La salud de los españoles en números

El último informe elaborado por el Ministerio de Sanidad aporta datos relevantes sobre indicadores de salud, pero poco esclarecedores sobre calidad de vida
Por Mónica G. Salomone 8 de junio de 2006

Según consta en el último informe sobre indicadores de salud elaborado por el Ministerio de Sanidad y Consumo, la esperanza de vida de los españoles tiende a aumentar. El informe no desvela, sin embargo, si los números son indicativos de un mayor nivel de calidad de vida. Tampoco aclaran el porqué de unas cifras que, en algunos casos, han sorprendido incluso a los expertos en salud pública. Pese al incremento de la expectativa de vida, los españoles cada vez presentan mayor tasa de obesidad y son más sedentarios, y las mujeres son las más longevas de Europa. Queda por ver cómo se relacionan estos datos con una buena salud. Tanto si es percibida como si es real.

La edad de las mujeres

La edad de las mujeres¿Por qué las españolas viven más que las demás mujeres europeas? ¿Por qué, si los hábitos considerados saludables se van perdiendo poco a poco, sigue aumentando la esperanza de vida? ¿Es esperable que la actual epidemia de obesidad, reconocida por todos los expertos, se traduzca en unos pocos años en epidemia de diabetes y enfermedades cardiovasculares? El informe sobre indicadores de salud hecho público recientemente por el ministerio de Sanidad español da muchos datos, pero plantea también muchas preguntas sin respuesta, que corresponde a los investigadores aclarar. En ello están.

«El dato de las mujeres no es nuevo, hace ya años que las españolas están en cabeza de las europeas, pero no sabemos por qué», dice Fernando Artalejo, del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid. El hecho es que, si bien los hombres españoles ocupan el tercer lugar de la Unión Europea en cuanto a esperanza de vida ¬-por detrás de Italia y Suecia-, las mujeres españolas van a la cabeza, con 83 años. ¿Por qué? «Puede deberse a una combinación de factores: los genéticos; una buena calidad de vida…», dice Artalejo. Calidad de vida, para este experto, significa una dieta saludable, una cantidad razonable de ejercicio o una buena red social.

Los expertos recomiendan mantener el ejercicio físico cotidiano no programado y reforzarlo sólo cuando sea preciso

Y sin embargo las mujeres españolas no se caracterizan precisamente por practicar mucho ejercicio. En el informe publicado por el ministerio se afirma que «el 54% de la población de 16 y más años (53,7% de los hombres y 62,9% de las mujeres) se declaró sedentaria durante su tiempo libre en 2003». Y la tendencia no es muy positiva: «Si bien este porcentaje venía reduciéndose desde finales de los años 80, en los últimos años se observa una tendencia a la estabilización e incluso al aumento, razón por la que al comparar 1993 y 2003 se observa un ligero incremento en la prevalencia de sedentarismo, que pasó de 54,7% a 58,5% en esos dos años respectivamente».

La explicación de esta aparente paradoja podría estar en que el ejercicio físico cotidiano no programado es más importante de lo que suele creerse: «En España aún sigue siendo frecuente el ir caminando al trabajo, a hacer la compra. Eso hace que probablemente se acabe haciendo más ejercicio que en otros países desarrollados», apunta Artalejo. Sin embargo no vale caer en la autocomplacencia. Lo más probable, asegura este experto, es que estos hábitos tan saludables cambien de aquí a pocos años (compra de la semana en coche frente a pequeña compra diaria u ocio sedentario en vez de paseo al atardecer) y por tanto «hay que seguir fomentando al máximo la actividad física programada, porque será cada vez más el reducto que nos quede».

El debate de la obesidad

El debate de la obesidadOtro detalle llamativo del informe es que se confirma la epidemia de obesidad de la que alertan los expertos. «Actualmente se considera a la obesidad como la segunda causa de muerte evitable, después del tabaco, aunque de persistir las actuales tendencias en la prevalencia de uno y otro factor de riesgo, posiblemente sea considerada en unos años como la primera», se dice en el informe. Y es que los españoles y españolas somos cada vez más gordos: «La frecuencia de la obesidad en la población española viene aumentando desde hace más de una década. Entre 1993 y 2003, el porcentaje ajustado por edad de población obesa de 20 y más años pasó de 9,9 a 14%, siendo evidente este incremento tanto en hombres (9,4% en 1993 y 13,7% en 2003) como en mujeres (10,4% y 14,3%), y en todos los grupos de edad». Además, «la frecuencia de la obesidad aumenta con la edad, superando el 20% a partir de los 55 años en 2003».

La obesidad, segunda causa de muerte evitable después del tabaco, supera el 20% a partir de los 55 años

¿Se debe este aumento a que entra más energía, o a que se gasta menos? A las dos cosas. La tendencia al sedentarismo está ahí, pero es que además «el consumo de energía en la población española aumentó entre 1970 y 2001 en un 25%, pasando de 2.734 calorías por persona y día a 3.422». Bien es cierto que el grueso del aumento se produjo en los setenta, y que a partir de 1990 la pendiente de subida es más suave -desde 1990 la ingesta calórica ha aumentado un 5%, frente al 17% entre 1970 y finales de los 80. Y ¿qué tipo de alimento se consume más? El porcentaje de las calorías por consumo de grasas pasó de un 29% en 1970 a un 40,5% en 2001. Pero también se comen más frutas y verduras que en los setenta -exactamente un 28% más en 2001 que en 1970-, aunque desde principios de los noventa la tendencia ha empezado a invertirse.

Todo hace pronosticar una sociedad ahogada por el colesterol y la diabetes dentro de sólo unas décadas, ¿O no? «No se sabe», responde Artalejo. «Es muy difícil hacer predicciones». Nadie duda de que la obesidad sea uno de los principales factores de riesgo de «hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes del adulto, enfermedades coronarias, ciertos tipos de cáncer y muchas otras enfermedades crónicas», apunta el informe de Sanidad. Pero hay un dato curioso. En países donde la obesidad lleva años aumentando, como Estados Unidos, no se ha apreciado, como cabría esperar, un aumento en las enfermedades cardiovasculares, como el ictus, sino todo lo contrario.

Es un éxito que a los expertos les ha salido gratis, porque no saben a qué atribuirlo. Para Artalejo se trata probablemente a un conjunto de factores como los fármacos, el hecho de que la ingesta de grasas ha ido bajando, el que la gente fume menos y haga algo más de ejercicio. «Hoy en día, si una persona obesa cuida su colesterol y se cuida puede reducir su riesgo de enfermedad cardiovascular».

La perspectiva cualitativa

La perspectiva cualitativaLa Salud de la población española dentro del contexto europeo es en global bueno, aunque diversos factores como el sedentarismo y el abandono de una dieta saludable lo ponen en peligro. Esto es lo que se desprende del informe llevado a cabo por el Ministerio de Sanidad y Consumo, publicado el pasado 18 de abril. Sin embargo, estos datos, importantes desde el punto de vista cuantitativo, no reflejan la perspectiva cualitativa.

Una de las conclusiones que se extraen es que la población española vive más años. Esto no significa necesariamente mejor, ya que el paso del tiempo suele verse acompañado de enfermedades incapacitantes como patologías cardiovasculares (cardiopatía isquémica, enfermedades cerebrovasculares y arteriopatía periférica de las extremidades inferiores), demencias, enfermedades reumatológicas y enfermedades respiratorias. Según los indicadores de salud estudiados, las mujeres españolas son las que mayor esperanza de vida tienen en relación al resto de Europa, 83 años. Como contrapartida sufren durante 10 años, al final de su vida, algún tipo de incapacidad. La esperanza de vida para los hombres está en 76,3 años con los últimos 7,1 con alguna incapacidad. En conclusión, la esperanza de vida saludable (ajustada por incapacidad física y/o cognitiva) en España es de 72,6 años, siendo 66,8 años en los hombres y 70 años en las mujeres.

Las mujeres viven más aunque en sus últimos 10 años sufren algún tipo de incapacidad que merma su calidad de vida

En relación a la calidad de vida hay otros factores preocupantes, como son el consumo de drogas (sustancias psicoactivas en general, opiáceos y cocaína) y alcohol. El consumo de alcohol puro por persona y año en 2002 aumentó hasta los 11 litros, con una posición intermedia respecto a los otros países, y con una tendencia a disminuir en un 16% desde los años 90.

La incidencia de Sida hasta mediados de los años noventa, en el conjunto de de los quince países que formaban la UE antes del 2004 tenia una tendencia ascendente, y a partir de entonces ha presentado una disminución. Este dato difiere en los países que se incorporaron a la UE en 2004 ya que han tenido un ligero ascenso 0,25 casos por 100.000 habitantes. En España, aunque la tasa ha disminuido un 75% entre 1993 y 2003, sigue siendo el segundo país en número de casos, después de Portugal.

En el estudio no se contempla la automedicación, la mortalidad asociada a las drogas ni a los accidentes laborables. No obstante, comparando con Europa y relacionado con los accidentes de trabajo, Luxemburgo seguido por España son los países con tasas más altas, en relación a la tendencia descendente del resto de los países europeos. España ha pasado de 1.764 víctimas (el informe no aclara si mortales o no) en 1991 a 2.377 en 2002.

Tampoco se discute en el informe el por qué del aumento de la incidencia del cáncer de mama -la mortalidad por esta enfermedad, en cambio, sí ha disminuido: entre 1990 y 2002 la mortalidad disminuyó un 14% en España y un 8% en el conjunto de los quince países que formaban parte de la UE antes de 2004-. «No sabemos el porqué del aumento de la enfermedad», admite Artalejo.

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