Ronquidos

El ronquido maligno, asociado a la apnea, puede provocar enfermedades nerviosas y respiratorias
Por María Landa 22 de marzo de 2004

¿Se puede dejar de roncar? ¿Cuándo acudir al médico? ¿Es una enfermedad? En España uno de cada dos hombres ronca, mientras que el porcentaje en las mujeres ronda el 25%. Los expertos aseguran que roncar no es una enfermedad, aunque la falta de tratamiento, si el ronquido va acompañado de parada respiratoria (apnea), puede provocar fuertes cefaleas, hipertensión y arritmias. Por esta razón, recomiendan desconfiar de los productos que anuncian la eliminación de los ronquidos y acudir al médico para que realice un primer diagnóstico. La medicina ofrece diferentes tratamientos para este problema, y aunque ninguno garantiza la eliminación de los ronquidos, sí aseguran una mejor calidad de vida para quienes padecen este trastorno y para quienes les acompañan en el sueño.

Dos tipos de ronquidos

Pocas personas se han librado de tener que soportar alguna vez el característico y molesto ruido que se produce por una vibración de los tejidos de la garganta. El ronquido es, además de una molestia para la persona que duerme al lado, un signo que alerta de que algo no funciona correctamente en la garganta del roncador. El sonido del ronquido, ya sean silbidos, gruñidos o resuellos, se produce cuando existe una obstrucción al paso del aire a través de la parte posterior de la boca y la nariz. “El lugar donde se produce el fenómeno acústico es el paladar. Si el sonido surge de esa zona es menos problemático que si se da en la base de la lengua, donde se producen las apneas”, explica José María Anda, otorrinolaringólogo.

Los especialistas distinguen entre dos clases de ronquidos:

  • El benigno. Es un ronquido más o menos desagradable que se produce durante toda la noche de forma continua, pero que no se acompaña de ruidos entrecortados o apneas.
  • El maligno. “Es el que se asocia a la apnea, que sí conlleva diversas enfermedades”, aclara Joaquín Durán, responsable de la Unidad Respiratoria de Trastornos del Sueño del hospital Txagorritxu de Vitoria.

La apnea es la obstrucción total o parcial de la garganta, lo que produce frecuentes episodios de paro respiratorio. “Cuando un paciente tiene apnea se le cierra la garganta, impidiendo el paso del aire durante varios segundos y provocando que se despierte de forma inconsciente. En ese momento aumenta el tono de los músculos de la garganta para que se abra de nuevo. El problema es que esto sucede centenares de veces, hasta 500 ó 600 veces cada noche, en los casos más graves”, explica el doctor Durán.

Según los expertos, el ronquido no puede considerarse una enfermedad, aunque sí un gran inconveniente, sobre todo para los que rodean al roncador. Sólo cuando el ronquido se acompaña de apnea se convierte en un grave problema de salud porque puede provocar varios problemas cardiovasculares. “La apnea interrumpe constantemente el ciclo del sueño y eso le impide al roncador alcanzar los niveles de profundidad de sueño necesarios para descansar y hacer el sueño REM, que sirve para reparar la memoria”, comenta el neumólogo del hospital Txagorritxu.

Cuándo acudir al especialista

Los expertos advierten de la necesidad de consultar la naturaleza de los diferentes ronquidos para evitar males mayores. Los médicos de cabecera suelen ser quienes reciben en primer lugar a estos “pacientes”, y lo hacen acompañados de sus familiares, que son quienes realmente detallan el tipo de ronquido y de movimientos que, de manera inconsciente, sufre quien ronca y padece su acompañante.

Si el ronquido es leve y se descarta en un primer diagnóstico la apnea, el médico examinará los hábitos del roncador; adicciones, costumbres, tipos de deporte que practica, posibilidad de padecer estrés, etc. Antes de tomar cualquier medicina o colocarse un parche en la nariz, los médicos aconsejan cambiar ciertos hábitos de vida y comprobar la evolución en una segunda consulta.

No obstante, los expertos aclaran que las personas que roncan ocasionalmente no deben preocuparse en exceso, pero quienes lo hacen permanentemente y sufren al mismo tiempo interrupciones respiratorias deben someterse a un tratamiento médico. Es entonces cuando el médico de cabecera recomendará la visita del paciente a un especialista.

“En primer lugar debemos hallar el origen de la apnea”, explica el neumólogo Joaquín Durán. En los casos en que la apnea es producida por factores de riesgo la solución puede ser muy sencilla, explica. “Cuando la apnea se debe a la obesidad, la reducción de peso puede curarla en su totalidad. La realidad es que más del 70% de los obesos mórbidos tiene apnea, y sólo con bajar el 10% de su peso ya notan una mejoría importante”, aclara.

¿Cómo se puede saber si se tiene apnea? José Luis Mesanza, un afectado de esta enfermedad, describe perfectamente cuáles son sus síntomas. “Mi mujer me dice cada mañana la forma en que ronco: lo hago de manera entrecortada todas las noches. Ella nota cómo dejo de respirar cada cierto tiempo y observa que después de hacer ruidos muy raros me despierto y vuelvo a respirar normal, hasta que me duermo y se inicia el proceso, repitiéndose varias veces durante la noche. Además, me levantó muy cansado, arrastrando sueño todo el día”.

Es evidente que además de los roncadores, sus parejas también sufren el problema. De hecho, muchos cónyuges aguantan cada noche un nivel de ruido de entre 80 y 90 decibelios, que equivale al que provoca un camión a toda velocidad por una autopista, explican los especialistas consultados para CONSUMER EROSKI. Por esta razón, los expertos aconsejan que quienes roncan acudan al médico “sin que tengan que pasar años de sufrimiento”, sino ante la repetición de un mismo cuadro de alteración de sueño, porque las ventajas de tratarse a tiempo se extienden también a los familiares.

Ronquido con apnea, causa de muchos accidentes de tráfico

Esta enfermedad deteriora la calidad de vida de las personas que la sufren, disminuye su rendimiento en el trabajo, aumenta su irritabilidad y hace que tengan más riesgo de accidentes domésticos, de trabajo y sobre todo de tráfico. Diversos estudios realizados en España han demostrado que las personas que padecen apnea tienen hasta 7 veces más posibilidades de sufrir un accidente de coche.

Las causas más comunes de los ronquidos suelen ser un bajo tono muscular en los músculos de la garganta o de la lengua, un excesivo desarrollo de los tejidos de la garganta, una excesiva longitud del paladar blando, la obstrucción de las vías respiratorias nasales (cuando se tiene catarro, las amígdalas inflamadas o la nariz taponada) o deformaciones en el tabique nasal. En los obesos, el ronquido se produce por un depósito de grasa en la faringe que hace que se reduzca el espacio por donde pasa el aire.

Muchas estadísticas confirman que la mitad de los hombres y una de cada cuatro mujeres roncan. Este problema afecta también a los más pequeños, ya que entre un 8% y un 12% de los niños ronca habitualmente. El número de afectados crece en la adolescencia y las cifras siguen incrementándose con la edad. En cuanto a la apnea, el doctor Durán distingue la apnea del síndrome de la apnea del sueño. “El síndrome aparece cuando el cuerpo ya ha sufrido daños y se prevén complicaciones. Esto afecta al 4% de la población y es hasta tres veces más frecuente en hombres. Las mujeres lo sufren más después de la menopausia”, especifica.

Además de todos estos problemas, interrumpir la respiración tantas veces durante la noche tiene otras consecuencias muy negativas, tal y como explica el doctor Durán. “Cada vez que se deja de respirar se produce una pérdida de oxígeno en la sangre. La misma acción repetida centenares de veces cada noche acaba produciendo enfermedades cardiovasculares como hipertensión, arritmias, angina de pecho, infarto de miocardio o trombosis cerebrales”. Sin embargo, no todas las apneas son igual de graves. Los expertos consideran que un roncador debe alertarse cuando sufre más de diez apneas por hora.

Muchos de los casos de apnea o ronquidos simples tienen solución. Por eso, lo primero que recomienda José María Anda a los roncadores es que les hagan un buen estudio del sueño. “En las unidades de sueño se hace un estudio para determinar qué produce la obstrucción durante el sueño. Allí se estudia si es un roncador simple o apnéico porque según el tipo de apnea varía el tratamiento”. Casi todos los casos de ronquidos simples y algunos de apnea se pueden corregir siguiendo algunas recomendaciones y evitando los principales factores de riesgo:

  • Conviene reducir el peso
  • No consumir alcohol
  • No fumar
  • No dormir boca arriba
  • No cenar mucho antes de acostarse
  • Evitar el cansancio excesivo
  • No tomar somníferos o antihistamínicos antes de acostarse
  • Colocar la cabecera de la cama algo más alta

Tratamientos del ronquido y la apnea

Hasta 1981 sólo existía un tratamiento para los enfermos de apnea: la traqueotomía en la garganta. “A estas personas se les hacía un agujero en la traquea que permitía que el aire entrara por debajo de la garganta, lugar que se obstruía”, detalla Durán. Pero a partir de ese año, surgieron otras alternativas menos drásticas y problemáticas, y en la actualidad existen varios tratamientos que se aplican según las características de cada caso:

  • Máquina CPAP (90% eficacia)
  • Cirugía del paladar o la garganta: con bisturí, láser o radiofrecuencia (50% eficacia)
  • Prótesis de avance mandibular (50% eficacia)

La máquina CPAP es un compresor de aire unido a una mascarilla, que se coloca en la nariz y emite un chorro de aire con una presión prefijada que impide que la garganta se cierre. En la actualidad, más de 100.000 personas la usan en España cada noche. Es un tratamiento muy eficaz que ha supuesto una auténtica revolución para los enfermos, ya que el 90% lo tolera muy bien. La seguridad social es quien lo prescribe y lo coloca en casa de los afectados. El equipo es portátil, con lo que el paciente puede llevarlo a cualquier sitio donde vaya a dormir. “El único problema que tiene es que no cura la enfermedad”, puntualiza Durán. “Es un tratamiento indefinido que no cura, pero sí corrige. Es algo parecido a unas gafas, que permiten ver, pero no solucionan la miopía”.

Hace aproximadamente diez años la medicina puso muchas esperanzas en la cirugía del paladar para resolver el problema de los ronquidos con apnea, pero tras comprobarse que el tratamiento sólo funcionaba en el 50% de los casos, se fue relegando a un segundo plano. En opinión del director de la unidad respiratoria de trastornos del sueño, “desde el punto de vista médico es un resultado muy pobre para que alguien se someta a un cirugía con anestesia y que le quiten un trozo de garganta”.

Esta operación, llamada ovulopalatofaringoplastia o cirugía del paladar, puede realizarse con diferentes técnicas: el método convencional con bisturí, con láser o con radiofrecuencia. En todas ellas la eficacia es la misma, pero la ventaja de los dos últimas técnicas es que resultan más cómodas y seguras, porque al no utilizarse anestesia total, no es necesario ingresar al paciente. La cirugía con radiofrecuencia es la última novedad. “Consiste en la disolución del tejido con unas agujas de alta presión, que funcionan como un microondas. No se necesita dormir al paciente porque no es doloroso”. Todas estas técnicas también se usan para solucionar el ronquido simple sin apnea y su eficacia es aún mayor, ya que supera el 70% de los casos.

En último lugar se hallan las prótesis de avance mandibular, unas férulas que se colocan en la mandíbula para dormir y tensan el paladar, con lo que se reducen los ronquidos y la apnea. Su eficacia es parecida a la cirugía, pero este tratamiento es mucho más cómodo y puede ser una alternativa para los que no toleran la máquina CPAP. Su desventaja es que no entra por la seguridad social y su coste puede oscilar entre los 150 y los 700 euros.

Además de estos tratamientos, también hay algunos dispositivos que despiertan al roncador cuando se adopta la posición boca arriba, la que más ronquidos provoca. “Existen mecanismos de interrupción de sueño, y algunos funcionan, pero no solucionan el problema. Lo único que hacen es interrumpir el sueño y el proceso en el que la persona está instalada en su ronquido, pero no olvidemos que esto no cura el problema”, apunta el otorrinolaringólogo Anda.

Fraude de productos milagrosos contra el ronquido

Continuamente se anuncian en los medios de comunicación productos “milagrosos” que prometen curar los ronquidos, pero que a menudo no son más que negocios fraudulentos para aprovecharse de la desesperación de muchos roncadores, y sobre todo de sus parejas. A juicio del doctor Durán, “estos productos son absolutamente falsos. Con los ronquidos, ocurre como con la obesidad. Para perder peso sólo hay un camino, hacer dieta y ejercicio, y para acabar con los ronquidos y la apnea la única solución es reducir los factores de riesgo o aplicar los tratamientos antes citados”. De hecho, todos los estudios que se han hecho con las tiras para la nariz que se anuncian para reducir ronquidos demuestran no tener ninguna eficacia.

De la misma opinión es el Colegio de Farmacéuticos de Álava. Sus miembros consideran que este tipo de productos perjudica su imagen, porque casi siempre se anuncian como “de venta en farmacias”. “Los productos que prometen resultados milagrosos para afecciones de difícil solución son engañosos para los clientes e indeseables para la farmacia. Intentan aprovecharse del prestigio del farmacéutico para vender un producto sin garantía, gracias a agresivas campañas publicitarias” apuntan. Por eso, los colegios farmacéuticos y las asociaciones de consumidores aconsejan a los afectados que desconfíen de este tipo de publicidad y que actúen con sentido común. “En caso de duda, deben confiar en su médico, quien les orientará e informará con plenas garantías para el cuidado de su salud”, concluyen.

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