Enfermos respiratorios crónicos: guía de viaje

Escoger el lugar adecuado o saber qué requisitos se exigen en los medios de transporte para viajar con oxígeno son datos clave para desplazarse sin contratiempos
Por Eva Maroto López, Fundación Lovexair 30 de agosto de 2017
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Imagen: diego_cervo

Padecer una enfermedad respiratoria crónica no significa que haya que quedarse en casa y privarse de unas merecidas vacaciones en el lugar deseado. Con sentido común y siguiendo unos simples consejos, se puede viajar a muchos sitios. En el siguiente artículo se plantean tres preguntas clave: a dónde ir, cómo desplazarse hasta el destino vacacional y qué meter en la maleta. Las tres se contestan con muchas respuestas importantes para poder disfrutar al máximo de la experiencia de viajar y reducir los contratiempos y las sorpresas desagradables.

1. ¿A dónde ir?

Lo primero es pensar el lugar dónde se quiere ir y la época del año en la que se pretende viajar. Es importante saber que a los pacientes respiratorios no se les aconseja ir a destinos con una altura superior a los 1.500 metros sobre el nivel del mar, con temperaturas extremas o con alta contaminación ambiental.

Respecto a elegir entre playa o montaña, depende de los gustos y de las características de la enfermedad. Por ejemplo, si se padece alergia al polen, no es aconsejable acudir a lugares donde su concentración sea elevada; y si se tiene alergia a ciertos animales, no es recomendable ir a entornos donde estén presentes. Ante estas situaciones, los asmáticos con la humedad del mar pueden encontrarse mejor, mientras que los alérgicos a la humedad verán agravado su estado.

Por todo ello, una vez decidido el destino, se debe consultar con el médico la conveniencia de estos planes, ya que él podrá aconsejar, en función del estado de salud actual, si los proyectos son adecuados para ese momento o no.

2. ¿En qué medio de transporte viajar?

El avión es el medio de transporte más contraindicado en los pacientes respiratorios, debido a los cambios de presión producidos durante el viaje. Por esta razón es necesario conocer la cantidad de oxígeno que se tiene en sangre, así como acudir al médico para pedir su autorización.

Quienes precisen de la utilización de oxígeno o ventilación mecánica se tendrán que informar, al realizar la reserva del vuelo, del proceso que tienen que seguir para obtener la autorización médica, de la documentación que deben rellenar (impreso INCAD/MEDIF), de las limitaciones existentes, del número de acompañantes requeridos y las tarifas del servicio solicitado. No hay que olvidar, si se viaja al extranjero, declararlo en la aduana para, sobre todo, no tener problemas a la vuelta. La aerolínea, por razones de seguridad, facilitará sistemas de oxígeno a bordo a las personas que lo requieran; es decir, no podrán llevar sus propios sistemas de oxígeno. Si se necesita en el lugar de destino, deberá solicitarse antes contactando con el proveedor.

En Europa se permite viajar con medicamentos, independientemente de que sean sólidos o líquidos, siempre y cuando vayan acompañados de receta o prescripción médica. Para hacerlo fuera de la Unión Europea, es recomendable consultar las condiciones de entrada de medicinas con la compañía aérea.

El coche es uno de los medios más cómodos para viajar, siempre que el vehículo disponga de una climatización correcta. Es importante evitar el consumo de tabaco en su interior y llevar las ventanillas cerradas.

Los dispositivos de oxígeno pueden enchufarse al mechero del vehículo, por lo que puede aumentarse su autonomía. En estos casos es recomendable llevar la ventanilla un poco abierta, para evitar la acumulación de oxígeno y nunca se debe fumar para no provocar una explosión. El concentrador de oxígeno no debe llevarse en el maletero ni exponerse a altas temperaturas.

El tren también es un medio cómodo: permite levantarse del asiento, tiene aseos… Si se lleva oxígeno, hay que informar a la compañía ferroviaria y asegurarse de que, si es un viaje largo, puede enchufarse el dispositivo. Es recomendable llevar alguna prenda de abrigo por si la climatización no está bien regulada.

El barco también puede ser un buen medio de transporte para viajar. Hoy en día, muchas compañías permiten el uso de oxígeno, siempre y cuando se informe de manera previa a la compañía y se acompañe esta solicitud de los correspondientes informes.

3. ¿Qué meter en la maleta?

Es preciso siempre acompañarse de un informe actualizado y de las recetas necesarias para adquirir la medicación suficiente para el viaje. Es recomendable llevar fármacos suficientes o tener la certeza de que se podrán adquirir sin problemas en el lugar de destino. Sobre todo, cuando se viaja al extranjero, es conveniente conocer el nombre de los medicamentos que contienen la misma composición a los que se tienen pautados y saber cómo comprarlos.

La tarjeta sanitaria o acreditación sanitaria, si se viaja al extranjero, son una parte imprescindible del equipaje. Llevar un listado de los centros sanitarios cercanos al sitio al que se va de viaje es muy recomendable, sobre todo en caso de urgencia.

Los usuarios de oxigenoterapia deben contactar con la empresa suministradora para poder disponer de este tratamiento en el destino o durante el viaje. Si se viaja al extranjero pueden necesitarse adaptadores de enchufes para conectar el concentrador de oxígeno a la red eléctrica. Se aconseja llevarlos si fuera preciso para no tener sorpresas.

Si se tiene cualquier duda sobre qué incluir en la maleta o qué hacer ante un viaje, puede contactar con nuestros educadores a través del correo cuentanos@lovexair.com.

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