Sífilis

España ha vuelto a niveles de contagio de 1998
Por Tatiana Escárraga 20 de enero de 2004

La sífilis, una enfermedad venérea presente desde siempre en la civilización, ataca de nuevo. Las campañas de prevención de enfermedades de transmisión sexual parecen haber olvidado este flagelo para concentrarse exclusivamente en el VIH. Esta circunstancia, sumada al hecho de que hay una cierta relajación en el uso del preservativo, ha hecho que se incremente el número de casos. La conclusión es que en España, al menos según se desprende de los datos de 2002, se ha vuelto a niveles de 1998, lo que supone un claro retroceso. Si bien el aumento no es alarmante, los expertos recomiendan no bajar la guardia ante este mal.

Escasa utilización del preservativo

La sífilis es una vieja conocida en Europa. Hay quienes hablan del Nuevo Mundo, de la América que descubrió Colón como su verdadera cuna y hay quienes achacan su desarrollo y propagación a los países europeos. Fueron los conquistadores, dicen algunos especialistas, quienes trasladaron la sífilis a América. En todo caso, este mal, incluido en el grupo de las enfermedades de transmisión sexual, ha estado presente casi desde siempre en la civilización. Y la han padecido nombres insignes de la historia como Colón, Beethoven, Schubert, Wilde y Van Gogh, entre otros, según se recoge en un libro publicado recientemente en Estados Unidos por Deborah Hayden.

La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual que se contagia a través de una bacteria, el Treponema Pallidum. En España las cifras indican que el país ha vuelto a los niveles de contagio de 1998. El Centro Nacional de Epidemiología, una institución que asesora técnicamente al Ministerio de Sanidad, recoge puntualmente los datos sobre éstas y otras enfermedades infecciosas. En lo que respecta a la sífilis, en 2002 se registraron 734 casos. En 2001 fueron 700, los mismos que en 2000; en 1999 la cifra ascendió a 682 casos, mientras que en 1998 se llegó a las 772 personas infectadas.

La relajación en las medidas de protección a la hora de tener relaciones sexuales no sólo ha hecho que se incrementen los casos de VIH en todo el mundo, sino que exista una tendencia generalizada al aumento de la sífilis y la gonorrea. En Cataluña, por ejemplo, durante 2001 la sífilis se incrementó en un 25%. En ese año la incidencia fue de dos casos por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, si se comparan los datos de 2002, esta comunidad ha registrado un descenso considerable.

“Cuando se empezó a hablar de VIH hubo más cuidado y se redujo el contagio, pero, con el paso del tiempo y el desarrollo de la enfermedad parece que se han vuelto a descuidar las medidas de protección. Otra vez ha aumentado el número de parejas infectadas y se pasa por alto el uso del preservativo”, señala el doctor Santiago Moreno, Jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, y miembro de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica.

Para la doctora María del Mar Cámara, médico adjunto del servicio de ETS del hospital de Basurto (integrado en el servicio de enfermedades infecciosas de ese centro), el rebrote en lo que respecta a las enfermedades de transmisión sexual es generalizado. “Los datos muestran un crecimiento global; de hecho en Estados Unidos y en Europa se estaba produciendo ya un aumento de la gonorrea antes que de la sífilis”, señala.

La doctora Cámara explica que no existe un perfil de pacientes que padezcan esta enfermedad, pues no es, aclara, “un patrimonio exclusivo de nadie”. La sífilis se da, añade la doctora Cámara, en personas que mantienen conductas de riesgo, es decir, que no utilizan el preservativo durante sus encuentros sexuales. “No se habla de la sífilis haciendo distinciones de edad o sexo”, insiste.

Sin embargo, existe, -al menos así se deduce de los casos que se atienden en el hospital de Basurto-, una mayor incidencia en la población gay. Otros expertos también señalan que el incremento se nota de igual manera entre prostitutas.Con la llegada del VIH, explica la especialista del hospital de Basurto, se empezó a diferenciar lo que normalmente se conoce como conductas de riesgo. La penetración sin preservativo se consideraba de alto riesgo, pero no así el sexo oral, calificado como de menor peligro. “Pero en el caso de la sífilis, una persona contagiada que le practica el sexo oral a otra sin protección la puede infectar de igual manera que con una penetración sin preservativo”, señala la doctora Cámara. Y añade: “Es importante incidir en que el sexo desprotegido tanto de penetración como oral constituye una exposición de riesgo. Conviene saber que en el caso del VIH el sexo oral sin eyaculación en boca se considera práctica de bajo riesgo para la transmisión del virus, pero no ocurre lo mismo en el caso de la sífilis”.

Las campañas de prevención, señalan los especialistas, han ido más encaminadas hacia la prevención del VIH y parece evidente el desconocimiento que en términos generales tiene la población sobre las otras enfermedades de transmisión sexual. La doctora Cámara recuerda una encuesta en la que le pedían a un grupo de personas, -jóvenes en su mayoría-, que mencionaran una enfermedad de estas características. La conclusión fue que casi nadie era capaz de mencionar ninguna más que el VIH.

Uno de los principales cambios que en opinión de esta especialista deben producirse en los hábitos sexuales es el referente al uso del preservativo en el sexo oral. “Además, el preservativo debe utilizarse desde el principio. Es la única forma de evitar el contagio”, dice.

Pese a que la irrupción de la penicilina detuvo el avance imparable de la sífilis en tiempos remotos, y pese a que se trata de una enfermedad “controlable y curable” en términos médicos, su virulencia y agresividad siguen siendo las mismas. “Ahora hay más tratamientos”, señala el doctor Moreno, “pero no por ello”, añade, “se debe disminuir la alerta”. “Un rebrote de esta enfermedad siempre es una mala noticia. Y parece que la tendencia es al aumento. Lo lógico es que debería seguir disminuyendo, pero eso no ocurre”, asegura el Jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal

Más casos en Canarias

En el boletín epidemiológico del Centro nacional de Epidemiología se habla de una tasa de 1,86 casos por cada 100.000 habitantes, similar a la que se registró en 1998, cuando se llegó a 1,96 casos por cada 100.000 personas. El centro atribuye este incremento a la situación que se vive en comunidades como Canarias y Ceuta y Melilla.

La Comunidad canaria pasó de 78 casos en 2001 a 100 en 2002, convirtiéndose así en la región de España donde más se percibe el aumento de la sífilis. Ceuta y Melilla alcanzaron un índice de contagio de 10,72 por cada 100.000 habitantes y 17,87, respectivamente.

De los datos actualizados hasta la última semana del pasado junio se desprende que en España se habían declarado 444 casos en 2003, frente a los 341 registrados durante el mismo período de 2002. En cuanto a la gonorrea, otra enfermedad de transmisión sexual, se pueden contar hasta ahora 493 casos, mientras que en 2002 se registraron 408 en los primeros seis meses del año.

Dificultad en detectar la enfermedad

Por lo general, la sífilis se manifiesta mediante una pequeña úlcera conocida como chancro, que asoma en las zonas genitales tanto de hombres como de mujeres. Esta aparición se produce de tres a doce semanas después de ser infectado. Si la lesión es externa y hay contacto con los genitales también se puede producir el contagio.

Algunas veces el chancro o lesión ulcerada, como también se conoce, puede aparecer en la boca o en la garganta. Estamos, entonces, ante la denominada la fase primaria de la enfermedad. En algunos casos, el chancro desaparece solo, sin necesidad de tratamiento médico, por lo que el individuo contagiado no se percata de la presencia de la sífilis.

Pero aunque desaparezca el chancro, la enfermedad sigue activa. Pueden pasar varios meses o inclusive un año antes de entrar en la fase secundaria, que también puede pasar inadvertida para el paciente. En esta etapa se producen alergias en toda la piel, que se notan, sobre todo, en las palmas de las manos y en las plantas de los pies. Las alergias y erupciones pueden confundirse con simples salpullidos que igualmente desaparecen en ocasiones sin ningún tratamiento médico. Pero la enfermedad está viva.

Se entra así en la etapa conocida como de latencia. Los resultados son positivos y sigue presente la infección. Al cabo de muchos años se producen anomalías en el sistema nervioso y el corazón. Si la persona no busca tratamiento a tiempo puede llegar a padecer sordera, calvicie, locura, ceguera y mayor riesgo de contraer el virus del Sida.

La etapa tardía o etapa terciaria aparece cuando la enfermedad continúa sin ser tratada y se producen lesiones irreparables en algunas zonas del organismo. Esta es la parte, dice el doctor Moreno, “a la que se debe evitar llegar”. La sífilis, asegura este especialista, es curable.

Por eso, ante la aparición de lesiones parecidas al chancro conviene acudir de inmediato al médico aunque éste desaparezca solo. La sífilis también se puede transmitir a través de la madre, aunque estos casos, según señala el doctor Moreno son poco comunes. “Ahora cuando una mujer está embarazada se le hacen todas las pruebas que descarten la aparición de ésta y otras enfermedades venéreas. Si no se descubriera, la sífilis podría provocar malformación en el feto”, afirma.

El tratamiento para curar la sífilis está fundamentado en el uso intramuscular de la penicilina. Se trata de una dosis fuerte de inyecciones que suelen ser un poco dolorosas y cuyo uso varía en función de la etapa en la que se encuentre la enfermedad.

Los expertos recomiendan usar siempre preservativo con desconocidos; acudir al médico al menor indicio de llagas o granos parecidos a chancros en las zonas genitales. Y en caso de embarazo, hacer las pruebas pertinentes para descartar la presencia de la sífilis.

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