Rebrote de sarampión

Esta enfermedad viral de transmisión fácil y capaz de producir epidemias rebrota en España después de 20 años bajo control
Por Teresa Romanillos 22 de enero de 2007

La Generalitat de Cataluña ha anunciado que avanzará la edad de vacunación contra el sarampión, tras detectarse una reaparición de la enfermedad. A pesar de que es una enfermedad altamente contagiosa, la vacuna había propiciado una caída espectacular de los casos. En los últimos años, algunos países con incidencias muy bajas, han padecido brotes epidémicos que han afectado a la población no vacunada y que han tenido su origen en población procedente de otros países.

Erupción cutánea, fiebre, conjuntivitis…los síntomas característicos del sarampión han vuelto a verse en las consultas de los pediatras a causa de un brote que ha afectado a varias comunidades españolas. Según datos aportados por el Instituto de Salud Carlos III, a mediados del pasado año se habían confirmado en España 197 casos de esta enfermedad, frente a los 19 registrados en todo el 2005. Casi todos se produjeron en la Comunidad de Madrid aunque en La Rioja, Andalucía, Canarias y la Comunidad Valenciana el número de infecciones también ha sido algo mayor. El brote de Madrid comenzó el pasado 3 de febrero y los primeros casos fueron dos primos del Reino Unido que no estaban vacunados.

Situación de alerta

La polémica que rodeó a la vacuna en aquel país (después de que se sugiriese que podía estar relacionada con casos de autismo) ha hecho que muchos padres británicos decidieran no vacunar a sus hijos. Desde el Ministerio de Sanidad subrayan que el brote en España tiene su origen en casos importados y que ha coincidido con repuntes en otros países europeos. En Cataluña existe ahora una situación de alerta por un brote de la enfermedad que se inició a finales del pasado mes de septiembre. Desde entonces hasta el 31 de diciembre se han producido un total de 89 casos confirmados y 22 más en proceso de investigación. La mayoría de los pacientes no estaban vacunados. Entre los no vacunados hay diez casos en inmigrantes y el resto son población autóctona de edad inferior a 15 meses (la edad de vacunación).

Ante la persistencia del brote, la Dirección General de Salud Pública ha considerado pertinente ampliar las estrategias de vacunación recomendando la vacuna a todos los niños entre 9 y 15 meses de la Región Sanitaria de Barcelona, hasta la desaparición del brote. Los niños entre 9 y 12 meses, deberán recibir una nueva dosis de vacuna a los 15 meses ya que la administrada antes de los 12 meses no aporta una cobertura efectiva permanente. La medida afectará a los 32.578 niños de entre 9 y 15 meses, que se calcula que viven en la región metropolitana de Barcelona y que, a partir de esta semana, podrán recibir una dosis de la triple vírica -sarampión, rubéola y parotiditis- en los Centros de Atención Primaria (CAP).

Los nuevos casos de sarampión, que no estaban vacunados, se dan entre inmigrantes y población autóctona de edad inferior a 15 meses

Objetivo: la erradicación

La Organización Mundial de la Salud (OMS) había fijado como objetivo para toda Europa que el sarampión estuviese erradicado en el 2010. Esta enfermedad cumple los requisitos necesarios para que pueda desaparecer de la faz de la tierra ya que el ser humano es el único reservorio, es decir, ni la padecen ni la transmiten los animales. Asimismo puede diagnosticarse con métodos fiables clínicos y de laboratorio y, además, existe una medida eficaz para prevenirla como es la vacuna. Al igual que ocurrió con la viruela, una vez erradicado el sarampión se podría plantear la supresión de la vacunación, de tal manera que si llega el caso, podrían ahorrare más de 1.500 millones de euros al año en concepto de vacunas y de tratamiento de la enfermedad. Para alcanzar estos objetivos se han diseñado varias estrategias, pasando todas ellas por un buen diagnóstico de la enfermedad y por conseguir que más del 95% de la población infantil se vacune al objeto de impedir la circulación del virus (inmunidad colectiva).

En España, en el año 2001, se puso en marcha el «Plan de Eliminación del Sarampión». Las estrategias para alcanzar el objetivo se basaron en la confirmación de los casos sospechosos mediante pruebas de laboratorio, la identificación urgente de los brotes con la adopción inmediata de medidas de control y en conseguir una cobertura de vacunación con dos dosis de vacuna triple vírica superior al 90%. Desde 1981, la primera dosis se administra a los 15 meses y la segunda, según cada Comunidad Autónoma, entre los 3 y 6 años de edad. Las coberturas de vacunación superan el 95% en todas las Comunidades Autónomas y los resultados son espectaculares: se pasó de los 1.838 casos en 1997 a 36 casos en el 2001.

No obstante, y aunque las coberturas son muy altas y las tasas de seroprotección en los sujetos españoles de 20 a 39 años superaban el 96.5% en el año 1996, aún quedan bolsas de susceptibles, fundamentalmente entre los sujetos de esta edad que no padecieron la enfermedad en su infancia y que no fueron vacunados ya que no se disponía de vacuna. Estas bolsas podrían explicar algunos brotes como el ocurrido en Almería en el 2003. Debido a que es factible la erradicación del sarampión, es extraordinariamente importante mantener las actuales coberturas de vacunación en España, sobre todo, si se pretende que en unos pocos años los casos que se registran sean cero. Además, es primordial que todos aquellos adultos que no han padecido la enfermedad ni han sido vacunados (especialmente inmigrantes procedentes de otros países), reciban la vacuna. Según Sanidad, a pesar de que los brotes de la enfermedad no son preocupantes, dificultan el objetivo de acabar con la enfermedad en España.

POLÉMICA VACUNA

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En 1998, un artículo publicado en la revista The Lancet, generó alarma social al relacionar la vacuna triple vírica (sarampión, parotiditis y rubéola) con una mayor incidencia de autismo. La noticia supuso una disminución en el número de niños vacunados, con el evidente riesgo que ello suponía. Por recomendación del Comité Consultivo Mundial sobre Seguridad de las Vacunas (GACVS, en sus siglas inglesas), la OMS encargó a un investigador una revisión bibliográfica sobre el riesgo de autismo asociado a la vacuna. Tras examinar 11 estudios epidemiológicos, se concluyó que los estudios existentes no aportaban pruebas de una asociación entre la triple vírica y el riesgo de autismo. El Comité consideró que se precisaba de una mejor comprensión de las causas del autismo y concluyó que no existían datos para respaldar el uso sistemático de vacunas monovalentes contra el sarampión, la parotiditis y la rubéola, en vez de la vacuna combinada.

El GACVS fue creado en 1999 con el fin de responder de manera rápida, eficiente y científicamente rigurosa a cuestiones relacionadas con la seguridad de las vacunas que puedan tener importancia a escala mundial. Otra cuestión que ha sido evaluada por el Comité ha sido la de la posible asociación entre la inmunización contra el sarampión y la aparición de panencefalitis esclerosante subaguda (PES). Los resultados, presentados en la 13ª reunión del Comité que tuvo lugar en Ginebra (Suiza) en diciembre de 2005, descartaron esta relación. Los datos epidemiológicos disponibles son compatibles con un efecto protector directo de la vacuna, gracias a que previene el sarampión. En países en los que el sarampión está bien controlado mediante vacunas, se observa una disminución de los casos de PES a los pocos años de disminuir la incidencia del sarampión. Asimismo, se ha observado una reaparición de casos de PES después de brotes de sarampión. Los datos epidemiológicos disponibles no sugieren que el virus de la vacuna pueda provocar PES.

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