Software: ¿gratis?

Terceras empresas asumen el coste de los programas a condición de que el usuario compre en ellas
Por Benyi Arregocés Carrere, Jordi Sabaté 13 de noviembre de 2008
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Imagen: Jason Rogers

¿Cómo quiere pagar un programa, con tarjeta o comprando un producto de otra empresa? En los últimos meses se ha empezado a extender una forma de distribución de software nueva. No se cobra al usuario, a quien se otorga el programa gratis, sino que se recibe el dinero de terceras empresas que asumen el coste como una forma de promocionar el consumo de sus propios bienes o servicios.

Muchas empresas dedicadas al software regalan una versión básica de sus programas con fines promocionales, porque enseñan sus posibilidades y resultan bastante prácticos. Otras los muestran a través de pruebas limitadas en el tiempo, para luego pedir a los usuarios que se pasen a la versión de pago, en una modalidad que se conoce como «shareware».

El objetivo es comercializar una edición de pago con el software al completo, dirigida a los usuarios satisfechos con el producto. Lo nuevo se encuentra en la posibilidad de que el consumidor no pague directamente a la compañía que lo ha diseñado, sino que lo derive hacia una tercera empresa.

Esto se puede realizar gracias a que se ha creado un nuevo tipo de intermediarios, del que la muestra más representativa hasta el momento es Trialpay. La iniciativa se basa en la asociación que realizan muchas personas de Internet como algo que en sí mismo resulta gratuito, a pesar de que esto nunca sea cierto completamente.

No es gratuito

El usuario, en lugar de pagar a la compañía que vende el programa, adquiere libros en otra tienda por una determinada cuantía y como extra obtiene dicho software

Estos nuevos intermediarios le dan la vuelta a la situación. El programa no lo paga el usuario, sino una tercera compañía que lo regala a cambio de que se compren sus productos y servicios. Por poner un ejemplo, si alguien quiere comprar la versión profesional de Pando, en lugar de pagar directamente a esta compañía, puede adquirir libros en otra tienda por una determinada cuantía y, como extra, obtener dicho software.

En este modelo, el sistema de pagos electrónicos Trialpay ejerce de intermediario entre todos los actores: el desarrollador del programa, el comercio que lo «regala» y el usuario. Trialpay hace de plataforma del sistema y cobra una comisión a la empresa «mecenas». De este modo, la compañía de software ingresa al menos la cantidad que supone una venta convencional, aunque es libre de fijar un precio inferior para conseguir mayores ventas. Según aseguran los promotores, los ingresos para las compañías de software pueden ser más altos porque varían en función de lo que haya adquirido el consumidor.

Otra forma de pago

Conviene prestar atención porque el programa no sale gratis al usuario, aunque desde el lado de los programadores así se afirme, sino que éste debe adquirir un bien o servicio en una de las empresas afiliadas.

Este sistema sólo sale a cuenta si se desea comprar en la otra compañía, porque por el mismo precio se consigue la versión completa del programa

El usuario puede decidir si quiere utilizar para comprar el programa una tarjeta de crédito, el sistema Paypal o Trialpay. Este último, posteriormente, solicita el correo electrónico para enviarle el código, o el enlace necesario, para descargar el software gratuitamente, siempre que se acepte comprar un servicio a alguna empresa «mecenas». Sin embargo, sólo sale a cuenta si ya se deseaba antes comprar en la compañía «mecenas», porque por el mismo precio se consigue la versión completa del programa.

Para las empresas que financian a los usuarios, este sistema puede servir también de publicidad, porque los formularios de Trialpay aparecen en pleno proceso de compra, cuando el usuario debe decidir el método de pago. Para el consumidor puede conllevar un gasto más alto del previsto inicialmente o bien una forma de ahorrar, en caso de que las compañías asociadas ofrezcan servicios o bienes que le interesen.

Empresas asociadas

Se trata de servicios como el envío de flores, zapaterías, o suscripciones a servicios de alquiler de DVD o a periódicos

Trialpay cuenta con más de 150 empresas que financian a los consumidores en un sistema en que las ofertas que realizan compiten entre sí para determinar cuáles se muestran al usuario, al estilo del programa publicitario de Google, AdSense. Se trata de servicios como el envío de flores, zapaterías, o suscripciones a servicios de alquiler de DVD o a periódicos, por citar unos cuantos.

A partir de esta idea, Trialpay ha abierto el abanico de posibilidades a otro tipo de productos distintos a los programas, incluidos los físicos. Además, también ha incorporado la posibilidad de ofrecer descuentos para futuras compras, en lugar de descargas gratuitas de programas de pago.

Programas que usan esta fórmula

Estos son algunos de los programas cuya versión completa se puede o se ha podido conseguir a través de Trialpay. Según afirma la empresa, es posible encontrar más de 6.000 vendedores.

  • Skype. El software de voz sobre IP basado en P2P vende sus tarifas planas de llamadas a otros países. eBay, dueño de este servicio, ofrece tres meses de suscripción gratuita para llamadas a Estados Unidos o Canadá a cambio de comprar en su sitio de subastas.

  • Pando. Es el popular programa de P2P mixto, en que se combinan las conexiones de cada usuario con los servidores de la empresa. La versión de pago cuesta 24,95 dólares, unos 18,20 euros al año y promete mayor velocidad, posibilidad de compartir archivos de hasta tres gigabytes y la desaparición de los anuncios que financian la versión básica gratuita. La versión de pago también se puede conseguir mediante el método de Trialpay.

  • WinZip. Un programa veterano que lee y comprime archivos ZIP. Tras el periodo gratuito de prueba, cuesta 29,95 dólares (21,85 euros); sin embargo, este programa se puede obtener al comprar en las empresas patrocinadas por Trialpay.

  • Los antivirus BitDefender,McAfee o Trend Micro han apostado también por esta posibilidad.

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