolló la infección. Como esperaban los científicos, la protección dependía de la dosis de la vacuna y la menor dosis proporcionaba la protección más baja. «Una vacuna en humanos probablemente no sería un método infalible para evitar la infección al 100%. Sin embargo, incluso si pudiéramos reducir el 35% de la infección, eso sería una mejora enorme en este campo», aseguró Edward M. Schwarz, director del estudio. Los investigadores buscan ahora agentes anti-Gmd con las mejores características para unirse con la proteína y hacer la bacteria menos viable.

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