Bruselas apuesta por garantizar la independencia de los reguladores de los medios televisivos

Busca que la radiodifusión televisiva tradicional se adapte a las innovaciones tecnológicas y a los hábitos de los espectadores
Por EROSKI Consumer 15 de marzo de 2007

La Comisión Europea insiste en que la segunda lectura que tiene que hacer el Parlamento Europeo de la nueva directiva sobre Televisión sin Fronteras y el Consejo de la UE debe incluir la garantía de independencia de los reguladores de los medios de comunicación televisivos, tanto de los respectivos gobiernos como de la industria audiovisual. Sin embargo, Alemania, Dinamarca y España se oponen a ello.

La comisaria europea de Sociedad de la Información, la luxemburguesa Viviane Reding, cree que «hay que velar por que estos reguladores puedan desarrollar su labor de manera imparcial y transparente, ya que es fundamental para preservar la democracia y garantizar el pluralismo de los medios de comunicación».

La independencia de los reguladores es sólo una de las novedades que incluye esta directiva que, según Bruselas, podría recibir el visto bueno definitivo el próximo mes de mayo y ser aprobada en segunda lectura por la Eurocámara en octubre, de modo que en el año 2008 estaría en vigor.

La intención de la Comisión con su propuesta es intentar que Europa tenga normas más flexibles tendentes a permitir que la radiodifusión televisiva tradicional se adapte a las innovaciones tecnológicas y del mercado, así como a la evolución de los hábitos de los telespectadores.

La nueva norma flexibiliza las reglas sobre inserción de anuncios, se autoriza lo que se conoce como «emplazamiento de producto» (poner artículos de marca en las series de producción propia, por ejemplo) y se mantiene el principio jurídico de prevalencia de las normas del país donde esté emplazado el operador.

Así, aunque la publicidad en televisión se mantiene en 12 minutos por hora, desaparece el límite de tres horas al día, con lo que en la práctica los 180 minutos de tope que había al día se convierten en 288 minutos, es decir, casi dos horas más.

Sin embargo, Bruselas ha intentado preservar algunos programas, como las películas, los informativos o los espacios infantiles, que sólo podrán interrumpirse cada 30 minutos, frente a los 45 que regían hasta el momento pero que en muchos países no se respetaba.

Consumidores, en contra

Las principales asociaciones de usuarios europeas llevan meses haciendo campaña contra esta nueva directiva. Así, por ejemplo, la Organización de Consumidores Europeos (BEUC) denuncia que se vaya a permitir el «emplazamiento de producto», lo que, a su juicio, supone la desaparición del principio fundamental entre contenido editorial y publicidad, ya que, a partir de ahora, los contenidos de los programas «estarán puestos a la venta a las empresas publicitarias».

Esta organización advierte de que «entraremos en la era de los anuncios sin fronteras, ya que cada programa, cada palabra o cada acción que se vea en televisión será sospechosa de llevar un mensaje promocional o comercial por el que alguien estará pagando».

Por su parte, los editores de televisión, agrupados en el Consejo Europeo de Editores (EPC), están satisfechos de que finalmente se mantenga el principio de país de origen.

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