Entrevista

José Luis Palma, vicepresidente de la Fundación Española del Corazón

Las mujeres con ciclos menstruales irregulares son más propensas a padecer enfermedades cardiovasculares
Por Clara Bassi 5 de noviembre de 2013
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Imagen: CONSUMER EROSKI

La menstruación se presenta de forma regular con una frecuencia de cada cuatro semanas; esa es la norma o regla, y de ahí su denominación. Los pequeños adelantos o retrasos de tres o cuatro días no suponen un problema, pero sí cuando son de más días. En estos casos, hay que tomar medidas y acudir a la consulta médica. Estas anomalías en el ciclo menstrual surgen con frecuencia en la etapa premenopáusica debido a un trastorno hormonal que se asocia a otros, como el aumento de peso corporal y diversos factores de riesgo cardiovascular. Un nuevo estudio PEPI (Postmenopausal Estrogen/Progestin Interventions) ha demostrado la existencia de una estrecha relación entre la irregularidad de la menstruación y el riesgo cardiovascular. De todo ello habla en esta entrevista José Luis Palma, cardiólogo y vicepresidente de la Fundación Española del Corazón (FEC).

¿Cuándo se considera que una mujer tiene una menstruación irregular?

La menstruación se considera irregular cuando deja de presentarse cada 28 días y se adelanta o se retrasa, pero no hace referencia a pequeños adelantos o retrasos, de tres o cuatro días, sino a una irregularidad importante y a ciclos largos, de más de 40 días. En los casos en que una mujer no tiene la menstruación, después de 42 días, hay que tomar medidas.

¿De cuántos días se estima que son los ciclos normales?

De 28 días. La menstruación regular se presenta con una frecuencia de cada cuatro semanas, por eso se llama regla. Pero si se adelanta y viene a los 18, 20 o 22 días o se retrasa más allá de los 40 o 42 días, se considera que hay una irregularidad importante.

¿Qué perfil de mujeres tiene una menstruación más irregular, además de las que entran en la menopausia?

Es muy común en las adolescentes, a las que se les puede adelantar y retrasar, y es típica en la premenopausia. A partir de los 40 años, los ovarios producen menos cantidad de hormonas, menos cantidad de estradiol y de progesterona, y este descenso hace que la regla se adelante o se atrase.

¿Qué han constatado los nuevos estudios respecto a la menstruación irregular y el riesgo cardiovascular?

“Las adolescentes con ciclos menstruales irregulares presentan un peso mayor”

Que las mujeres con ciclos menstruales irregulares son más propensas a padecer enfermedades cardiovasculares. El riesgo cardiovascular está vinculado a trastornos hormonales que afectan a todo el ovario, cambia todo el conjunto del organismo de la mujer. Cuando empiezan a producirse retrasos importantes de la menstruación, de 42 días, se favorece un incremento de la masa corporal: las mujeres tienen más tendencia a la obesidad, al tejido adiposo. Hay que recordar que la grasa es un reservorio de energía acumulada y que, en épocas de carestía, el organismo obtiene energía a partir de esa grasa. Hoy se sabe que ese tejido graso tiene una función endocrina, exocrina y paracrina muy importante, en otras palabras, que el tejido adiposo produce hormonas. Los ovarios e, incluso, ciertas hormonas podrían favorecer, producir e influenciarse para aumentar la masa corporal en función de la cantidad de hormonas que tenga la mujer. Son fenómenos vinculados. En definitiva, hay una relación entre el trastorno hormonal y la obesidad.

¿Solo en la menopausia? ¿Y en la adolescencia?

Un estudio realizado por el National Heart Lung and Blood Institute ha demostrado que las adolescentes con ciclos menstruales irregulares presentan un peso mayor al del resto de participantes en ese estudio y niveles más altos de testosterona.

Pero, ¿qué relación hay entre estos trastornos hormonales, la obesidad asociada y el riesgo cardiovascular?

Hay un aumento de la morbimortalidad cardiovascular: cuando una mujer entra en la etapa menopáusica, tiende a acumular grasa y esta se asocia a un mayor riesgo cardiovascular, tendencia a la diabetes, la hipertensión arterial y a otros factores que condicionan este incremento. El nivel de estrógenos tiene que ver con ello, como se ha visto en el estudio PEPI.

¿Qué ha aportado este informe?

“El ginecólogo debe establecer una estrategia de cara a la menopausia, y no estaría de más hacerle una visita al cardiólogo”

El estudio PEPI ha demostrado que las mujeres mayores con menopausia tienen un aumento de la morbimortalidad cardiovascular con la terapia hormonal sustitutoria (THS). Durante la etapa fértil, los estrógenos protegen a la mujer del riesgo cardiovascular. Después en la menopausia, este riesgo está ligado a trastornos del periodo o ciclo menstrual, que se retrasa más de 42 días, y a más enfermedad metabólica, síndrome metabólico y obesidad, que son condiciones importantes de este riesgo.

Las mujeres premenopáusicas con menstruación irregular ¿deben consultar por ello a su ginecólogo o al cardiólogo? ¿O a ambos?

Lo primero es ir al ginecólogo para que este vea cuáles son sus niveles de estrógenos en sangre, en concreto del 17 estradiol, ya que la menor cantidad de hormonas favorece el declive de los ovarios. El ginecólogo establecerá una estrategia para la menopausia. Y no estaría de más hacerle una visita al cardiólogo, aunque haya una ausencia de síntomas, para analizar elementos de referencia de las alteraciones futuras que puedan producirse.

Entonces, tanto las mujeres jóvenes como las más mayores ¿deben recibir tratamientos para intentar regularizar el ciclo menstrual?

“La terapia hormonal sustitutoria (THS) no se puede administrar más de cinco años, porque aumenta el riesgo de enfermedad tumoral”

En etapas jóvenes de la vida, el ginecólogo puede, mediante píldoras anticonceptivas, regularizar la regla, es decir, hay un tratamiento eficaz de seis meses para normalizarla. Cuando se acerca a la menopausia, la mujer no debe hacer nada para intentar regularizarla, sino dejar que siga su curso natural. Si tiene muchos síntomas, como la hipersudoración, se le puede administrar un tratamiento específico, siempre que no esté contraindicado por tener antecedentes familiares ginecológicos. Pero la terapia hormonal sustitutoria (THS), que alivia los síntomas de la menopausia, no se puede administrar más de cinco años porque aumenta el riesgo de enfermedad tumoral.

¿Qué pueden hacer las mujeres para disminuir su riesgo cardiovascular?

Lo primero es tratar de normalizar sus factores de riesgo cardiovascular relacionados con la menopausia, como la glucemia, el colesterol, hipertensión arterial, un índice de masa corporal (IMC) elevado y corregir las desviaciones de estos factores de riesgo. También es recomendable someterse a una evaluación cardiológica cada dos años.

Prepararse para la menopausia

“Las mujeres que entran en la menopausia deben hacer una preparación importante: para algunas, la menopausia es una liberación y, para otras, una carga, porque piensan que pierden su feminidad. Se producen cambios en el cuerpo de la mujer, que se hace más mayor, por lo que, desde el punto de vista psicológico, hay que estar muy preparada para esta etapa, que es un paso obligado que impone la naturaleza”, expone el doctor José Luis Palma.

“Si no tiene síntomas, no tiene que hacer nada, sino dejar que la naturaleza siga su curso. Pero si, a partir de la menopausia, tiene síntomas, a partir de ahí aumenta el riesgo cardiovascular, el metabolismo, se sufre un trastorno multifactorial y, entonces, hay que acudir al ginecólogo. Es posible que prescriba una terapia hormonal sustitutoria (THS), que hoy en día también se puede administrar por medio de productos naturales, como los fitoestrógenos. Pero, sobre todo, lo más importante es que estas mujeres se confíen a su médico de cabecera o a su ginecólogo, que tengan confianza en estos profesionales”, recomienda Palma.

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