Entrevista

Albert Lleó, jefe de la Unidad de Memoria del Servicio del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, de Barcelona

Cada cinco años se duplica el número de casos de Alzheimer
Por Clara Bassi 2 de julio de 2013
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Imagen: CONSUMER EROSKI

Adolfo Suárez, Pasqual Maragall, Ronald Reagan o Margaret Thatcher son algunos políticos y personajes públicos que han enfermado de Alzheimer. Llevar una vida sana en el plano físico, social e intelectual parece tener un efecto protector frente a esta demencia. Y cuando a pesar de ello este mal se desarrolla, haber vivido de manera activa en estos ámbitos puede ayudar a compensar los síntomas y hacer que se noten más tarde. Y es que la fase de incubación de la enfermedad de Alzheimer es larga, de una o dos décadas. Por eso, ahora el objetivo de los investigadores está en estudiar a personas sanas, con antecedentes familiares, pero que aún no tengan la dolencia, con el fin de identificar cambios en el cerebro (biomarcadores) e intentar encontrar estrategias para prevenirla o actuar lo antes posible, informa Albert Lleó, jefe clínico y jefe de la Unidad de Memoria del Servicio del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, de Barcelona, y uno de los ponentes en el I Encuentro de Investigación Traslacional en Enfermedades Mentales y Neurodegenerativas (EITEMN), que se ha celebrado en fechas recientes en Madrid.

¿Qué porcentaje de la población padece la enfermedad de Alzheimer?

En España, hay unas 800.000 personas con enfermedad de Alzheimer. No tiene mucho sentido hablar de un porcentaje global puesto que, por debajo de los 50 años, esta enfermedad es muy rara. Es más frecuente por encima de los 65 años y el porcentaje es del 1%, aunque cada cinco años se duplica el número de casos.

¿Es previsible que este aumento de la incidencia siga en los próximos años debido al envejecimiento de la población?

Sí, lo que se espera es que el envejecimiento de la población en las sociedades occidentales incremente el número de casos; esta enfermedad está ligada a la edad. Es más frecuente entre los 70 y los 90 años, o hasta los 100 años, franja de edad que cada vez es más numerosa en las sociedades occidentales. Estos cambios demográficos llevarán a un aumento del número de afectados.

La edad es un factor de riesgo de Alzheimer, pero ¿cuáles son los otros factores de riesgo de esta enfermedad?

“En España hay 800.000 personas con enfermedad de Alzheimer”

El hecho de que esta enfermedad esté ligada a la edad no implica que, de forma necesaria, sea una consecuencia común del envejecimiento. Hay personas de 90 años con facultades intelectuales normales, aunque sí que es mucho más frecuente en personas de edad. Su desarrollo depende, en parte, del estilo de vida que haya llevado la persona: el sedentarismo y la falta de ejercicio físico, así como la falta de la estimulación cognitiva y de vida intelectual activa, aumentan el riesgo de Alzheimer, mientras que el ejercicio físico regular y la dieta mediterránea reducen el riesgo de la enfermedad. La vida social e intelectual activa también parece tener un efecto protector; es un factor que influye en la vida cognitiva, de manera que las sinapsis (conexiones de neuronas) se remodelan cada día y, si se trabaja muchos años, se va formando un cerebro con una estructura mucho más resistente a enfermar.

¿Se puede prevenir el mal de Alzheimer?

Sí, lo que pasa es que la evidencia que tenemos es retrospectiva. Aún no se ha podido demostrar, de manera prospectiva, que la dieta mediterránea pueda retrasarla; se ha comprobado para las dolencias del corazón, pero no para la de Alzheimer, y se tendría que demostrar con estudios largos de 10 o 20 años. A diferencia de las enfermedades cardiovasculares, se ha visto que determinados estilos de vida pueden proteger del Alzheimer o retrasar sus síntomas. Los factores que tienen efectos protectores son llevar una vida saludable física e intelectualmente.

Sin embargo, todo el mundo tiene en mente distintos casos de políticos, que se supone que han llevado una vida intelectual activa, que han desarrollado Alzheimer.

En personas que han tenido un gran rendimiento de sus facultades cognitivas, con una capacidad para pensar y un nivel educativo alto, las pruebas de imagen cerebral muestran signos de que soportan mejor la enfermedad.

¿Qué explican las técnicas de neuroimagen sobre el Alzheimer?

“Los estudios demuestran que hay cambios en el cerebro 10 o 20 años antes de que se manifiesten los primeros síntomas de Alzheimer”

Las dos técnicas de imagen estructural que hay disponibles (la tomografía axial computerizada y la resonancia magnética) analizan las estructuras del cerebro y las técnicas de imagen funcional, su función. Por las técnicas estructurales se sabe que las áreas que se afectan de forma temprana en esta demencia, antes de que se manifiesten los primeros síntomas, son las de la memoria. La detección precoz, mediante la técnica de RM, posibilita estudiar fenómenos detallados del patrón de las alteraciones del Alzheimer y ver qué cambios se producen antes de que surjan los primeros signos. La gran novedad, entre las técnicas que se utilizan, es la PET (que se emplea en muchas enfermedades, como el cáncer), y otro avance significativo es que se dispone de la primera sustancia radioactiva para detectar la cantidad de la proteína amilode cerebral que se acumula en el cerebro afectado y que permite orientar el diagnóstico. Es una novedad muy importante.

Pero solo se usa en investigación y no de forma rutinaria en la práctica clínica. ¿Es así?

De forma rutinaria, no. Es una herramienta de investigación y seguirá así durante unos años. Es imprescindible para realizar ensayos clínicos, ya que hay que indagar sobre nuevos medicamentos y sobre los cambios que se producen en el Alzheimer en fases muy iniciales. Los estudios de investigación demuestran que existen alteraciones en el cerebro diez o veinte años antes de que surjan los primeros indicios: hay cambios en el depósito de amiloide o en el líquido cefalorraquídeo. Estas pruebas muestran que, aunque no se noten, los cambios ocurren durante años y que la fase de incubación del Alzheimer es larga, de una a dos décadas.

Hoy en día, los medicamentos aprobados para el Alzheimer son pocos y con efectos muy limitados. ¿Se esperan avances farmacológicos en los próximos años?

Todos esperamos que sea así. En la actualidad, solo hay cuatro medicamentos aprobados. Son medicamentos para los síntomas, dirigidos a mejorar o a aliviar la pérdida de memoria, pero la enfermedad sigue su curso y no se puede retrasar o detener. Hay que tener en cuenta que hoy en día se trata a pacientes que ya tienen una demencia avanzada, con una evolución de tres o cuatro décadas, por lo que los medicamentos resultan insuficientes. Pero ahora las investigaciones, cada vez más, se realizarán en personas sin diagnóstico, es decir, personas cognitivamente sanas, pero con algún antecedente familiar por el que podrían entrar en un estudio.

¿Quiénes entrarían en estos estudios sobre el Alzheimer?

“Una técnica permite detectar, por primera vez, las proteínas que se depositan en el cerebro con Alzheimer”

Personas que no tengan signos de la enfermedad, que se encuentren bien y no tengan un déficit de memoria. Ya se han diseñado los primeros estudios y enseguida empezarán. Si alguien está muy preocupado porque tiene antecedentes familiares, pero no tiene síntomas, puede incluirse en este tipo de estudios, donde le harán un seguimiento para encontrar biomarcadores.

Pero estas no serían las personas que tienen Alzheimer de origen genético. ¿No es así?

Los casos de origen genético son solo el 1%. En España, habría entre 500 y 600 afectados. Es muy raro. En Colombia y en EE.UU. hay ensayos de prevención para estudiar a estas familias e identificar cuál es la causa genética de la enfermedad, así como retrasar la edad de inicio. Pero, tras estos estudios de casos genéticos, se han impulsado los primeros de prevención en personas sanas para identificar biomarcadores.

¿Qué son los biomarcadores?

Son signos o cambios en el cerebro que pueden indicar que se está desarrollando Alzheimer, pero sin tener síntomas ni ningún déficit todavía. Son marcadores de la enfermedad antes de que surjan cualquier indicio, bien en el líquido cefalorraquídeo o cambios en las proteínas sugestivos de Alzheimer.

Todo esto se ha abordado en el I Encuentro de Investigación Traslacional en Enfermedades Mentales y Neurodegenerativas. ¿Qué valor tiene su celebración?

Es muy importante, porque ha puesto en contacto a investigadores de diferentes disciplinas (psiquiatras, neurólogos, investigadores básicos y clínicos) que trabajan en patologías que están interrelacionadas. Así, los hallazgos de neuroimagen nos han revelado que en el Alzheimer están implicadas las mismas redes neuronales que en la esquizofrenia u otras enfermedades mentales. Por eso, es importante poner a trabajar en conjunto a distintos profesionales de campos relacionados, para hacer avanzar ese campo e impulsar la investigación.

Los síntomas del Alzheimer, para consultar al médico

“El síntoma principal del Alzheimer es la pérdida de memoria, pero es muy habitual y preocupa a mucha gente. No consiste en dejarse las gafas o unas llaves, sino que se trata de una pérdida de memoria muy densa y grave, en la que se olvida lo que se ha dicho hace un momento en unos minutos, se borra un episodio entero de solo unas horas antes y se repiten preguntas”, informa Albert Lleó.

Además, “los afectados tienen problemas con el sentido de la orientación, despistes, se pierden y también sufren dificultades del lenguaje, que supone solo olvidar el nombre de una persona, sino tener verdaderas dificultades para expresarse y para encontrar las palabras”, dice Lleó.

Cuando esto sucede, la persona afectada o sus familiares deben dirigirse primero a su médico de cabecera, que es quien mejor lo conoce y con unas preguntas muy sencillas podrá discernir si a la persona afectada necesita que la visiten en una unidad especializada.

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