Día Mundial del Corazón: una cadena de favores cardiosaludables

Las campañas para conmemorar este día se centran en la prevención cardiovascular, sobre todo, en mujeres y niños, y en la responsabilidad de cada uno para cuidar su salud
Por Clara Bassi 29 de septiembre de 2013
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Imagen: Rob Owen-Wahl

Hoy, 29 de septiembre, se celebra el Día Mundial del Corazón en más de cien países, con mensajes dirigidos, en especial, a las mujeres y a los niños. En España se conmemora este acontecimiento con numerosos actos, entre ellos el movimiento solidario “Cadena de favores. Haz tu favor de corazón”. En este artículo se describe cuál es el resultado de seguir malos hábitos de vida y qué consejos hay que llevar a la práctica para evitar las enfermedades del corazón. También se aborda la errónea percepción del riesgo cardiovascular que tiene la población.

En más de cien países, hoy 29 de septiembre, se celebra el Día Mundial del Corazón, impulsado por la Federación Mundial del Corazón (World Heart Federation) y centrado en la prevención cardiovascular, en especial de mujeres y niños. En España, se conmemora bajo el lema «Cadena de favores. Haz tu favor de corazón», por iniciativa de la Fundación Española del Corazón (FEC).

Esta fundación vela por la prevención de las enfermedades cardiovasculares que son, todavía, la primera causa de muerte en los países más desarrollados. Para ello, la FEC emite consejos para cuidar la salud del corazón todo el año, con mayor énfasis durante todo este mes de septiembre, coincidiendo con el Día Mundial, pues se ha visto que la prevención es la mejor estrategia para combatir las enfermedades cardiovasculares. Se estima que, con hábitos saludables, como no fumar, evitar el sedentarismo, el sobrepeso y la obesidad con una dieta sana y ejercicio, se podrían evitar el 80% de las muertes cardiovasculares.

Morir por malos hábitos

La prevención es la mejor estrategia para combatir las enfermedades cardiovasculares
Los mensajes preventivos parece que calan, poco a poco, en la población, puesto que las defunciones por una causa cardiovascular han disminuido en países del norte de Europa, como Noruega o Suecia. Allí tenían una prevalencia de las enfermedades cardiovasculares cinco veces superior a la de los países mediterráneos, como España o Francia, y han conseguido reducir su mortalidad un 20% en unos 10-15 años, gracias a campañas pagadas por sus gobiernos, que los han llevado al consumo de más pescado, menos mantequilla y menos carnes grasas.

En contrapartida, los países del este de Europa, como Bulgaria, Rumanía y Ucrania, han empeorado sus hábitos alimentarios en los últimos 15 años, ya que ahora consumen de forma masiva productos manufacturados, ricos en grasas saturadas. Así, solo en Ucrania, las muertes cardiovasculares representan un 65% del total, según la FEC.

En España, la mortalidad cardiovascular ha bajado del 30% al 29% de todas las muertes, según datos de la Fundación. Las patologías isquémicas (infarto o angina de pecho) fueron la primera causa de mortalidad en nuestro país (19.925 muertes en hombres y 14.912 en mujeres), seguidas de las cerebrovasculares, con 28.855 muertes (12.152 en hombres y 16.703 en mujeres). La insuficiencia cardiaca fue la cuarta causa, con 17.089 fallecimientos, por detrás del cáncer de pulmón y de bronquios, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) difundidos por la FEC y la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Mensajes que llegan al corazón

Los mensajes para prevenir las enfermedades cardiovasculares no varían. Los especialistas insisten en ellos, pero se exploran nuevas vías y formas de expresión para llegar al mayor número de personas posible, como ocurre con el movimiento solidario «Cadena de favores. Haz tu favor de corazón», ideado por la FEC.

«Con campañas de prevención como esta se trata de concienciar al paciente de que él es el responsable de no desarrollar una enfermedad cardiovascular que no se cura», aseguran desde la Fundación Española del Corazón

Consiste en que quienes lo deseen hagan un favor cardiosaludable a un ser querido sobre tres aspectos: evitar el tabaquismo y el sedentarismo y favorecer la alimentación sana. Los que los consigan, pueden explicarlo en la web de la FEC, donde quedarán contabilizados. Estos favores pueden ser tan variados como aprovechar el Día Mundial del Corazón, y llevarse cuatro manzanas al trabajo y repartirlas a los compañeros, puesto que es un alimento cardiosaludable; animar a una persona fumadora a que, hoy, intente fumar menos; o, a alguien sedentario con sobrepeso, invitarlo a caminar, pone como ejemplos Leandro Plaza, presidente de la FEC.

«Hasta ahora los mensajes de las campañas de prevención se centraban en las prohibiciones. Ahora se trata de convencer a través de un movimiento solidario, surgido en EE.UU., y que hemos desarrollado para la prevención cardiovascular. Es concienciar al paciente de que él es el responsable de no desarrollar una enfermedad cardiovascular que no se cura, y de que hay que empezar relativamente joven», explica Plaza.

Junto a este nuevo movimiento, la FEC ha mantenido sus actividades clásicas, relacionadas con el Día Mundial del Corazón, como la Semana del Corazón, bajo el lema «Por un corazón feliz», y que ha llegado a 13 ciudades españolas. Entre ellas, hoy aún se celebra en Vitoria-Gasteiz, Barcelona, Bilbao, León, Madrid y Valencia. Las personas que quieran serán evaluadas de sus factores de riesgo cardiovasculares (los principales son la hipertensión, el colesterol, la diabetes y el tabaquismo) y recibirán consejos sobre dieta, ejercicio y cómo controlarlos, si los tuvieran.

Falsa percepción del riesgo cardiovascular

La Federación Mundial del Corazón realizó en 2012 una encuesta para ver cuál era la percepción de la población sobre el riesgo cardiovascular. En ella constató, con sorpresa, que más de la mitad de los encuestados creían que no había que empezar a adoptar hábitos de vida cardiosaludables hasta los 30 años, cuando esta idea es falsa. La enfermedad únicamente solo a los mayores, pues los niños también son vulnerables, y de ambos sexos, no solo a los hombres, advierte esta federación.

De hecho, educar a los menores en los buenos hábitos beneficia a toda la población. A sí mismos, porque adquieren hábitos saludables que forjarán un adulto sano, y porque pueden ser la voz de la conciencia de los adultos. “La prevención se centra en niños y personas muy jóvenes, de 7, 8, 9 y 10 años. En esta etapa es cuando más se fijan en su entorno y se convierten en el mejor difusor del concepto de responsabilidad de la enfermedad; son los pequeños quienes dicen a los adultos que no fumen en casa”, destaca Leandro Plaza.

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