¿Menos guerras en el mundo?

Un estudio de la Escuela de Cultura de Paz asegura que ahora hay menos guerras, aunque se vive un estancamiento de los procesos de paz
Por EROSKI Consumer 1 de mayo de 2007

ImgImagen: H Assaf

El incremento de procesos de paz y la cifra cada vez mayor de personas que entran en procesos de desmovilización podrían hacer pensar que en el último año ha habido avances en el mundo en materia de paz y no violencia. «Pero se trata de un espejismo»; tal y como explican desde la Escuela de Cultura de Paz, es necesario hacer «una lectura menos optimista» o «más crítica» sobre esta cuestión, porque aunque estos datos son ciertos también lo es que cada vez hay más dificultades para impulsar con éxito procesos de rehabilitación en general. «No se puede olvidar que hay crisis humanitarias muy graves e ignoradas por la comunidad internacional y que continúan aumentando las inversiones en armamento», recuerdan.

La Escuela de Cultura de Paz hace esta reflexión en su informe anual Alerta 2007, un estudio que analiza lo sucedido en materia de conflictos, derechos humanos y construcción de paz a raíz de varios indicadores como las situaciones de tensión, los derechos humanos, la dimensión de género y el respeto al derecho internacional humanitario.

Los aspectos más relevantes

Explotación del petróleo. Esta organización insiste en que cada vez hay más evidencias de que la explotación del petróleo puede encontrarse en el origen de numerosos conflictos y de situaciones de tensión vigentes en la actualidad, y que el creciente papel de China en la búsqueda de recursos naturales puede influir en la futura evolución política y social del continente africano.

África, una vez más. El continente africano ha sido el país que ha sufrido el mayor grado de tensión, concretamente en Zimbabwe y Nigeria. También han sufrido la extensión de los conflictos y la inestabilidad de un país a otro, como el caso de Chad y R. Centroafricana con respecto a Sudán, y de Eritrea y Etiopía con respecto a Somalia.

Prevención de conflictos. El anterior Secretario General de la ONU, Koffie Annan, aseguraba el pasado año que la actual brecha entre el discurso y la práctica en la prevención de conflictos era inaceptable, por lo que pedía un compromiso financiero a los Estados miembro equivalente al 2% del presupuesto destinado a operaciones de mantenimiento. «La adopción del principio de ‘responsabilidad de proteger’ por parte del Consejo de Seguridad, que pone a la comunidad internacional al frente de la protección de civiles en caso de que un Estado no lo haga, puede ser un buen instrumento para empezar», reza el informe.

Dimensión de género. En la construcción de la paz el año 2006 ha reflejado una vez más la tendencia de total indiferencia al reto planteado ya desde hace décadas de transformar los compromisos formales adoptados internacionalmente en materia de género. La tendencia de los últimos años apunta a la necesidad de revitalizar e implementar el sofisticado marco de instrumentos jurídicos relativos a la construcción de la paz en clave de género, desarrollado a lo largo de las tres últimas décadas. No obstante, el bajo perfil que ha tenido la dimensión de género en la agenda internacional de un año no decorado con aniversarios, en contraste con 2005 (Beijing+10), indica que incluso en el plano formal los Gobiernos siguen sin asumir una perspectiva de género, considerándola una cuestión menor. «En ese sentido, la todavía falta de comprensión sobre el binomio género y paz y la falta de voluntad política son dos de los grandes obstáculos por afrontar», se lamentan.

Crisis humanitarias

Este año se ha percibido un ligero aumento en el número de escenarios donde se registran importantes déficit humanitarios, pasando de 43 a 45, la mayoría de los cuales tuvieron lugar en países en situación de conflicto o tensión. Frente al año 2005, donde la tónica predominante en el panorama humanitario internacional fue el de los desastres naturales, durante el año 2006 “la falta de voluntad política, la utilización de la hambruna, el desplazamiento forzoso y la falta de respeto por el derecho internacional humanitario, fueron los factores que aumentaron la dimensión y el alcance de las crisis humanitarias”. Por otra parte, las cifras de personas refugiadas se redujeron a nivel global, mientras ha continuado aumentando el número de personas desplazadas internas. “Un hecho que debería llevar a una reflexión sobre las razones por las cuales se está produciendo esta variación en los patrones de desplazamiento”, concluyen los responsables de la Escuela.

Las cifras de personas refugiadas se ha reducido en 2006 a nivel global

El pasado ejercicio también ha sido muy importante para Naciones Unidas porque logró consolidar su posición como principal canal de financiación para los programas de acción humanitaria en todo el mundo. Concretamente, gestionó el 50% de los fondos destinados a este fin. Aunque todavía son muchos los retos a los que se enfrenta este organismo para lograr no sólo dar una respuesta rápida, sino prevenir el desarrollo de crisis humanitarias, la puesta en práctica durante ese año del Fondo Central para Respuestas de Emergencia ha logrado mejorar significativamente la gestión de los recursos de Naciones Unidas.

Por último, los trabajadores humanitarios han continuado enfrentándose a serias dificultades para el desarrollo de su labor, teniendo que abandonar en varias ocasiones los países donde realizaban su asistencia por motivos de seguridad y aumentando así la desprotección de las personas afectadas por la crisis humanitaria.

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