Vejiga hiperactiva: cómo identificarla y prevenirla

Las causas que originan el síndrome de vejiga hiperactiva son muchas y diversas, lo que dificulta su abordaje terapéutico
Por Teresa Romanillos 15 de abril de 2013
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Urgencia, frecuencia, incontinencia urinaria y nocturia. Estos son algunos de los síntomas más comunes del síndrome de la vejiga hiperactiva, una dolencia común que afecta al 30% de la población española, sobre todo, a mujeres y personas mayores. Sin embargo, las causas que lo provocan son tan variadas, que resulta complicado establecer un tratamiento efectivo para los pacientes que lo sufren. A continuación se detallan algunos ejercicios y hábitos claves para tratar esta molesta enfermedad y se analiza el desarrollo de un nuevo fármaco con menos efectos secundarios.

Síntomas y causas de la vejiga hiperactiva

Pérdidas involuntarias de orina, necesidad de orinar más de seis veces al día, levantarse a menudo durante la noche para ir al baño (nocturia) o, de manera súbita y reiterada, se siente la vejiga llena son algunos de los síntomas que provoca la vejiga hiperactiva.

Las causas del síndrome de la vejiga hiperactiva son muy diversas, lo que dificulta poder establecer un tratamiento efectivo. Algunas de las más frecuentes son la debilitación de los músculos pélvicos (como ocurre después de un embarazo), enfermedades de carácter neurológico (como un accidente vascular cerebral, esclerosis múltiple o Parkinson) y, por último, traumatismos nerviosos (como resultado de una cirugía de pelvis o espalda). El sobrepeso, algunas infecciones y la diabetes son también factores de riesgo.

Prevención y tratamiento de la vejiga hiperactiva

Para tratar y prevenir el progreso de la enfermedad, hay ejercicios y medidas dietéticas que han demostrado ser útiles en reducir la urgencia y frecuencia de las micciones.

En primer lugar, se recomienda abandonar el consumo de alcohol y cafeína, dado su efecto diurético. También es aconsejable evitar las bebidas con gas y procurar no tomar líquidos antes de ir a la cama.

El sedentarismo y el sobrepeso son, a su vez, factores desencadenantes, ya que contribuyen a ejercer mayor presión sobre la vejiga. Por este motivo es conveniente un buen nivel de actividad física y una reducción del peso corporal.

El tabaco puede irritar los músculos de este órgano, y la tos que provocan los cigarrillos puede ocasionar pérdidas de orina. Por lo tanto, se aconseja dejar de fumar.

El sobrepeso, algunas infecciones y la diabetes son factores de riesgo de sufrir síndrome de vejiga hiperactiva

Por otra parte, todo lo que pueda ejercer presión sobre la vejiga empeora los síntomas de este síndrome, incluido el estreñimiento. Por este motivo resulta favorable mantener un tránsito intestinal saludable para evitar hinchazones que aumenten la presión abdominal. Seguir una dieta rica en fibra y vegetales resulta de gran ayuda.

Contrariamente a lo que se podría pensar, no se recomienda reducir demasiado la bebida de líquidos. La orina más concentrada puede irritar la vejiga, de modo que es preferible ingerir suficiente cantidad de agua.

Otra herramienta para combatir la enfermedad son algunas técnicas diseñadas para incrementar el control sobre la sensación de urgencia por acudir al baño. Una de las más usadas es el re-entrenamiento de los músculos pélvicos, cuyo objetivo es aprender a controlar la vejiga. Para ello hay que generar un horario razonable de ida al baño (cada 2-4 horas) e intentar cumplirlo. Si de repente se siente la necesidad, primero se aconseja quedarse quieto, de pie, haciendo fuerza con la vejiga hasta suprimir la sensación de urgencia. Luego, si la urgencia persiste, se puede acudir al baño. Hay que ser paciente, porque este tipo de técnicas deben aplicarse por lo menos durante dos meses para obtener resultados.

Nuevo fármaco para la vejiga hiperactiva

Un nuevo fármaco llamado mirabegron está revolucionando el tratamiento de la vejiga hiperactiva, ya que es el primer medicamento desarrollado para esta enfermedad en los últimos 30 años. Su principal ventaja frente a los usados hasta la fecha, pertenecientes al grupo de anticolinérgicos, es que no produce los mismos efectos secundarios. Esto se debe a que presenta un mecanismo de acción muy novedoso, pues se une a unos receptores del músculo de este órgano en cuestión, para provocar su relajación durante la fase de almacenamiento, un hecho que aumenta su capacidad.

La primera causa de abandono del tratamiento de la vejiga hiperactiva es la escasa eficacia de los medicamentos convencionales y, la segunda, sus efectos secundarios que van desde sequedad de boca, náuseas y estreñimiento, hasta taquicardia y visión borrosa.

El mirabegron ha demostrado en las distintas fases de desarrollo que reduce de manera notable los síntomas propios del síndrome. Después de ensayos (controlados, aleatorizados y a doble ciego) con más de 5.000 voluntarios en EE.UU., Europa y Australia, se ha constatado su eficacia y un buen perfil de tolerancia y seguridad. Los participantes en los estudios, además, se mostraron satisfechos con el nuevo fármaco.

Botox como medicamento en vejiga hiperactiva

A finales de 2012 se celebró en Pekín la reunión de la Sociedad Internacional de Continencia y uno de los temas estrella fue la vejiga hiperactiva. Después hubo otro encuentro, denominado Post-ICS, en el que participaron más de 200 urólogos y ginecólogos españoles. En ambos eventos se propusieron nuevas estrategias para abordar la enfermedad, mejorar el diagnóstico y perfeccionar el tratamiento.

Dentro de esta línea de tratamientos novedosos, la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha autorizado el uso de la toxina botulínica (el popular Botox usado como tratamiento antiarrugas) como medicamento para este síndrome. El objetivo es el mismo que con el mirabregon, pues se inyecta en el músculo de la vejiga para que este se relaje y aumente así su capacidad de almacenamiento.

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