Entrevista

Antolín López Viña, coordinador del Área de Asma de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR)

El 70% de los pacientes asmáticos está mal controlado
Por Clara Bassi 7 de mayo de 2013
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Imagen: CONSUMER EROSKI

El 5% de los adultos y el 10% de los niños padecen asma en España, según el promedio de diferentes estudios. Y aunque el 90% de los afectados podría llevar una vida normal y sin síntomas si cumpliera bien el tratamiento, solo consigue un buen control de la enfermedad el 30% de todos los pacientes asmáticos. El incumplimiento terapéutico es uno de los caballos de batalla contra los que hay que lidiar en esta dolencia, pero también lo son el infradiagnóstico, ya que la mitad de los pacientes que tienen asma no lo saben, y el supradiagnóstico, pues el 30% de los diagnosticados como asmáticos en realidad no la tienen, según comenta Antolín López Viña, coordinador del Área de Asma de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y del Servicio de Neumología del Hospital Puerta de Hierro, de Madrid, quien ha concedido esta entrevista con motivo del Día Mundial del Asma que se celebra hoy, 7 de mayo, bajo el lema del año pasado “Tú puedes controlar tu asma”, y que, para hacer aún más hincapié en el mensaje, se completa con el eslogan “Es hora de controlar el asma”.

¿Cuántas personas sufren asma en España?

Cerca del 5% de los adultos y el 10% de los niños tienen asma, aunque estos datos difieren entre comunidades. Pero la media de diferentes estudios da esos porcentajes, de lo que se desprende que, en España, hay entre dos millones y medio y tres millones de afectados.

¿Los casos de asma van en aumento?

“En España, cerca de tres millones de personas tienen asma”

Se está llegando a una situación de meseta, en la cima. Hasta ahora, desde los años 60 o 70, la incidencia no ha dejado de crecer en todo el mundo, aunque hay diferencias entre países. Las razones de este aumento no se conocen bien. Una de ellas quizás sea que la occidentalización de los países conlleva más enfermedades alérgicas respecto a los que no están tanto. Un estudio que se efectuó cuando se derribó el muro de Berlín demostró que había diferencias entre las dos Alemanias y que se daban más dolencias alérgicas en la antigua Alemania Occidental (RFA) que en la Alemania Oriental (RDA). Después de la unificación, se siguió a una cohorte de pacientes (de la parte oriental) ‘occidentalizados’ y se comprobó que, con el tiempo, se igualaba la prevalencia de las enfermedades alérgicas. Una de las razones, aunque no lo explica todo, es la denominada hipótesis de la higiene.

¿Qué dice esta hipótesis de la higiene?

Los seres humanos son inmunológicamente inmaduros, hasta que entran en contacto con algunos gérmenes. El organismo los necesita para madurar, pero hoy los niños viven en un entorno demasiado estéril o limpio. Cuando se tiene la posibilidad de madurar pronto, hay una ventana de oportunidad para que el riesgo de sufrir asma disminuya. En cambio, si el organismo tarda en entrar en contacto con gérmenes, no madura y, en ese tiempo, aumenta el riesgo de padecer la dolencia al entrar en contacto con determinadas sustancias alérgicas que facilitan que los bronquios se inflamen. Pero esta es solo una teoría que, aunque probada, no explica el aumento de la prevalencia.

¿Podría tener alguna relación con la contaminación atmosférica?

“La mitad de la población asmática no sabe que lo es”

Podría tener que ver. Un estudio casi lo señala. Pero la contaminación guarda más relación con el aumento de las crisis en pacientes que ya tienen asma, de manera que quienes viven en una zona con mayor contaminación ,tienen un número mayor de crisis. Hay alguna investigación que indica, de forma clara, que sufren más síntomas.

¿Cuáles son los síntomas del asma que deben poner en alerta?

Los síntomas son muy inespecíficos y comunes a otras enfermedades: tos, pitos (o sibilancias audibles por la persona), opresión torácica y fatiga. Se pueden tener todos a la vez, de uno en uno o combinados. Cuando una persona tiene tos persistente durante un mes, es posible que tenga asma. También es común, tanto en niños como en adultos, tener pitos durante la noche o el hecho de que estos signos del asma comiencen durante la noche.

¿Cuál es el principal caballo de batalla? ¿El infradiagnóstico o el mal control de la enfermedad?

“El 30% de los pacientes diagnosticados, en realidad, no tiene asma”

Hay varios problemas. El infradiagnóstico existe. Al realizar indagaciones sobre la dolencia, se ha visto que la mitad de la población diagnosticada de asma en el estudio no sabía que sufría la enfermedad. Este es un problema importante, como también lo es el supradiagnóstico, ya que hay personas que han sido diagnosticadas por un médico y, en un 30% de los casos, en realidad, no la sufren. Pero, sin duda, su falta de control es el otro gran problema. Está demostrado que, si se sigue el tratamiento de manera correcta, el 90% de los afectados puede manejarla y llevar una vida normal. Sin embargo, cuando se realizan estudios en estos pacientes para averiguar si están bien controlados o no, quienes no tienen síntomas ni crisis llegan como mucho a un 30%. Esto significa que el 70% de los pacientes asmáticos está mal controlado. Y este es un gran problema para el médico, para el sistema sanitario y para el paciente: el incumplimiento terapéutico en esta enfermedad crónica que comporta un tratamiento a largo plazo.

Llama la atención este dato referente al sobrediagnóstico. ¿Cuáles son sus razones?

Los motivos son varios. Para llegar al diagnóstico de la tuberculosis, se realiza un esputo bacilar y el resultado es el que dicta. Pero no existe una prueba fiable (‘Gold standard’) que diagnostique el asma, sino que deben llevarse a cabo varias para llegar a una sospecha clínica y deben hacerse bien, y justificarlo con datos objetivos: hay que demostrar que la obstrucción de la vía es reversible o variable, que hay una hiperrespuesta bronquial (que el paciente es muy sensible), que hay parámetros de inflamación y cierto número aumentado de eosinófilos (un tipo de leucocito) en el esputo o de óxido nítrico exhalado. El diagnóstico primero se sospecha, luego se debe comprobar con datos objetivos y, después, siempre hay que valorar la respuesta al tratamiento, esto es, cómo responde el paciente a la terapia. Si responde bien y cumple el resto de objetivos, el paciente tiene asma. De lo contrario, lo más probable es que no la tenga o sea una forma de difícil control.

Entonces, quienes no están diagnosticados no reciben el tratamiento que necesitan, y los supradiagnosticados, el que no requieren. Un peligro para la salud.

“Si el organismo tarda en entrar en contacto con gérmenes, no madura y, en ese tiempo, aumenta el riesgo de tener asma”

En efecto, las enfermedades supradiagnosticadas son un gran problema para el individuo que no tiene asma, ya que recibe fármacos que no necesita. En la “Guía Española para el Manejo del Asma” (GEMA) se incluye un algoritmo (árbol para tomar decisiones diagnósticas) excelente, que obliga al médico a seguir ciertas pautas para sospecharlo, a demostrarlo con datos objetivos y a esperar a ver cuál es la respuesta terapéutica del paciente. Cuando se aplica este algoritmo, el supradiagnóstico desaparece. Pero cuando no se aplica y el médico la diagnostica solo por los síntomas, que son muy inespecíficos y comunes a otras dolencias, puede haber un error.

¿Hay que aceptar el hecho de que el asma es crónica? ¿Es posible que se cure en algún caso?

El asma es una enfermedad que no se cura, siempre es crónica. Cuando alguien la tiene, es para siempre. Ocurre como con la hipertensión o la diabetes. E, igual que sucede con estas, con un buen control se puede hacer una vida completamente normal, sin manifestar síntomas.

¿Cuál es el lema escogido este año para celebrar hoy el Día Mundial del Asma?

“Con un buen manejo del asma se puede hacer una vida completamente normal”

El lema, auspiciado por la Organización Mundial de la Salud a través de la Iniciativa Global del Asma (GINA), es como el año pasado, “Tu puedes controlar tu asma”, al que este año se ha añadido “Es hora de controlar tu asma”. Se quiere hacer mucho hincapié en el control, para mostrar a la comunidad sanitaria, científica y médica y, en general, a todo el personal sanitario, que es posible controlar esta enfermedad si se hacen las cosas bien. Ya es mucho que sepamos que se puede conseguir.

¿Cuál es el mensaje final más importante para los pacientes?

El mensaje más importante para los pacientes es que se puede hacer una vida normal, pero esto depende de que el médico recete el tratamiento adecuado y de que se cumpla. La gran mayoría de los pacientes se puede controlar, pero no se logra porque no hay un buen cumplimiento terapéutico. Debemos hacer muchísimos esfuerzos para conseguir un mejor control y hacer mucho hincapié en ello; un mal control supone costes, ingresos hospitalarios y, aunque muy pequeño, hay riesgo de fallecimiento. El que fallece por asma no se tendría que haber muerto; casi siempre es por fallo médico, del paciente o del sistema sanitario.

Los nuevos tratamientos, solo para pacientes graves

La mayoría de los pacientes sufre la forma leve o moderada de asma que se puede controlar con fármacos, siempre que se cumpla de manera correcta el tratamiento prescrito por el médico. Sin embargo, entre un 5% y un 10% de los pacientes tienen una forma grave y son resistentes a los tratamientos actuales (en ellos no funcionan); para estos casos difíciles, sí se investigan nuevos fármacos y estrategias terapéuticas, informa Antolín López Viña.

“No hay ningún nuevo tratamiento para quienes padecen la forma leve o moderada de la enfermedad; ni es necesario, salvo para el 5% de los pacientes que no la consiguen manejar bien, porque es grave y de difícil control. Este asma genera más costes y es de peor control, por lo que ingresan en el hospital y tienen que faltar al trabajo o al colegio”, declara el especialista.

Así, en los últimos años, se han empezado a emplear fármacos biológicos como adalizumab, para personas con asma de origen alérgico y la inmunoglobulina E alta (IgE). También se han puesto en marcha investigaciones con otros como la interleukina 5 y natalizumab, que ya está muy avanzada, así como la antiinterleukina 13, lebrikizumab, que es posible que sirva para un grupo muy seleccionado de pacientes.

Asimismo, en el Hospital de Sant Pau i la Santa Creu, de Barcelona, por primera vez en España se ha empezado a aplicar la termoplastia bronquial, un tratamiento dirigido a los asmáticos que tienen hipertrofia del músculo liso de los bronquios (está engrosado) y que consiste en quemarlo. Pero se ha demostrado su eficacia en un grupo muy reducido de enfermos.

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