Estatinas con función antibiótica

Estos fármacos, utilizados tradicionalmente para reducir los niveles de colesterol, podrían ser útiles para el tratamiento de la neumonía
Por Jordi Montaner 18 de mayo de 2008
Img estatinas

Un reciente estudio confirma la eficacia de los fármacos hipolipemiantes a la hora de disminuir la mortalidad por neumonía. Postuladas para el tratamiento de múltiples patologías, desde el Alzheimer, el ictus o el SIDA, las estatinas cuentan con más y mejores evidencias científicas también fuera de la especialidad cardiovascular.

De la enfermedad de Alzheimer al sida, muchas son las enfermedades en las que se ha postulado durante los últimos años un beneficio eventual de las estatinas, agentes ideados, en sus inicios, para combatir el colesterol y proteger al músculo cardiaco. En 2006, investigadores de la Universidad de Washington adscritos al Howard Hughes Medical Institute estadounidense observaron que la incidencia de sepsis (estado patológico ocasionado por la presencia de microorganismos en la sangre) en pacientes bajo terapia con estos fármacos era significativamente menor que entre quienes no los consumían.

Seguidamente, los expertos demostraron la eficacia de las estatinas como antibióticos frente a infecciones causadas por «Streptococcus pneumonia» y «Staphylococcus aureus», y publicaron los resultados de su investigación en la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences».

Comparación de tratamientos

Con estos resultados, el equipo de investigadores de Eric Mortensen, del Audie L. Murphy Memorial Veterans Hospital de San Antonio, en Texas (EE.UU.) realizó un estudio comparativo sobre 8.600 veteranos de más de 65 años, con estatinas y con fármacos antihipertensivos (inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina, IECA), ambos indicados en la prevención secundaria de infarto de miocardio. Sobre el papel, los autores tenían motivos para pensar que la protección frente a la sepsis, o septicemia, podía provenir de ambos agentes ensayados, y que el beneficio especulado era suficientemente importante, si se considera que las neumonías adquiridas en la comunidad son cada vez más frecuentes en ancianos afectados de cardiopatía.

Las estatinas disminuyen la respuesta inflamatoria y activan las células del sistema inmune

Sólo en EE.UU. es la séptima causa de muerte en la población general. Los investigadores reclutaron a pacientes VIH negativos con neumonía diagnosticada a partir del año 2000 y que no hubieran sido sometidos a quimioterapia durante los tres meses anteriores al estudio. Unos 798 seguían un tratamiento a base de estatinas, 2.161 tomaban IECA y 759 recurrían a ambas clases de fármacos. Mortensen estudió la mortalidad de estos pacientes a los treinta días y halló que entre los pacientes que no tomaban estatinas la tasa doblaba a la de quienes seguían dicho tratamiento.

La tasa global de mortalidad fue del 10%, más elevada entre quienes no consumían ni estatinas ni IECA y significativamente menor en el grupo de los que sólo tomaban IECA, después en el grupo de los que únicamente se les administraban estatinas y, en último lugar, los que tenían prescritos los dos fármacos, IECA más estatinas. «Llama también la atención que los pacientes adscritos a estatinas acreditaran la mayor supervivencia, superando todos en la actualidad los 85 años», señala el especialista. Los resultados de este estudio aparecen publicados en la revista «European Respiratory Journal», ERJ.

Mujeres al margen

La sepsis es más que una respuesta inflamatoria generalizada a una infección que, cuando es grave, se acompaña de un fracaso multiorgánico. Los pacientes con afecciones coronarias son particularmente propensos a este fenómeno, que conlleva un elevado riesgo de muerte. Los autores del estudio especulan con la posibilidad de que la protección que brindan las estatinas a estos pacientes derive de sus propiedades inmunomoduladoras, que provoquen una reducción sistémica de citocinas que, en situación de sepsis, son las responsables de shock tóxico o síndrome del estrés respiratorio agudo, SDRA.

El SDRA es un tipo de insuficiencia respiratoria caracterizada por una disnea (ahogo) rápidamente progresiva, secundaria a alteraciones severas del intercambio gaseoso del oxígeno y del CO2, y a alteraciones de las propiedades mecánicas pulmonares. Este síndrome después de shock hipovolémico (producido por una pérdida importante de sangre o líquidos del organismo que provoca que el corazón sea incapaz de suministrar suficiente sangre), de un traumatismo -con o sin afectación del tórax o de una sepsis. Es un desorden funcional agudo y fatal en ausencia de tratamiento.

En animales de experimentación se ha demostrado que las estatinas disminuyen la respuesta inflamatoria y activan las células del sistema inmune. Otra acción que se les adjudica es la reducción en la superproducción de óxido nítrico, sustancia implicada en la vasodilatación y colapso circulatorio del choque séptico. Haciendo autocrítica de su estudio, Mortensen reconoce que los pacientes seleccionados no fueron distribuidos aleatoriamente y que este sesgo resta algo de objetividad al resultado. Asimismo, lamenta que entre los 8.600 pacientes no figurara ninguna mujer, «lo que sesga también los resultados en cuanto a su aplicabilidad universal».

PULMÓN-CORAZÓN: RELACIÓN ÍNTIMA

ImgImagen: Jason Upton

Si son muchos los pacientes con patología cardiaca que fallecen por una complicación pulmonar infecciosa, más son aún los enfermos de EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) que pierden la vida por un infarto. Un estudio australiano que investigó esta circunstancia halló que en un 25% de los fallecidos, el corazón presentaba lesiones importantes relacionadas con una proliferación de una proteína celular cardiaca: la troponina T. Un equipo de científicos encabezado por Pal Brekke, del Hospital Universitario de Akershus de Lorenskog, Noruega, profundizó más en dicho hallazgo y vio que los niveles de troponina T determinan la supervivencia de los enfermos de EPOC y también las exacerbaciones que padecen estos pacientes.

Brekke examinó a un millar de pacientes diagnosticados en su hospital entre el 2000 y el 2003 y demostró que el riego de muerte por fallo cardiaco o de exacerbaciones era independiente de la edad, género u otras patologías asociadas del paciente. Si los análisis de troponina T quedan aún reservados a pacientes con sospecha de cardiopatía isquémica, Brekke llega a la conclusión en su estudio de la necesidad de ampliar su indicación a enfermos de EPOC.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube