El precio de cambiar dinero al viajar al extranjero

La cuantía de las comisiones, la comodidad y la seguridad son tres aspectos clave que se deben tener en cuenta al cambiar divisas
Por Laura Caorsi 20 de abril de 2011
Img divisas listado
Imagen: Paul Falardeau

Salir de la zona euro y aventurarse en lugares exóticos es cada vez más sencillo y barato, pero conseguir dólares, libras o yenes no siempre es tan fácil y, además, tiene un precio. Cambiar dinero cuesta, sobre todo si se requieren monedas menos habituales, ya que es probable que no se puedan conseguir en España y que solo sea posible hacerse con ellas en el lugar de destino. En estos casos, los bancos, los cajeros automáticos y las casas de cambio del país al que se viaja son las opciones más utilizadas, aunque también se puede recurrir a los hoteles, algunos comercios e, incluso, la calle. Informarse bien sobre cómo y dónde realizar esta operación es básico para evitar disgustos y para que las vacaciones no se encarezcan más de la cuenta.

El valor del dinero

Comprar dinero tiene un precio. Y lo primero que hay que saber es que éste varía en función del país, de la moneda y de las tarifas particulares de cada establecimiento. Si bien hay tipos oficiales de cambio que se publican de modo periódico, lo cierto es que las entidades, los comerciantes y los particulares pueden cobrar unas comisiones muy diferentes por el servicio de cambiar moneda. ¿Qué es más conveniente? ¿Dónde acudir? ¿Son todas las opciones seguras? Antes de responder a estas cuestiones, conviene tener presente que hay diversos tipos de divisas:

  • Las de la zona IN: que agrupan a los países europeos cuya moneda es el euro.
  • Las de la zona OUT: libra esterlina, dólar americano y yen japonés.

  • Las monedas no convertibles: son las más numerosas y solo se pueden cambiar en el país donde se usan. En estos casos, es importante deshacerse de ellas antes de volver a España, ya que los bancos no las aceptarán.

Recomendaciones importantes

Hay algunas cuestiones relevantes que se deben tener en cuenta al viajar al extranjero y cambiar dinero, tanto antes de partir como en el lugar de destino.

  • El primer paso es averiguar qué moneda se utiliza en el país que se va a visitar y conocer qué aspecto tiene.
  • Lo siguiente es saber cuál es la tasa oficial del euro respecto a esa divisa. Esto se puede consultar en el Banco Central del país al que se viaja y en el Banco Central Europeo. También son útiles los datos del Banco de España, las calculadoras de conversión y la información cambiaria de organizaciones especializadas. Lo importante, en cualquier caso, es tener un punto de referencia fiable para poder comparar las comisiones que cobran en distintos establecimientos y elegir el más conveniente.

  • Además de las comisiones, es fundamental el tipo de cambio, ya que en ocasiones puede resultar más favorable hacerlo en el país al que se viaja. Es el caso de México o Tailandia, que viven del turismo y a los cuales les interesa recibir grandes cantidades de euros y dólares, al contrario que Reino Unido o Estados Unidos. Para viajar allí, es más favorable realizar el cambio en España.

  • Si el cambio es más favorable fuera de nuestro país, una medida de precaución -y también de ahorro- es cambiar una parte del dinero antes de viajar y el resto, una vez que se llega al lugar de destino. De este modo, es posible conseguir un mejor precio en el extranjero, pero se evita llegar sin efectivo.

Dónde acudir

  • Bancos. Acudir a la entidad habitual antes de salir de viaje es una de las opciones más cómodas, pero no siempre es la vía más barata. Cada banco aplica las comisiones que considera oportunas, aunque recurrir al de toda la vida tiene como ventaja que, casi con seguridad, conllevará unos gastos menores.

    • Ventajas. La seguridad. Recurrir al banco de confianza garantiza que no habrá sorpresas, aunque esta opción pueda ser más cara que otras.
    • Desventajas. El principal obstáculo es que se debe pedir el dinero, como mínimo, con uno o dos días de antelación. Además, para cambiar divisas en una entidad bancaria, es necesario tener una cuenta abierta con la cantidad que se solicita como mínimo. En caso de tener que acudir a un banco o caja del que no se es cliente, se cobra un suplemento adicional.

  • Casas de cambio. Actúan de manera muy parecida a las entidades bancarias. En nuestro país hay varias que se dedican a esta actividad y, para operar, recurren al Banco de España con el fin de conocer el tipo de cambio y aplicar después una comisión según la divisa. Tanto aquí como en el extranjero, las casas de cambio siempre manejan dos valores: el de compra (algo más bajo que el tipo oficial) y el de venta (un poco más alto, para que les resulte ventajoso). En general, este margen es mayor para las monedas exóticas o poco habituales. También hay casas de cambio que, además del margen de beneficio, cobran una comisión fija por cada operación realizada.

    Para solicitar el cambio de moneda en estas oficinas es necesario presentar el DNI, NIE o pasaporte en todas las operaciones que superen los 3.000 euros. Si se quieren cambiar más de 6.000 euros de una sola vez, o bien por una misma persona en un trimestre, se le solicitará además el domicilio temporal o permanente en España. En todos los casos se incluirá siempre la dirección en el recibo. Si el cliente se niega a proporcionar los datos, la operación no se realizará, pero quedará registrada como no ejecutada.

    • Ventajas. Al igual que los bancos, la principal ventaja es la fiabilidad. A diferencia de estos, se puede acudir a cualquiera, lo que permite comparar precios, comisiones y condiciones, y elegir el que sea más conveniente. También es posible hacer la compraventa en el momento, sin necesidad de avisar con antelación.
    • Desventajas. No es de las opciones más económicas. En algunos casos, los valores de compra y de venta difieren mucho entre sí (lo que puede implicar una doble pérdida de dinero si, después de haber adquirido moneda extranjera, se quiere vender lo que ha sobrado tras el viaje). En las casas de cambio de otros países, las tarifas varían mucho según dónde estén ubicadas: casi siempre son más caras las localizadas en los aeropuertos o en las zonas turísticas.

  • Cajeros automáticos. Sacar dinero con la tarjeta de crédito o débito en el país de destino es otra posibilidad, pero el banco también cobra una comisión. Ésta ronda el 4%. Por ello, en caso de elegir esta opción, es mejor retirar toda la cantidad necesaria en una misma operación, en lugar de realizar muchas operaciones de bajo importe.

    • Ventajas. La practicidad es el beneficio más reseñable. Una vez que se ha llegado al país de destino y que se aprecia cuánto cuestan las cosas, es más fácil realizar una estimación de lo que se puede llegar a necesitar y a gastar. Los cajeros automáticos están presentes de manera habitual en casi todas las ciudades y, además, tienen la ventaja de que no están sujetos a un horario de atención al público, como ocurre con las entidades.
    • Desventajas. Las comisiones aplicadas, que se suman a la tasa de cambio que maneja el banco. También puede haber comisiones por utilizar cajeros de otras entidades, como sucede en España. Los límites de extracción (en general, de 600 euros) pueden obligar a hacer más de una operación y, por tanto, a pagar esas comisiones o penalizaciones en cada ocasión.

  • Hoteles, comercios, la calle. Otras opciones de cambio en el país de destino son los establecimientos hoteleros y comerciales. En efecto, gran parte de los hoteles (y también algunas tiendas y supermercados) gestionan servicios de cambio de divisas.

    • Ventajas. El principal punto a favor de los comercios y los hoteles es la practicidad. Y, en el caso particular de los hoteles, la seguridad, ya que no es necesario salir a la calle con grandes sumas de dinero.
    • Desventajas. El tipo de cambio, en ambos casos, es bastante desfavorable para el cliente. Lo que se ahorra en tiempo de búsqueda y lo que se gana en seguridad, se paga con una tarifa más elevada que en los bancos, las casas de cambio y los cajeros.

    En cuanto a la tercera vía -la calle-, si bien siempre es más económica que las otras opciones, no es una alternativa recomendable por la falta de seguridad y garantías. Además de estar prohibido en muchos países, cambiar dinero en la vía pública conlleva un alto riesgo de sufrir atracos y ser víctimas de un timo, sin posibilidad de reclamar por ello o poner una denuncia.

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