Seis consejos para ahorrar dinero en tecnología

Estrategias que permiten disfrutar de actividades y aparatos digitales sin tener que pagar precios de lujo
Por Jordi Sabaté 8 de enero de 2014
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A la Navidad y sus excesos les suceden la cuesta de enero y la austeridad que conlleva haber gastado demasiado durante el periodo vacacional. Si a ello se une la crisis, como resultado no pocas familias se verán obligadas a privarse de muchas comodidades tanto prácticas como de ocio. En el campo de la tecnología, esto se traduce en que no se contrate una conexión de más ‘megas’ o no se reponga la vieja tableta o aquella que se haya roto. Y lo mismo puede suceder con los smartphones o la costumbre de ver películas en Internet o comprar libros electrónicos. Sin embargo, si se siguen las estrategias de ahorro que a continuación se describen, no hace falta recurrir a esas prácticas.

Ante la perspectiva de una débil recuperación económica, la tecnología puede antojársenos muy cara en el recién estrenado 2014. Sin embargo, no tenemos por qué cortar de raíz nuestro consumo digital. Basta con que asumamos una serie de pautas que pueden ahorrarnos un gasto superfluo y, en cambio, nos permitirán seguir con nuestra actividad igual que en 2013.

1. Optimizar la cobertura de la wifi

Antes de pensar en contratar más ancho de banda para casa o la oficina, y en si con él podemos llevar a cabo actividades más exigentes como ver películas a través de Apple TV u otros métodos similares, manejar impresoras inalámbricas o jugar a videojuegos complejos desde Internet, debemos mirar si aprovechamos el que tenemos.

No tenemos por qué cortar de raíz nuestro consumo digital, basta con que asumamos una serie de pautas de ahorro

Muchas personas nunca han utilizado un medidor de cobertura wifi, pero no es más que una página web o una aplicación muy sencilla que permite medir la potencia que la wifi alcanza en cada punto de la casa. Basta con usarlo en las zonas de más habitual actividad digital, y registrar si la velocidad real coincide con la teórica que contratamos.

Por norma no coincidirán, y la real será menor, pero debería preocuparnos si esa diferencia es muy grande, porque esto indica que estamos muy alejados de la antena wifi o hay interferencias. Entonces hay que tomar medidas para tener wifi homogéneo en toda la casa y ver si con el nuevo resultado de medición podemos cubrir nuestras necesidades.

2. Mirar bien todos los tipos de contrato

Antes de pensar en aumentar el ancho de banda de nuestra wifi debemos mirar si aprovechamos el que tenemos actualmente

Si decidimos contratar una conexión superior, una buena recomendación es estudiar todas las posibilidades que se nos abren. Podemos contratar con los operadores tradicionales, en cuyo caso debemos estudiar qué modalidad nos conviene, y si nos ofrecen facilidades a la hora de contratar también Internet en el móvil o cuántas líneas nos dejan contratar. Hay que leer bien la letra pequeña de los contratos, así como la reputación que tiene el operador en los diferentes foros de la Red que reúnen las quejas y valoraciones de los consumidores.

Si optamos por contratar fibra óptica, debemos estar seguros de que optimizaremos al máximo el ancho de banda que nos dará el operador, que lo habitual es que sea de 100 megabits por segundo (mbps). En caso contrario, hay ofertas interesantes por anchos de banda menores por par de cobre (ADSL).

3. Contemplar la opción de un operador móvil virtual

Los operadores móviles virtuales (OMV) son compañías que no tienen redes propias, sino que alquilan a los operadores tradicionales el acceso y lo venden al consumidor final. Son más baratos porque, como no tienen infraestructura, no tienen que invertir en desarrollo ni mantenimiento. Por ello, son una opción interesante tanto para las llamadas como para el acceso a la red móvil de datos. Antes de quitar el acceso on line desde el smartphone, podemos estudiar si usando un OMV conseguiremos el ahorro necesario.

4. Optar por móviles subvencionados

En lugar de quitarnos el acceso on line desde el smartphone, podemos estudiar si usando un OMV conseguiremos el ahorro necesario

Lo barato sale caro, pero a veces lo caro es inaccesible. Si no podemos costearnos un móvil nuevo de más de 600 euros, podemos intentar negociar con nuestra operadora, o una nueva, la subvención de un móvil de 300, a cambio de modificar el contrato o tan solo de seguir siendo clientes. Hay un abanico de smartphones de precio medio que ofrecen algunos operadores y que hacen las mismas funciones que los de gama alta.

La desventaja de esta estrategia es que cada vez menos operadoras subvencionan, aunque se puede llegar a un buen acuerdo de financiación. Sin embargo, conviene estudiar bien los contratos de permanencia, evitando los abusivos.

Además, esta treta no sirve con los OMV, porque nunca subvencionan aparatos. No es mala sugerencia mirar qué nos sale más a cuenta: si usar un OMV, y con lo que ahorramos financiar un smartphone bueno; o buscar la subvención en un operador tradicional.

5. Ir a por las versiones antiguas

Muchos fabricantes, como Apple o Samsung, comercializan a la vez las últimas versiones de sus modelos más altos y las antiguas, estas a un precio muy rebajado. Son, por supuesto, versiones menos potentes y con una vida útil práctica tal vez más limitada. Sin embargo, esto depende de las necesidades de cada usuario.

Mientras un iPhone 5S cuesta como mínimo 700 euros, un iPhone 4S de 8 gigabytes vale 400 euros

Mientras un iPhone 5S cuesta como mínimo 700 euros (con 16 gigabytes de capacidad de almacenamiento), un iPhone 4S de 8 gigabytes vale 400 euros. Por descontado, la potencia del procesador difiere mucho, pero no así el tipo de pantalla, su resolución y otras especificaciones que hacen del iPhone 4S un gran teléfono para muchas funciones. Y algo similar sucede con el iPad, donde el modelo Air tiene un precio 480 euros y el iPad Mini sin pantalla Retina cuesta 287 euros.

6. Buscar ofertas en las tiendas de ordenadores

Con los cambios de sistema operativo de Windows 7 a Windows 8, muchos ordenadores que no se han vendido tienen difícil colocación en el mercado, porque el usuario busca en nuevo sistema operativo instalado. No obstante, por lo general, son equipos con buenas prestaciones y que pueden servir para diversas funciones. Además, Windows 7 es un sistema estable alejado de los problemas que tuvo la versión Vista.

Se pueden adquirir estos aparatos a precios muy buenos, y después optar por instalar Windows 8 o bien funcionar con Windows 7, siempre que se mantenga el antivirus actualizado y se utilice cortafuegos, ya que Microsoft ha anunciado que no lo actualizará a partir de la primavera de 2014. De todos modos, hay que tener en cuenta que, a día de hoy, Windows 7 es el sistema operativo para ordenadores más extendido del mundo.

Otra alternativa es aprovechar las tiendas de ordenadores profesionales para encargar uno a la medida de nuestras necesidades y bolsillo.

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