Entrevista

Lucía Latorre, presidenta de Archivalia

El acceso al mundo laboral no debe ser un obstáculo para desarrollar la vida personal
Por Azucena García 14 de junio de 2008
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Imagen: CONSUMER EROSKI

Lucía Latorre es una mujer emprendedora. Así se define y se lo reconocen varios galardones que comparte con otras tres compañeras. Juntas han fundado Archivalia, una sociedad dedicada a la gestión de información, que ha visto reconocido su carácter pionero en varias ocasiones. La última, tras obtener el primer premio del concurso “Se buscan emprendedoras con cuatro ojos”. Su puesto de trabajo está creado, prácticamente, a medida de cualquier persona. Pero, sobre todo, han pensado en ellas. “Las limitaciones en la conciliación de la vida laboral y personal son aún determinantes para que la mujer emprenda su propia carrera empresarial”, reconoce. La plantilla se completa con personas desempleadas que buscan una oportunidad y jóvenes universitarios que se acogen a un programa de prácticas. Han creado un subsidio por maternidad, han ampliado la reducción horaria por lactancia a un año y cumplen una jornada intensiva de 35 horas semanales. Pese a todo, la presidenta reclama más ayudas porque, subraya, “todas son pocas cuando te embarcas en un camino lleno de obstáculos”.

Acaba de ganar un premio que reconoce el carácter emprendedor de las mujeres. ¿Se identifica con esta imagen?

Desde luego, todas las componentes del equipo de Archivalia pueden verse reflejadas en esta denominación. El carácter emprendedor, hasta unas fechas relativamente recientes, ha sido patrimonio casi exclusivo de los hombres, un tópico que, poco a poco, la sociedad entiende de una manera mucho más abierta.

“Las limitaciones en la conciliación de la vida laboral y personal son aún determinantes para que la mujer emprenda de manera decidida su propia carrera empresarial”

¿Todavía hay pocas mujeres empresarias?

Cada día hay en España más mujeres empresarias con ideas y proyectos muy innovadores. De hecho, Archivalia pertenece a una asociación de mujeres empresarias cooperativistas, AMECOOP, que intenta conseguir mayor presencia de la mujer en el ámbito empresarial. Sin embargo, las limitaciones en la conciliación de la vida laboral y personal son aún determinantes para que la mujer emprenda de manera decidida su propia carrera empresarial.

De hecho, según la última Encuesta de Población Activa, el 80% de los ocupados a tiempo parcial son mujeres. ¿Qué política de conciliación siguen ustedes?

Desde el principio, al ser un proyecto formado íntegramente por mujeres, se decidió crear un subsidio por maternidad y ampliar la reducción horaria por lactancia a un año. La vida de la mujer empresaria es bastante dura, puesto que al trabajo técnico cotidiano hay que sumarle el trabajo de gestión de la empresa, por lo que hicimos una apuesta decidida por la vida familiar.

¿Cómo organizan los horarios y el modo de trabajo?

Uno de los modos para conciliar la vida laboral con la personal es fijar una jornada intensiva de 35 horas semanales. Esto permite una máxima eficacia en nuestro trabajo, a un mínimo coste para nuestros intereses familiares.

A pesar de todo, ¿su elección les ha supuesto alguna renuncia?

No. El acceso al mundo laboral no debe ser un obstáculo para desarrollar satisfactoriamente la vida personal. En mi caso, acabo de ser madre por segunda vez y ello no ha supuesto ningún problema en mi carrera.

“Hemos firmado varios convenios con asociaciones que intentan promover la inserción de personas desempleadas”

Sin embargo, ¿son necesarias más ayudas para impulsar la incorporación de la mujer al mercado de trabajo?

En general, hay muchas ayudas para mujeres emprendedoras, aunque todas son pocas cuando te embarcas en un camino lleno de obstáculos, como es el mundo empresarial. Serían convenientes más ayudas a la innovación tecnológica, apertura a mercados a través de Internet, microcréditos y subvenciones para el alquiler de centros de trabajo, entre otras muchas.

¿El empleo autónomo o por cuenta propia es la principal salida para los grupos con dificultades especiales de acceso al mercado laboral, como las mujeres o los jóvenes?

El autoempleo es un camino difícil y plagado de obstáculos, si bien resulta la vía más satisfactoria cuando se tiene claro el proyecto empresarial y se cuenta con un buen conocimiento del contexto en el que se desarrollará. Durante los primeros años de vida, sacar adelante un proyecto implica una gran dedicación y empeño, que no siempre se ve recompensado con el éxito. En nuestro caso, hemos firmado varios convenios con asociaciones para el desarrollo, que intentan promover la inserción de personas desempleadas, y hemos alcanzado acuerdos con distintas universidades para que alumnos de último curso realicen prácticas. Les proponemos una inserción gradual en el mercado laboral.

“El autoempleo resulta la vía más satisfactoria cuando se tiene claro el proyecto empresarial”

¿Existen suficientes empresas dedicadas a la gestión de información y documentación?

En realidad, es una actividad poco desarrollada, aunque los nuevos yacimientos de empleo se sitúan en este sector ante la creciente demanda por parte de empresas privadas e instituciones públicas. El campo de la archivística no está saturado, ya que el trabajo en esta disciplina se ha realizo tradicionalmente a nivel individual.

¿Qué beneficios reporta el trabajo de un documentalista?

Uno de los valores que debe primar es la optimización del trabajo y el ahorro de costes y tiempo. En este sentido, una adecuada política de gestión de archivos ayuda a conservar información que es vital y mantiene un control adecuado de esta documentación.

“Cada vez que se descubre un documento inédito, se redescubre a las sociedades que lo generaron”

¿Qué tipo de documentos se manejan?

Por nuestra formación humanística, sentimos cierta debilidad por la documentación antigua, que reconstruye la vida de nuestros antepasados y nuestra propia historia. Cada vez que se descubre un documento inédito, se redescubre a las sociedades que lo generaron y, en este sentido, la ordenación de archivos supone la mayor ayuda que un historiador puede tener en su búsqueda de las claves de nuestras raíces.

¿Restaurar o recuperar un documento significa, por lo tanto, recuperar una parte de la historia?

Un documento describe de múltiples formas a las sociedades que lo generaron. En este sentido, un documento que se pierde, se destruye o se deteriora es insustituible. La carga de información contenida no puede ser recuperada. Por ello, al ordenar los archivos históricos, estamos ayudando a reescribir la historia de una gran cantidad de localidades, que ahora sí, tienen a su disposición el legado de una historia dispuesta a ser redescubierta.

Memoria histórica
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Imagen: CONSUMER EROSKI

Bucear entre textos antiguos reporta sorpresas en más de una ocasión. Gracias a este trabajo, las fundadoras de Archivalia han logrado reunir documentos muy valiosos que datan, en muchos casos, de siglos pasados. “El documento más antiguo que hemos encontrado es una disposición que hace referencia a los Reyes Católicos”, explica Lucía Latorre. La labor de estas documentalistas ha ayudado a conocer, entre otras cosas, cómo la invasión napoleónica supuso la quema de numerosos documentos con datos municipales y familiares, “que sirvieron para calentar a las tropas”.

El ritmo de trabajo impide a menudo ahondar en el contenido de estos documentos. “Tenemos una parte de historiadoras a la que no podemos dar salida”, reconoce Latorre. Sin embargo, su labor revela al menos la existencia de estos datos, “que ayudan a muchas familias a completar datos de sus antepasados”. “En algunos casos, son documentos perdidos y amontonados que, una vez puestos en orden, ayudan a completar los árboles genealógicos de muchas familias”, describe.

“El documento más antiguo que hemos encontrado es una disposición que hace referencia a los Reyes Católicos”

Por otro lado, la labor de cualquier documentalista se emplea para completar tesis doctorales, aunque es necesario mantener una buena organización, gestión y control de los documentos para que no se acumulen y pierdan con el paso de tiempo. La complejidad y cantidad de documentación que se maneja al organizar un archivo obliga a pulir el método de trabajo, que cada vez más se apoya en la digitalización documental. “Así se reduce también el peso ambiental que tradicionalmente ha supuesto el almacenamiento y conservación de los archivos”, añade Latorre.

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