Tos crónica: cuando el síntoma se convierte en un problema

La tos puede convertirse en un problema muy serio y afectar a la calidad de vida de las personas que lo padecen
Por Eva Maroto López, Fundación Lovexair 27 de marzo de 2019

¿Quién no ha experimentado en algún momento de su vida un ataque de tos? La prevalencia de la tos, como síntoma, es un motivo de consulta médica muy frecuente: varía del 3,3 % al 12 % de las visitas y, entre estas, se calcula que un 7 % pueden ser casos de tos crónica. Cuando se prolonga en el tiempo, puede alterar la calidad de vida de la persona que lo padece y precisar una gran cantidad de medicamentos, así como de una atención especial. En el siguiente artículo explicamos en qué momento este síntoma pasa a convertirse en un problema y qué hacer al respecto.

Img tos cronicaImagen: imagepointfr

Por qué tosemos

La tos es un mecanismo de defensa reflejo de nuestro organismo. Nos sirve para expulsar cualquier cuerpo extraño de nuestras vías respiratorias mediante una salida de aire súbita y explosiva a través de la glotis (parte superior de la laringe).

Cuando las fibras nerviosas de nuestra garganta o vías respiratorias entran en contacto con alguna sustancia irritante, se produce un estímulo nervioso que llega al cerebro. El cerebro, como respuesta, manda una orden a los músculos del tórax y abdomen para que se contraigan bruscamente, produciendo una espiración forzada y rápida.

Es normal y necesario que aparezca tos de manera ocasional. Con ella se moviliza el moco que produce nuestro aparato respiratorio para humedecer las vías aéreas y filtrar el aire que respiramos. Además, se expulsan las sustancias dañinas que inhalamos al respirar, como los microorganismos causantes de infecciones, o trozos de comida, entre otros. Si el reflejo de la tos no funciona de manera correcta, el moco puede acumularse y las sustancias perjudiciales no se eliminarán, por lo que el riesgo de padecer infecciones aumenta de forma considerable.

La tos como síntoma

La tos es un síntoma que se puede clasificar en los siguientes tipos:

  • Aguda. Tiene un inicio repentino y dura menos de tres semanas. Puede ser causada por infecciones de la vía respiratoria superior o inferior, rinitis alérgica, inhalación de humo, asma, agudización de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), goteo postnasal o reflujo gastroesofágico, entre otras.
  • Subaguda: dura entre tres y ocho semanas.
  • Crónica. Cuando persiste más de ocho semanas. Puede aparecer en EPOC, asma, infecciones pulmonares crónicas como la tuberculosis, con la toma de medicamentos para la hipertensión arterial y el cáncer de pulmón.
  • Tos productiva: si se acompaña de flemas.
  • Tos seca: si no se acompaña de expectoración.

La tos no suele aparecer como un síntoma único. Se puede acompañar de sensación de ahogo, ruidos en el pecho al respirar, moqueo, dolor de garganta, dificultad para tragar, acidez, fiebre y escalofríos…

En qué momento la tos es un problema

La tos se convertirá en un problema si se vuelve persistente, por lo que es importante acudir al médico cuando esto ocurra. Al ir a la consulta, el especialista nos hará las siguientes preguntas:

  • Cuándo comenzó la tos.
  • Si se acompaña de flemas y las características de estas.
  • Cuáles son las circunstancias desencadenantes de los episodios.
  • Si hemos estado en contacto con personas con enfermedades respiratorias.
  • Si padecemos alergia.
  • En qué trabajamos y qué hacemos en nuestro tiempo libre, ya que hay sustancias (barnices, pinturas…) que al ser inhaladas irritan las vías respiratorias y pueden producir la tos.
  • Si fumamos.

Para su diagnóstico nos podrán realizar una auscultación, una pulsioximetría, una radiografía de tórax, un cultivo de flemas y una espirometría, entre otras pruebas.

Cómo se trata

No siempre está indicado suprimir la tos, por lo que es muy importante conocer sus causas antes de pautar un tratamiento. Es recomendable no automedicarse y acudir al médico para realizar una correcta valoración y diagnóstico.

Los fármacos más utilizados son:

  • Antitusígenos (codeína, dextrometorfano, cloperastina): inhiben el reflejo de la tos. No se deben utilizar en casos de tos productiva.
  • Mucolíticos (derivados de la cisteína y de la vasicina): favorecen la eliminación de moco y solo deben usarse si la tos es productiva.
  • Expectorantes: cumplen la misma función que los mucolíticos pero actúan por mecanismos distintos.

En muchas ocasiones, en más de un 60 %, la tos puede no solucionarse con facilidad, debido a su origen multifactorial. Las nuevas investigaciones, como apunta el doctor Christian Domingo, neumólogo de la Corporación Sanitaria Parc Taulí, indican que terapias como la logopedia o la toma de fármacos neuromoduladores son necesarias para solucionar este problema.

Prevención de la tos

Entre los consejos para prevenir las causas que producen tos están:

  • Mantener una alimentación saludable.
  • Hidratarse.
  • Evitar cambios bruscos de temperatura.
  • Protegerse del frío.
  • Tener una correcta higiene de manos.
  • Evitar el alcohol y el tabaco.
  • Minimizar la exposición a irritantes como polvo, humo, aerosoles…
  • Realizar lavados nasales.

Si tienes cualquier duda sobre este o cualquier otro tema relacionado, puedes ponerte en contacto con nuestros educadores a través del correo electrónico cuentanos@lovexair.com.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube